La violencia infantil y sus múltiples rostros: Un flagelo social

manuel ibarra santosMANUEL IBARRA SANTOS

La violencia infantil es un fenómeno de múltiples rostros que ha marcado negativamente a la sociedad contemporánea, en cuyas expresiones se encuentra el acoso y maltrato escolar, problema que reclama un procesamiento serio, responsable e integral, en donde <para su prevención y atención>, es necesario sumar el esfuerzos absolutamente de todos, de los especialistas, de los políticos, pero también de la energía social organizada. Más del 50 por ciento de niños y niñas de México y Zacatecas, son afectados por este flagelo, lo revelan datos oficiales del Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF).

El abordaje correcto del acoso y violencia infantil es, efectivamente, un asunto tan delicado que no puede dejarse sólo en las manos de los políticos, sino que es menester incorporar el trabajo de los expertos y especialistas y la acción de la sociedad en su conjunto. Sólo de esa manera se podrá tener éxito.

¿Quiénes son vulnerables ante este problema? En general, los niños y niñas de todos los grupos étnicos y clases sociales pueden ser sujetos de maltrato físico. Pero al respecto, se debe hacer una aclaración: existen una serie de factores sociales y demográficos que presentan una más alta  asociación con la probabilidad del abuso y maltrato físico.

Entre esos factores de vulnerabilidad que contribuyen a detonar la violencia infantil, destacan los siguientes: padres solos, un contexto de desintegración familiar, hijos no deseados,  bajo niveles de ingresos, pobreza social, un sistema de justicia penal corruptible, una educación valoral pobre, la existencia de una cultura ética débil en la atención a niños con discapacidad, etc.

El acoso infantil tiene una diversa y amplia manifestación de rostros. Una de esas expresiones está vinculada a las causas estructurales de un sistema que no genera bienestar ni justicia social. En la actualidad, más del 50 por ciento de los niños de Zacatecas viven en condiciones de pobreza y nadie podrá negar que esa es la más brutal de las variables socio/demográficas que engendran violencia.

Agencias gubernamentales nacionales e internacionales (- entre ellas el CONEVAL, CONAPO y UNICEF) reconocen que los Estados de la República que mantienen los más elevados volúmenes de niños pobres son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, San Luis Potosí, Puebla, Tabasco, Campeche y Zacatecas. En estas entidades el fenómeno de la violencia infantil adquiere connotación particular, que plantea una forma diferente de tratar el problema.

El acoso escolar, problema creciente:

El acoso escolar (el famoso bullying, problema con dinámica creciente en la actualidad) es sólo uno de los muchos signos de la violencia infantil que, para su tratamiento, no se puede circunscribir sólo al análisis de un problema propio del escenario interno de la escuela y responsabilidad exclusiva de directivos y docentes. Ese sería un craso error, si no se considera para su estudio el contexto social, la acción de la familia y la influencia cultural, entre otros, de los medios de comunicación de masas. Pero aquí, debemos de preguntarnos: ¿Qué está haciendo el Estado al respecto?

Las consecuencias del maltrato y la violencia infantil en el ámbito educativo son variadas: propicia dificultades en el desempeño escolar, detona los indicadores de deserción, es una fábrica de psicopatías, modifica los esquemas de autocontrol individual, distorsiona los procesos éticos de valoración del niño y crea confusiones en las etapas de formación de la personalidad.

Los especialistas llaman con urgencia a analizar, estudiar, abordar y procesar el fenómeno negativo del acoso y la violencia  escolar, por los efectos negativos profundos que deja en la población infantil en lo particular y en la sociedad en general. Requiere dicho problema atención inmediata.

Y el fenómeno debe abordarse a partir de tres campos específicos de acción: 1).- Desde la dimensión de la salud, visto como problema médico, psicológico y físico; 2).-A partir del enfoque sociológico, como hecho social que afecta la convivencia; y 3).-Desde el ámbito del derecho,  para tratarlo también como una conducta antisocial, realizado por menores.

Iniciativa de ley para prevenir el acoso escolar:

En este escenario, cobra relevancia la iniciativa de Ley para prevenir, atender y erradicar el acoso escolar, presentada en la Legislatura Local, por la diputada Aracely Guerrero Esquivel.

Esta iniciativa habrá de enriquecer el debate en relación a dicho problema y su tratamiento. También contribuirá despertar conciencia colectiva sobre su gravedad.

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