La Casa de los Perros: Zacatecas, un viacrucis con ríos de sangre y sin apoyo

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Tres regidores del Cabildo de Jerez, integrantes del Comité Organizador de la Feria de Primavera 2023, anunciaron la cancelación de la festividad más importante del otrora “más alegre” Pueblo Mágico.

Fueron la priista Ana Félix Rivera, presidenta del Comité Organizador; la panista Marta Alamillo Guzmán, y el morenista Luis Mario Martínez Aparicio quienes, “en solidaridad” con las familias de los cientos de víctimas de la violencia en Jerez, decidieron cancelar la fiesta.

En el comunicado publicado alrededor de las 9:00 de la mañana, en las redes sociales oficiales de la Feria, dejaron en claro que la decisión fue tomada por ellos y consensuada con la sociedad en general.

Y ahí, si bien reconocen la necesidad de reactivar la economía y de que los paisanos no dejen solo al pueblo, señalan que condiciones para una feria digna y segura no las hay.

Unas tres horas más tarde, el alcalde de extracción morenista, Humberto Salazar Contreras, posteó un video en sus redes sociales reconfirmando la decisión. Al aprendiz de gobernante no le quedó otra opción más que recular su necia disposición.

Él quería fiesta, se empeñó hasta donde más y, al final, retrocedió su andar. Tarde, sí, muy tarde, pero finalmente lo hizo.

La serie de disparates cometidos por el presidente municipal, un médico sacado a fuerza de compadrazgos de su consultorio para gobernar un municipio, demuestran que coordinación con la nueva gobernanza, lo que se dice coordinación, no la hay. No existe. Es nula.

En sus últimos videos, Humberto Salazar insistió en la necesidad de que las autoridades federales y estatales no dejaran solo a los jerezanos con el problemón que significan las balaceras, los enfrentamientos en las comunidades, las desapariciones, los miles de desplazados y las decenas de nuevos pueblos fantasma.

Pero la tardía decisión de cancelar la Feria de Primavera es una muestra de que sí, de que Jerez está solo.

Porque no basta con el hecho de que el secretario de seguridad pública, Arturo Medina Mayoral, se dé una vuelta por Sarabia, una de las casi 30 comunidades con desplazados, “para conocer las condiciones de seguridad que privan en las comunidades y caminos de Jerez”.

Bien por el secretario, pero tarde, siempre tarde. Antes que cualquier autoridad gubernamental fue el obispo de la Diócesis de Zacatecas el que llegó primero a dar cobijo a los jerezanos.

Sarabia, la comunidad que visitó Medina Mayoral, desde el 3 de septiembre del 2021 registra desplazamientos. Y desde ese día siguen olvidados y conviviendo con los integrantes del crimen organizado e inteligente que no dan tregua.

En una sesión de la Comisión Permanente de la LXIV Legislatura, la diputada por Jerez, la priista Refugio Ávalos Márquez, reveló que, en una reunión de la Mesa de Construcción de la paz, la felicidad y el amor, el fiscal general de justicia, Francisco Murillo Ruiseco, habría recomendado que las fiestas en Jerez no se llevaran a cabo.

Cuando Humberto Salazar anunció la Jerezada, el Carnaval y la Feria, el fiscal hizo mutis. Se quedó callado. Y la mesa de la felicidad también.

Ayer, en una entrevista colectiva, el inquilino de La Casa de los Perros confirmó la versión. Dijo sin más ni más que la mesa que más aplaude sí solicitó al Gobierno Municipal de Jerez, “considerara” la realización tanto de La Jerezada, como de la Feria de Primavera.

Pero el novicio presidente municipal decidió ignorar la recomendación. Como quien dice, le valió.

Y ya cuando Humberto Salazar tenía el agua hasta el cuello, tuvo que aguantar solo, sin el respaldo de nadie, no sólo convertirse en trending topic cantando corridos en honor a Joaquín El Chapo Guzmán, sino en erigirse como el peor alcalde del que Jerez tenga memoria.

Hoy, el primer edil de Jerez reconoce que debido a la inseguridad se cancela la Feria de Primavera, y deja un enorme paquete al secretario de Turismo, Le Roy Barragán, que tendrá que sortear este golpe duro y seco a la dañadísima imagen de Zacatecas, en vísperas de las vacaciones de Semana Santa.

Y deberá ser la mesa que se reúne todos los días a tomar café, quien dé la cara y diga, abiertamente, de manera oficial, y no en lo obscurito, si las actividades planeadas para la Semana Santa, léase entre ellas el Festival Cultural, ofrecen seguridad plena a los visitantes.

Lo reiteramos, empecinarse en querer dar una imagen de Zacatecas que no corresponde a la realidad resulta en una gravísima irresponsabilidad. Y si no, que le pregunten a Humberto Salazar.

Zacatecas, un viacrucis

Ahora tocó a Faustino Armendáriz Jiménez, cabeza de la Arquidiócesis de Durango, señalar a Zacatecas como un estado en el que predomina un ambiente de violencia y corrupción.

Dijo que los recientes narcobloqueos y tiroteos han resaltado la inseguridad.

Y fue más allá al asegurar que, específicamente Zacatecas es un verdadero viacrucis, pues nadie escucha a las personas que sufren “y las autoridades hacen oídos sordos”, situación que impacta de manera negativa a la ciudadanía.

Así lo dijo: “los ciudadanos de Zacatecas viven un verdadero viacrucis, ríos de sangre los han dejado sin apoyo, y nosotros como Iglesia somos parte de la sociedad y no podemos fingir que no nos afecta o que no nos incumbe”.

Ahora si que Dios nos ampare…

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