PABLO PEDROZA
“Gracias a los campesinos, a los ganaderos,
a los comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios.
Nos ha ayudado mucho su aportación”.
Ricardo Monreal Ávila
A Ricardo le faltó decir: disculpen las molestias por ser como somos los legisladores de la Cuarta Transformación. Pero Andrés dejó inoculada la costumbre de pasar por encima de todo y justificar, antes que escuchar, para sacar adelante lo que a rajatabla creen que es lo correcto.
Fue necesaria la protesta social, con carreteras bloqueadas, la afectación a miles o incluso millones de ciudadanos, además de las pérdidas económicas millonarias provocadas, para que, a costa del descenso en la aprobación de Claudia Sheinbaum, estos morenistas hicieran lo que debió ser primero: escuchar y consensuar.
Pero no lo hicieron en un verdadero diálogo, sino en un ritual de acudir más a la alabanza que a la solución. Alfonso Ramírez Cuellar, Ricardo Monreal Ávila, Arturo Dávila, entre otros, se dedicaron —ante las inconformidades por la iniciativa sobre el agua— a embarcarse en el rito de proteger y alabar a Claudia, en un ejercicio zalamero que no logró minimizar la molestia de los directamente afectados y que, además, aumentó la solidaridad y el enojo en contra del régimen morenista.
Al final, la realidad los alcanzó. Podrán decir lo que les venga en gana y aferrarse al incensario oficio de justificarlo todo, incluso colocándose en el ejercicio fanático de defender las posiciones por una presunta perfección de la Cuarta Transformación y la terrible imperfección del pasado.
Podrán alabar a Claudia Sheinbaum hasta que se les ampollen los labios o hasta que se retiren indignados cada vez que pierdan un debate. Lo cierto es que las modificaciones a la iniciativa de la Ley General de Aguas son, en realidad, el triunfo de la sociedad que salió a defender lo que siempre consideró su derecho, y que ahora se refleja en los cambios que, con tufo a propaganda personal, pregona el vivillo Ricardo Monreal en sus redes sociales.
En un documento de doce páginas, Ricardo, quien siempre busca caer parado, parece gritarnos “¡fui yo, fui yo!”. Alfonso Ramírez Cuéllar y demás diputados que participaron en los diálogos con los inconformes para llegar a las modificaciones quedan reducidos, en su documento, a entes accesorios, meros extras en esta escenificación donde la estrella autocalificada es, por supuesto, Ricardo.
En el documento aparecen fotos donde sólo él atiende, saluda y dialoga con la sonrisa Colgate que le caracteriza.
Y como no hay borracho que coma lumbre, el último párrafo de su texto lo deja claro: “Debo reconocer puntualmente la sensibilidad y actitud solidaria de la presidenta de la República para con las y los campesinos de México y con los grupos más vulnerables; así mismo, mi reconocimiento para el director general de Conagua y su equipo, ante la disposición mostrada durante los trabajos realizados, destacando su apertura, colaboración y escucha.”
Con esto busca dejar claro que, si fue necesario modificar la reforma —más por la fuerza que de buena gana—, él fue el gestor central. Ricardo, de modo comedido pero promocionándose, porque el chingón es él y no Alfonso Ramírez Cuellar ni ningún otro en la bancada, quiere evitar que le busquen tres pies al gato.
Claro, queda la posibilidad de que ambos actores morenistas trabajen coordinados, algo que nunca han demostrado y que, por ello, nadie va a creer hoy.
Aquí van las modificaciones que Ricardo considera principales sobre la Ley de Aguas Nacionales:
1. Se reubicó la definición de “reasignación”, para dar certeza de lo que involucra el concepto y por técnica legislativa (artículo 3, fracción XLIII BIS).
2. Se establece la definición de “uso agropecuario familiar”, para puntualizar aquellas actividades agrícolas y pecuarias cuyo objetivo es el sostenimiento familiar (artículo 3, fracción LIII BIS).
3. No se considera la “seguridad hídrica” como mecanismo de reducción de volúmenes (artículo 4).
4. Se eliminó la precisión de que los Subdirectores Generales de la Comisión tienen participación en el Consejo Técnico, lo cual puede regularse en la normativa interna (artículo 10).
11. Precisamos la facultad de la autoridad para reasignar volúmenes mediante procedimientos ordinarios o expeditos; esto agrega la flexibilidad necesaria para que la norma sea eficiente (artículo 22).
12. Con la finalidad de brindar tiempo a las y los usuarios para que lleven a cabo sus trámites de manera adecuada, establecimos la ampliación de plazos para solicitar prórrogas, pasando de uno a dos años, lo cual mejora la operatividad (artículo 24).
22. Se reitera que, en casos de sucesión, de transmisión de dominio de propiedades asociadas a un título y de fusión y escisión de sociedades civiles o mercantiles, la Conagua expedirá, en un plazo que no exceda los 20 días
hábiles, nuevos títulos de concesión mediante procedimientos expeditos, contribuyendo a la eficiencia institucional y a la atención a la ciudadanía, simplificando trámites y acortando tiempos de resolución (artículo 37 BIS 1).
23. En la reasignación de volúmenes, la “Autoridad del Agua” emitirá un nuevo título de concesión en favor de la persona que acredite los derechos de propiedad, de representación o de sucesión, conservando el mismo volumen y uso, así como el plazo remanente del título objeto de reasignación. Esto garantizará continuidad para las personas usuarias, sin modificar sus derechos ni condiciones, brindándoles certeza jurídica en los procesos de reasignación (artículo 37 Bis 1).
26. En el traslado de derechos, se conservarán los relativos a la explotación, uso o aprovechamiento de las aguas correspondientes, con lo cual se facilita la continuidad de las actividades productivas y se asegura que el uso del agua permanezca vinculado al territorio, evitando conflictos y fortaleciendo el manejo responsable (artículo 49).
Con las adecuaciones y modificaciones a la iniciativa original podemos afirmar que los inconformes tenían razón y triunfaron. Lograron lo que los morenistas se empeñaban en señalar como falso, hasta desgarrarse las vestiduras.
Lograron la asociación de la concesión de agua con la propiedad, lo cual garantiza que no se pierda el valor de la misma. Lograron que, al venderse la propiedad, se emita una concesión a nombre del comprador, otorgando mayor certeza jurídica.
Lograron demostrar que, así como la calificación de Claudia baja, la voz de la sociedad organizada crece y se impone.
De Salida
UNO. Mientras, en nuestra aldea zacatecana, los últimos días son tiempo de bloqueos y tomas de edificios institucionales. Los bloqueos en el bulevar son monopolio de la SNTE 58, que reclama la forma, según ellos, injusta en que se inicia el proceso de federalización de los miembros de esa sección.
DOS. Por otro lado, los bloqueos en el centro de la ciudad se los debemos a las autoridades estatales y municipales, quienes mantienen un excepcional talento para afectar la vida cotidiana de los ciudadanos y la economía de los comercios de la zona. Ante tal panorama, la verdad es que ni a cuál irle.
TRES. Varios días de desencuentros entre la administración del estado —que se autodenomina de nueva gobernanza— y la Sección 58 del SNTE han llenado los medios con las versiones de unos y otros.
Pero ni el dirigente de la SNTE 58 o su Comité, ni los administradores del estado se han tomado la molestia de explicarnos cómo impactará esta federalización, que ahora inicia, a las finanzas del Issstezac. Sería aún mejor saber si existe la voluntad, y con qué recursos, se hará frente a ello.
Sobre la Firma
Columnista con experiencia pública y mirada crítica.
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