La tragedia de los rechazados en educación

MANUEL IBARRA SANTOS

En una verdadera tragedia social se ha convertido la noticia sobre los rechazados que no podrán ingresar a las aulas de la educación superior porque no hay capacidad de cobertura para atenderlos. Tan sólo la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) dejará fuera de sus aulas a más de 4 mil jóvenes por no contar con capacidad para recibirlos. Esto se constituye en un drama de dimensiones inconmensurables de fuertes repercusiones negativas para el desarrollo de nuestra entidad.

El anterior dato pinta de cuerpo completo el perfil excluyente del sistema educativo zacatecano, que proyecta las limitaciones e insuficiencias para atender la demanda de ingreso de los jóvenes para estudiar una licenciatura, hecho que los deja a merced de la desesperanza y la incertidumbre, sin que haya iniciativas razonables para resolver este fuerte problema estructural.

La circunstancia que se vive es negativa, porque así lo establecen las cifras: el 70 por ciento de los jóvenes en edad potencial de cursar una licenciatura en Zacatecas, no lo pueden hacer debido a que no existen los programas, los espacios y las instituciones para atenderlos. Miente quien diga lo contrario.

En estas fechas, los jóvenes se enfrentan a dos realidades traumáticas y lapidarias: primero, los que desean estudiar una licenciatura encontrarán enormes dificultades para hacerlo y sólo resultarán beneficiados unos cuantos, que serán los privilegiados; y, segundo, los que egresan de la educación superior, en promedio más de seis mil en la entidad, no podrán insertarse al mercado laboral, debido a que no hay dignos empleos disponibles para ellos. La mayoría tiene como destino engrosar el ejército de desempleados. Esto se constituye simultáneamente en una tragedia y en un drama social.

El subsistema de educación superior en Zacatecas

Los problemas estructurales del subsistema de educación superior en Zacatecas no sólo son, como se ve, cuantitativamente de cobertura, sino también de calidad.

La UNESCO recomienda a países como México avanzar hacia la universalización de la oferta de la educación superior de calidad, como mecanismo para cimentar los caminos del desarrollo y la prosperidad. En nuestra sociedad faltan políticas efectivas, planificadas y audaces que nos permitan evolucionar en ese sentido. Caminamos y nos desplazamos en las inercias de siempre.

Por si fuera poco, la actual matrícula en educación superior en la entidad se concentra en un 85 por ciento en las áreas de las ciencias sociales, administrativas, humanidades, educación y en las ingenierías tradicionales; un 10% en salud y sólo un 2 por ciento de las ciencias naturales y exactas (fuente: ANUIES, 2017). Se está olvidando promover las profesiones del futuro, fundamentalmente las vinculadas a la hiper/conexión, a la producción genética y nanotecnológica, entre otras.

Por responsabilidad de estado obligación es plantear salidas a la demanda registrada de ingreso de jóvenes a la educación superior, sino lamentablemente muchos de ellos verán truncadas sus expectativas de proyección futura, y eso se tipificará no sólo como un gran desperdicio de capital humano, sino también como un auténtico criminen.

Un primer compromiso se encuentra en fortalecer y apoyar el liderazgo académico de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).

El desempleo de los egresados de educación superior

De acuerdo a información de la ANUIES, al año en el país se registran más de 638 mil egresados de educación superior, de los cuales en promedio seis mil son aportados por Zacatecas. De estos, 2 de cada cinco están sin empleo y casi el 50 por ciento están en la informalidad (Encuesta Nacional de Empleo y Ocupación, 2016).

 Hoy, la educación superior es una prioridad zacatecana por atender mejor…

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