La política: ¿Su sicarización y sicilianización?

* La democracia y los partidos políticos secuestrados por las mafias del crimen

* La seguridad ciudadana y el fortalecimiento del Estado de Derecho, una necesidad

* La “sicilianización” del  acceso a los puestos de representación popular

MANUEL IBARRA SANTOS

Con los actos de violencia criminal registrados en varias entidades del país (como Guerrero, Estado de México y otras más) se reconfirma la presencia de un singular fenómeno social, de efectos devastadores para el desarrollo,  como es el referido a la sicilianización y sicarización de la política y del poder público.

La “sicilianización” es una categoría conceptual que debemos al aporte de los estudios e investigaciones de Leonardo Sciascia (1921-1989), quien la integra a la literatura política y al discurso descriptivo de la violencia criminal para hacer referencia semántica a “la pérdida progresiva de las ideas, ante el surgimiento arrollador de la fuerza del  crimen organizado, en el manejo y dominio de los asuntos públicos que, bajo circunstancias de normalidad democrática, deberían ser competencia exclusiva del Estado”.

En otras palabras <según los estudiosos e intérpretes de la obra de Leonardo Sciascia>,  el concepto de “sicilianización”  hace referencia, también, a la era global de la economía y la política, dominada por el poder  implacable de las mafias del crimen organizado que operan con tentáculos regionales, nacionales e internacionales.

La violencia criminal que azota muchas regiones del país ha conducido a la sociedad irremediablemente, se podría afirmar sin equivocación, hacia una peligrosa ola de “sicilianización” del poder público nacional y a sus instituciones, hecho de lo que no escapan los propios partidos políticos, todos por igual.

Frente a los escenarios de descomposición social y de “sicilianización” del poder público, cobra vigencia la vasta y rica obra literaria de Leonardo Sciascia, escritor italiano que naciera en 1921 en Racalmuto (Sicilia).

Introducido para su lectura en México por el escritor y periodista Federico Campbell, Leonardo Sciascia es el ensayista, novelista y escritor de género narrativo sobre crimen y poder, mafias y democracia, más importante de la historia de la humanidad en el siglo XX, como lo demuestran sus variadas obras literarias. Este mes de noviembre se estarán cumpliendo 25 años de la muerte de este extraordinario intelectual italiano.

Personaje de sólida autoridad moral, Leonardo Sciascia heredó a la sociedad una gran cantidad obras, de las que se pueden mencionar, entre otras, las siguientes: El Día de la Lechuza, El Contexto, La Brújula y el Capitán, Las Parroquias de Regalpetra, Puertas Abiertas, A Cada Cual lo Suyo y Los Tíos de Sicilia, por mencionar sólo unos cuantos textos de este excepcional escritor.

La sicilianización en nuestra sociedad del poder público

En nuestro país, las mafias criminales han construido, desde hace tiempo, un anchuroso camino y puente de sicilianización de la democracia, del poder público y de acceso a los puestos de representación popular, que es necesario detener.

Este hecho ha propiciado que el sistema político mexicano sufra y padezca una de las peores crisis morales y éticas de su historia, lo que está propiciando enormes perjuicios  a la sociedad.

Lo que tendremos también que cuestionar enérgicamente es el autismo, el silencio permisivo y cómplice de los partidos políticos, de muchos  intelectuales, de algunos periodistas, de las iglesias, de la iniciativa privada y, en general de todos, al adoptar una actitud comodina de callar y no decir nada, hasta que los asuntos sociales se convierten en tragedia como el caso de los estudiantes desaparecidos de la escuela Normal, de  Ayotzinapa  y otros más.

Existe algo que no se debe olvidar: todo lo que tocan las mafias,  lo pervierten. Las mafias criminales son una de las formas de conducir irremediablemente a las dictaduras fascistas.  Y es que en la sicilianización de la sociedad, no existe el Estado de Derecho, no se respeta la ley, puesto que sólo prevalece y domina la voluntad   del jefe criminal.

No faltará quien se pregunte, en este sentido, quiénes son peores, si las mafias del crimen organizado o las mafias financieras, aunque en ocasiones ambas se mimetizan y forman sólo una.

El respeto al derecho y la reinvindicación ética del poder

Luego de los recientes escandalosos casos de Ayotzina (Guerrero), Tlatlaya (Estado de México) y los hechos de violencia criminal en otras tantas entidades del país, lo recomendable sería recuperar la línea de eficacia de acción del Estado, el fortalecimiento de la legalidad, el combate a la impunidad y la reivindicación en los hechos del criterio ético en el ejercicio del poder público.

Sin menoscabo de otros asuntos también prioritarios, en la agenda pública del Estado mexicano tendrán que ocupar un espacio especialmente importante los temas de la seguridad ciudadana, la vigorización del principio de la legalidad y el combate a la impunidad.

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