La Casa de los Perros: el «niño azul» al ataque

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Y llegó el día esperado y Miguel Varela Pinedo, a quien el gobierno capitalino de Jorge Miranda Castro intentó hacer chiquito cumplió su objetivo: mostrar músculo político.

La presencia del dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, así como la asistencia de los líderes estatales del PRI, Carlos Peña Badillo, y del PRD, Guadalupe Hernández, hace ver que, a pesar de todo van con Miguel Varela.

Y es que el diputado panista dijo que sería candidato a la presidencia municipal de Zacatecas, y nadie le creyó.

Dijo que estaría en el foco mediático en Zacatecas, y ahí está.

Ha dicho que recuperará para la oposición esa codiciada plaza y ¿lo logrará?

Por lo pronto, ahí, en la plazuela Miguel Auza, se encargó de juntar a la crema y nata de la oposición.

Anduvo feliz el diputado federal Miguel Torres Rosales, quien ya se ve haciéndole la competencia a los de enfrente –léase Chole y Saúl de la mano-, y listo para arrancar con Claudia Anaya Mota, la senadora con la que buscará mandarlos a la primera minoría.

Sí, la misma senadora que un raspón mandó a la hija de Ricardo Monreal, que fue bendecida con la candidatura a la alcaldía de Cuauhtémoc, el corazón de la Ciudad de México.

Le recordó a Catalina Monreal que son vecinas en Zacatecas, que su esposo es regidor en la capital, pero que como esta tierra «está que arde», prefirió mejor iniciar su carrera política lejos del terruño.

También se placeó la diputada federal Noemí Luna Ayala, que vino a repartir besos y abrazos y, aunque no se crea, a compartir espacio con Pepe Pasteles en plena armonía, al igual que con Guadalupe Correa y Lupita Medina. Todos como buenos panistas.

Y de quién fue el mérito: sí, de Miguel Varela.

El mismo que en su informe dio las gracias al inquilino de La Casa de los Perros y al presidente municipal de Zacatecas de ser, con sus «malos gobiernos», los principales promotores de lo que será un mejor futuro para esta tierra.

Así, en el fin de semana en Zacatecas no sólo hubo aironazos de violencia, de rebelión y de claros estate quieto.

No, también hubo, con Miguel Varela, un recordatorio de que un buen candidato sí puede mandar a Morena a freír espárragos, si lo decide.

Hubo otro recordatorio para quienes creen que mandan, cuando ni en su casa tienen orden. Y ese lo mandó el líder de Morena, Mario Delgado, que les dijo a los inconformes con las encuestas que hay una oficina en donde pueden ir a llorar. Que ya la desocupó Marcelo Ebrard, así que con calma la pueden llenar con sus quejidos.

Y hubo otro más, de parte de Ricardo Monreal, quien fuerte y claro demostró que en Zacatecas sólo sus chicharrones truenan. Les guste o no, les plazca o no.

Y que más les vale cuadrarse porque todavía la repartición de candidaturas no ha terminado.

Así que, compremos nuestra palomitas de maíz porque en Zacatecas inician los juegos del hambre…

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