La Casa de los Perros: La insensibilidad de López Obrador

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Las ejecuciones no tienen fin en Zacatecas. El ambiente de violencia prevalece a pesar de todo, y de todos. Los más de dos mil desplazados sólo de Jerez son una muestra de que la entidad efectivamente no se encuentra en la agenda presidencial. Allá, en Palacio Nacional, están más ocupados en llamar borregos a los integrantes del Parlamento Europeo y atacar periodistas, que en cumplir con sus obligaciones.

Por eso, a nadie le extraña que en México se encuentren las ocho ciudades más violentas del mundo, esto de acuerdo con el ranking de 2021 del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

Esta organización que, en tres, dos, uno… será descalificada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, por no traer sus mismos datos, señaló que Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, sí, Zacatecas, Tijuana, Celaya, Juárez, Ensenada y Uruapan son las demarcaciones donde se ejerce mayor violencia en el mundo debido a sus altos índices de homicidios.

Y, por si fuera poco, deja en evidencia que esa loquísima política de los abrazos y no balazos y el te acusó con tu mamá no ha funcionado. El hecho de que por quinto año consecutivo una ciudad mexicana, en este caso Zamora, Michoacán, sea considerada la más violenta del mundo, es la evidencia palpable. Esta ciudad se posicionó como “la peor urbe en 2021, con 196.63 homicidios por cada 100 mil habitantes”.

Además, esta organización no tuvo más remedio que terminar comparando a estas ciudades mexicanas con Medellín y Cali, en Colombia, que a finales de los años ochenta e inicios de los noventa tenían las mismas cifras de homicidios. Sí, cuando el reinado de Pablo Escobar estaba a todo lo que daba.

El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal lo dejó bien claro, esto no es más que el resultado de esa política de dejar a los grupos criminales en casi absoluta libertad de asesinar, desaparecer personas, extorsionar y robar. El castigo que podrían recibir, acaso, sería un chanclazo y nada más.

Desfachatez

Lo peor del caso es que hay quien tiene la desfachatez de asegurar que estos datos son un invento. Que en Zacatecas se vive en un edén. ¿No lo cree? Ahí están los amanuenses del momento ocupados en descalificar la lucha que han emprendido los miles de desplazados de Jerez apuntando sus baterías a líderes sociales que, mal que bien, son los que han extendido su mano a estos zacatecanos.

Para los que reciben convenios por debajo del agua y en efectivo por parte de un taquero, el perder casa, ganado, cosechas y vida no es importante. Eso no es trascendente. Para ellos, que desgraciadamente terminan siendo el reflejo de la nueva gobernanza, lo interesante es acusar a Edgar Rivera y a Cuauhtémoc Espinoza Jaime por haber acompañado a los jerezanos a su manifestación frente a Palacio Nacional.

El problema es que esta descalificación no llegó sólo de parte de los Lord Molécula región Zacatecas 4T. Al Gobierno Federal de Andrés Manuel López Obrador tampoco le importó. Los mandó por un tubo con la recomendación de acudir con Martina Rodríguez quien, dicen, es la delegada de la Secretaría de Gobernación en Zacatecas. Una verdadera burla.

La insensibilidad de la supuesta Cuarta Transformación de Morena y López Obrador se mofa así de quienes han padecido en carne propia balaceras, desapariciones y muerte. Son jerezanos, son zacatecanos que viven del campo y de las remesas que los paisanos, esos que huyeron de su país y que, por obvias razones, no han podido ni quieren regresar.

Así, el grito de auxilio no fue escuchado en Palacio Nacional, aunque sí tuvo eco en la Cámara de Diputados, en donde los diputados del PAN, Noemí Luna Ayala, Miguel Varela Pinedo, y del PRD, Miguel Torres Rosales, les abrieron las puertas y facilitaron una conferencia de prensa para que su sufrir por lo menos fuera escuchado a nivel nacional.

Los de las 12 comunidades de Jerez, ojo, sólo de Jerez, a quienes robaron, vejaron y desplazaron los del crimen organizado de sus hogares tendrán que regresar con las manos vacías con la certeza de que, al menos el presidente Andrés Manuel López Obrador, no los escuchará.

Borregos

Pero qué pueden esperar los desplazados de Jerez de quien, en un inusual comunicado plagado de descalificaciones e insultos, trata de tapar el sol con un dedo ante los señalamientos del Parlamento Europeo que acusó a México de ser “el país más mortífero para periodistas en países que no sostienen una guerra oficial”. Una vergüenza.

El llamado desde el viejo continente a López Obrador, para que, de una vez por todas deje de hostigar, acosar y agredir a la prensa mexicana, obtuvo una respuesta que ni el mismo diputado federal petista, Fernández Noroña creyó. Lo calificó de fake news. Y después tuvo que aceptar que sí, que ese es el nivel de la política mexicana. Aquí aplica a la perfección la máxima de su majestad El Buki: ¿A dónde vamos a parar?

Nos vemos el lunes

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