La Casa de los Perros: La minería en problemas en Zacatecas

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Cuando el director para Sudamérica de Newmont, Mark Rodgers, y el sindicato minero liderado por el senador de Morena, Napoleón Gómez Urrutia, firmaron un acuerdo para poner fin a la suspensión de labores en la mina Peñasquito, las cosas para Zacatecas parecía pintarían mejor.

O quizás menos peor, pues la actividad en la principal veta de oro y plata en el estado se reanudaría para beneficio de la economía de Mazapil, de Zacatecas y de todo México.

La huelga, que fue estallada por los más de dos mil trabajadores que exigían el pago de más utilidades, al final habría llegado a su fin cuando Newmont aceptó la petición de un incremento salarial para los trabajadores del 8 por ciento, así como el desembolso de 152 millones de pesos para pagar un bono por activación a cada empleado.

Sobre las jugosas utilidades, las partes acordaron el pago del 10 por ciento conforme al contrato colectivo de trabajo.

La cuestión es que, a pesar de las albricias, la Minera Peñasquito confirmó que, si bien ha llegado a un acuerdo preliminar con el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana, del honorable senador de Morena conocido en el bajo mundo como Napito, con el objeto de finalizar la huelga iniciada el 7 de junio pasado, las cosas no han terminado.

En un comunicado de la empresa se deja en claro que dicho acuerdo tendrá todavía que formalizarse ante el Tribunal Laboral Federal de Asuntos Colectivos, lo cual se tiene la esperanza ocurra en los próximos días. Mientras esto no suceda, el paro continúa y Peñasquito sigue sin retomar sus actividades.

Por ello, Peñasquito aclaró a los contratistas que este acuerdo signado ante la Secretaría del Trabajo y Previsión Social no significa una reactivación de las órdenes de compra o los contratos que fueron suspendidos de manera temporal o reducidos en volumen.

Pero de que hay un avance, sin duda que lo hay. Como también quedó más que claro que la nueva gobernanza, el inquilino de La Casa de los Perros, y el secretario de Economía, Rodrigo Castañeda, creo se llama, fueron totalmente ignorados.

No tuvieron vela en este entierro sucedido en territorio zacatecano, de ahí el silencio sepulcral ante el anuncio que se emitió desde el gobierno federal.

Porque, ya no quedó duda, la nueva gobernanza tiene ocupaciones mucho más importantes como repartir mochilas, loncheras y esterilizar perros y gatos.

De cualquier manera, el avance para terminar con este movimiento laboral que, aunque en la nueva gobernanza lo quieran ignorar, sí afecta a Zacatecas y abrigó esperanzas de que las cosas, por fin, podrían cambiar.

Pero el gusto duró tan poco.

Fue justo un día antes de que se signara el acuerdo entre Newmont-Peñasquito y el sindicato minero, cuando las cosas se pusieron raras en la Mina La Colorada, de Pan American Silver. Por eso, desde el miércoles 4 de octubre se prendieron las alertas.

A eso de las 15:56 horas se recibió un reporte al 9-1-1. La llamada advirtió sobre la presencia de personas armadas en la zona limítrofe entre los municipios de Sombrerete y Chalchihuites.

Las fuerzas de seguridad supuestamente acudieron al llamado y, dijeron, no encontraron nada.

Pero los trabajadores del turno matutino no pudieron ingresar el 5 de octubre a su centro laboral y regresaron a sus hogares en la incertidumbre. Los que se encontraban trabajando el turno nocturno no pudieron abandonar las instalaciones hasta las cinco de la tarde de ese jueves.

El aviso fue que ni personal ni contratistas se presentaran hasta nuevo aviso. Ahí quedó sólo personal de rebombeo y vigilancia.

El sistema de video vigilancia permitió ver cómo a las 23:45 horas de 4 de octubre, un grupo de personas vulneraron los puntos de seguridad de la mina. Sabían perfectamente que minutos más tarde, dos vehículos ingresarían al patio de concentrado de plomo en donde serían cargados hasta el tope.

Como Juan por su casa, el par de camiones salió de la Mina La Colorada a eso de las 03:25 horas con dirección a Sombrerete. Y adiós que te vaya bien.

Y, otra vez, la nueva gobernanza se quedó muda. Ni una palabra al respecto. Porque mantienen su máxima: nos escondemos, lo ocultamos y, así actuamos como si no pasará nada. ¡Fácil!

Pero la empresa Pan American Silver emitió un comunicado en el que, para mala suerte de la nueva gobernanza, ventilaron lo que ellos trataron de ocultar: que la madrugada del 5 de octubre un grupo de sujetos del crimen organizado e inteligente ingresaron a la mina y se robaron dos remolques con mineral.

La empresa que mantiene la mina en Chalchihuites aclaró que no hubo lesiones físicas al personal, pero que en tanto la situación de seguridad no sea la óptima cerrarían sus puertas y con ello suspendían temporalmente las operaciones, el trabajo de proyecto y la explotación de La Colorada.

Fue hasta el viernes 6, a eso de las 18:00 horas, cuando a la nueva gobernanza no le quedó de otra que repartir un taco de lengua en el que reconocían que “el sistema de seguridad privado, de la mina La Colorada, ubicada en Chalchihuites, fue vulnerado, lo que provocó el robo de material”.

Gracias al Santo Niño de Atocha, dijeron que brindarían su apoyo a Pan American Silver Corporation, y que los secretarios general de Gobierno y Seguridad Pública, Rodrigo Reyes Mugüerza, y el General Arturo Medina Mayoral, así como el subsecretario, Óscar Alberto Aparicio Avendaño, ya habían hablado por teléfono con Brent Bergeron, vicepresidente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de la empresa para atender la situación ¡Uf, qué alivio!

Cinco días después del robo, el secretario de Seguridad Pública de Zacatecas, el general Arturo Medina Mayoral, informó que tras reunirse con directivos de la empresa Pan American Silver había decidido “supervisar de manera personal las condiciones que privan en esta mina”.

En su página personal de Facebook, Medina Mayoral remarcó que había tomado la determinación de reforzar los protocolos internos de actuación y garantizar las condiciones para que la mina pueda seguir operando.

Y fue más allá, pues dijo que la nueva gobernanza, a través de la Secretaría de Seguridad Pública, el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional se comprometían a garantizar la seguridad y las condiciones para continuar con las actividades cotidianas en la región.

Al final, con este hecho de violencia, el gozo del avance en la solución del conflicto en Peñasquito se fue al pozo en cuestión de nada.

Y sí, Zacatecas, otra vez, a las primeras planas de los medios de comunicación por la inseguridad y la percepción del horror hasta el tope.

Pero seamos felices. Hoy toca sonreír porque además de que vamos requetebién, ya sólo faltan 11 meses y 20 días para que se vaya Ya Saben Quién…

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