La Casa de los Perros Dominical: Los representantes estatales de la 4T

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ 

Muy extraño resultó el silencio que provocó entre los morenistas el resultado de la tercera encuesta que, vía las empresas Covarrubias y Asociados, Parametría y Demotecnia, realizó el Instituto Nacional Electoral (INE), en donde el ganador, Mario Delgado, con el 58.1 por ciento, una vez que libre el coronavirus asumirá de lleno la presidencia nacional de Morena.

El dirigente estatal, Fernando Arteaga, quien ha mantenido a Morena en Zacatecas en una especie de cápsula, pues nunca se sabe qué hacen, a qué se dedican o si en verdad existe el comité estatal, fiel a su proceder no dijo ni pío.

Todos sabían que su gallo era Yeidckol Polevnsky, y que al quedar fuera de la contienda su mejor opción era Porfirio Muñoz Ledo, pero al final los números dijeron otra cosa –el abuelo de la izquierda obtuvo el 41.4 por ciento–, y ahora los históricos tendrán que lidiar con Mario Delgado a la hora de la repartición de las candidaturas.

Mario Delgado, en su última visita a Zacatecas prometió que, de ganar la encuesta y ser ungido como el mandamás de Morena (en el papel, porque el verdadero es Andrés Manuel López Obrador) habría un “borrón y cuenta nueva” y olvidaría afrentas, ataques y demás lindezas que siempre surgen en una contienda de este tipo.

Pero todos sabemos que esto no es tan cierto. Los rencores no son tan fáciles de olvidar y habrá que esperar el manotazo del nuevo presidente de Morena que seguramente se dará vía candidaturas.

Ahora, la cercanía de Mario Delgado con Marcelo Ebrard confunde a todos en Zacatecas, pues para nadie es un misterio que el secretario de Relaciones Exteriores quiere ser el presidente de la República y eso pone en aprietos al senador Ricardo Monreal Ávila, que también quiere ese hueso.

Por ello, a partir de este momento, la pugna verdadera tendrá como principal eje la sucesión presidencial y, para ello, tanto Marcelo Ebrard como Ricardo Monreal necesitarán con urgencia que Mario Delgado apoye a sus respectivos prospectos para hacerse de las 15 candidaturas a gobernador –entre estas la de su hermano David Monreal Ávila–, para tener el camino a Palacio Nacional más allanado.

A partir de ya se sabrá quién tiene más fuerza y cercanía con López Obrador. Los golpes bajos serán cosa de todos los días. Y Mario Delgado deberá cumplirle a su amigo de toda la vida, pero también al zacatecano que es de armas tomar y movilizó a los morenistas en el Senado para brindarle apoyo durante su campaña.

Pero una cosa sí es segura, la última palabra en Morena sólo la tiene Andrés Manuel López Obrador. Nadie más.

Representantes estatales

La estrategia de Mario Delgado es emprender una gira nacional para conformar “comités de defensa de la Cuarta Transformación”, que suplirían en funciones a los comités estatales “a lo largo y ancho del territorio nacional”. Claro está que para ello arrancará encuestas abiertas para elegir a quiénes encabezarán estos “comités” que, al final de cuentas, se convertirán en candidatos a gobernador.

Así, el nuevo presidente de Morena espera darle la vuelta a la ley, arrancar de manera anticipada las campañas y que, con el pretexto de la 4T, los candidatos puedan organizar reuniones, entregar apoyos y caminar sus estados sin que nadie les diga nada.

Algo similar a lo que el Partido del Trabajo ya hizo: nombró a Geovanna Bañuelos coordinadora de afiliación para que, con este carácter, pueda placearse por el estado sin problema.

Desde su confinamiento, Mario Delgado dice que ahora sí hay urgencia por poner a Morena en movimiento y que no hay tiempo que perder. La prisa ya les ganó.

Denuncia

Luego que se diera a conocer el resultado de la encuesta, el todavía coordinador nacional de Ganadería, David Monreal, corrió presuroso a la Fiscalía General de la República para interponer una denuncia “contra quien resulte responsable”, por las infamias de las que es objeto, otra vez.

No quiere que haya manchas ni obstáculos en su camino, y por ello se dice dispuesto a enfrentar a aquellos que lo ligan con la delincuencia organizada, con la que jura no tener trato alguno. Ni los conoce.

Ahora, su siguiente paso es que el nuevo presidente de Morena lo designe, vía encuesta, representante estatal de la 4T y de ahí, a la grande.

La duda es, cómo se colará para ser tomado en cuenta en la encuesta y que en ella no se privilegie, en primera instancia, a los militantes y no a los “externos”. Pero seguramente su hermano Ricardo Monreal ya le tiene listo el camino. Como siempre.

El reto de los diputados

Los diputados locales tienen frente a ellos el reto de lograr que sus partidos los tomen en cuenta para la reelección y, para ello, deben contar al menos con la simpatía de los ciudadanos porque, hasta hoy, la mayoría ha tenido un desempeño muy, pero muy regular tirándole a malo.

Además de que, los aspirantes a la gubernatura los presionarán para que, sin miramientos, hagan frente al gravísimo problema que significa el Issstezac. Si no se manifiestan y trabajan a favor del rescate del Instituto, el próximo gobernador no tendrá oportunidades de maniobra y los compromisos que ya han adquirido no los podrán cumplir ni yendo a visitar al Santo Niño de Atocha.

El enorme déficit del Issstezac no permitirá hacer frente ni a la deuda heredada por el exgobernador Miguel Alonso Reyes; tampoco a la inseguridad y mucho menos al déficit educativo. Además, en estos tiempos de pandemia, nadie debe echar al olvido los problemas con la salud y la crisis económica.

Vamos viendo quién de los diputados deja atrás el discurso y se aplica porque esto urge. Los que hagan oídos sordos seguramente no deberán estar en la boleta electoral del 2021.

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