El mapa de la pobreza, su combate y Rosario Robles

manuel ibarra santosMANUEL IBARRA SANTOS

La reciente visita a la entidad de Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, sirvió para abrir, en la agenda pública local, el reiterado debate histórico, presente desde el Siglo XIX, del por qué Zacatecas es uno de los estados de la República que produce más volúmenes de pobreza, hecho lacerante que ha creado una profunda fractura y grieta social, sin que a la fecha se haya mesurado el fenómeno, debido a que se han reproducido, en forma reincidente, los mismos esquemas ineficientes. El problema se ha abordado, desde hace mucho tiempo, con enfoques erróneos.

Zacatecas es una de las ocho entidades del país que más genera pobreza, con un 54.2% de su población en esa condición, sólo después de Michoacán (54.4%), Tlaxcala (57.9%), Oaxaca (61.5%), Puebla (64.5%), Guerrero (69.7%) y Chiapas (74.7%). Los Estados con menos registro de pobres son Nuevo León (23.2%), Coahuila (27.9%), Sonora (29.1%) y Distrito Federal (28.9%).

La pobreza es (según la propia definición que ha socializado el Consejo Nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social (Coneval), “la condición de privación de los bienes indispensables para satisfacer las necesidades humanas básicas”.

Para atender mejor el fenómeno y enfrentarlo, la pobreza hay que considerarla más allá de los aspectos materiales, de la atención de las necesidades inmediatas, de los ingresos económicos, de la renta individual o colectiva, y tiene que ver sobre/manera con el desarrollo de las capacidades humanas que dan importancia a la educación eficaz, a la salud de calidad, a las prácticas democráticas, a lo espacios de libertad y a la defensa de la dignidad de la personas, como bien lo afirma Amartya Sen, especialista en abordar los problemas de hambruna en el planeta y Premio Nobel de Economía 1998.

Lo podemos argumentar de otra manera, como lo hace Peter Drucker, creador de la gerencia moderna, quien acuñó además el concepto “post/moderno” de trabajadores del conocimiento y quien alguna ocasión dijera que “no existen los pueblos pobres, miserables y atrasados, sino las sociedades mal gestionadas, mal gobernadas y mal dirigidas”.

Lo anterior quiere decir, efectivamente, que para combatir la pobreza –y sus mil cabezas– se requiere de estructuras operativamente eficientes del Estado y de los diferentes niveles de gobierno, acompañada de concepciones éticas y modernas del desarrollo.

La fenomenología de la pobreza: ¿Qué hacer con los pobres?

La pobreza se ha mostrado siempre con crudeza en todos los períodos de la historia de México y Zacatecas. Sus causales obedecen a una serie de factores de tipo estructural que no se han procesado correctamente, y en donde a esto no escapa la ausencia de políticas correctas del aparato de Estado.

Los pobres en realidad son también insumos de fuerza de trabajo para la acumulación de riqueza de un sistema económico capitalista injusto y poco ético, en donde no importa que grandes multitudes queden fuera del reparto de salarios dignos, de sueldos y excluidos de servicios básicos como los de educación, salud, vivienda y alimentación.

La pasada gira de trabajo por el estado, de Rosario Robles, nos remite, igualmente, a otra discusión: ¿Qué hacer con los pobres? En Zacatecas existen al menos tres opciones: 1).-Rescatarlos y transformarlos con la aplicación de políticas sociales avanzadas, entre ellas con servicios educativos y salud de calidad, a fin de conformar una nueva ciudadanía fundada en el trato digno de las personas; 2).- Implementar un modelo de desarrollo económico que resane las fisuras que padece la sociedad; y/o 3).-Mantener las inercias y pensar que la emigración de paisanos a Estados Unidos, es la salida absurda para liberar la presión que la atrasada estructura productiva de la entidad sufre permanentemente. Este último es un escenario nada recomendable.

En 1875, el liberal mexicano Ignacio Ramírez El Nigromante, en comunicación epistolar  dirigida al diputado Carlos Olaguibel y Arista, le preguntó: ¿Qué hacemos con los pobres? Él mismo respondió: Se puede hacer todo, educarlos, rescatarlos y transformarlos. Lo no permitido es dejarlos que se mueran de hambre o que sean exterminados y asesinados en masa”.

El nuevo enfoque de combate a la pobreza:

En el combate a la pobreza se requiere un nuevo enfoque que ponga el acento en el desarrollo de las capacidades humanas para que, a partir de la educación, la democracia, la libertad y la dignidad, se pueda vencer dicho flagelo.

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