miércoles, diciembre 24, 2025
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Alito destapa, encuesta marca límites

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

La encuesta de LaEncuesta.mx levantada entre el 12 y el 14 de diciembre de 2025 introduce una lectura más precisa —y menos entusiasta— al escenario que el dirigente nacional del PRI, Alejandro Alito Moreno, ha intentado fijar públicamente desde la Ciudad de México.

Mientras el líder priista habla de fortaleza, competitividad e incluso de la posibilidad de ir solos a la elección de 2027, los números describen un partido con peso, pero lejos de la centralidad que su discurso sugiere.

El dato principal ordena toda la discusión. Morena encabeza la intención de voto con 33.1%. El PRI aparece en segundo lugar con 20.9%. La diferencia entre ambos supera los 12 puntos porcentuales, una distancia que no admite lecturas ambiguas porque rebasa con amplitud el margen de error teórico de ±3.5 puntos.

En esta medición, no hay empate ni competencia cerrada en la cima: hay un liderazgo claro del partido gobernante.

La encuesta se construyó a partir de mil 200 entrevistas telefónicas a personas mayores de 18 años con teléfono celular, bajo un diseño probabilístico y un nivel de confianza estadística del 95%.

La tasa de rechazo, elevada —entre 55% y 62%—, delimita el universo observado a quienes aceptan participar en ejercicios de este tipo. Es un límite metodológico relevante, pero no suficiente para relativizar una ventaja de doble dígito entre el primer y el segundo lugar.

El segundo plano del escenario es más inestable y ahí es donde el discurso de Alejandro Moreno encuentra su principal tensión con los datos. El PRI no sólo está lejos de Morena, sino que tampoco domina con claridad el espacio opositor. El PAN registra 19.6% de intención de voto, una cifra estadísticamente indistinguible de la priista.

Entre ambos hay un empate técnico por el segundo lugar, lo que describe una oposición fragmentada y sin liderazgo definido.

Este punto es clave para entender el alcance real de las declaraciones del dirigente nacional. Cuando Alito Moreno habla de un PRI fuerte en Zacatecas, los números muestran un partido competitivo, pero no hegemónico; relevante, pero no dominante.

La base electoral existe, ronda una quinta parte del electorado, pero no alcanza, por sí sola, para sostener una estrategia de competencia frontal contra Morena sin alianzas o sin un contexto extraordinario.

Más abajo, el mapa se dispersa. El PT obtiene 8.8%, Movimiento Ciudadano 5.5% y el PVEM 3.5%. Un 6.2% no declara preferencia. Estos porcentajes confirman que el grueso de la elección se concentra en tres fuerzas y que, al menos en esta etapa, no hay una tercera opción capaz de reordenar el tablero.

El contraste se vuelve más nítido cuando la encuesta se enfoca en la vida interna del PRI. Ante la pregunta sobre quién debería ser su candidato a la gubernatura, Adolfo Bonilla Gómez lidera con 31.2% de las preferencias. Claudia Anaya Mota aparece en segundo lugar con 18.6% y Fuensanta Guerrero Esquivel en tercero con 16.6%. Le siguen Carlos Peña Badillo con 15.9% y Javier Torres con 11.9%

La ventaja de Bonilla no es marginal ni circunstancial: es amplia y supera el margen de error, lo que lo coloca como el perfil mejor posicionado entre los simpatizantes priistas medidos.

Aquí aparece la omisión más llamativa en el discurso de la dirigencia nacional.

En los “destapes” y declaraciones públicas de Alejandro Moreno, el nombre de Bonilla no figura, pese a encabezar con claridad las preferencias internas. En su lugar, se mencionan osadamente perfiles como el del exgobernador Miguel Alonso Reyes o el del presidente municipal de Zacatecas, Miguel Ángel Varela, militante del PAN, a quien incluso se le atribuye fuerza suficiente para competir en solitario, fuera de una alianza.

La encuesta no invalida la trayectoria ni el capital político de esos nombres, pero sí muestra que no coinciden con las preferencias registradas dentro del PRI. El desajuste no es menor: el aspirante mejor evaluado no es el promovido, y los promovidos no aparecen entre los mejor evaluados. Esa distancia entre dato y narrativa es uno de los hallazgos más relevantes del estudio.

Nada de esto define el resultado de 2027. La medición no incorpora variables futuras como alianzas formales, fracturas internas en el oficialismo, debates legales o reconfiguraciones partidistas. Pero sí fija un punto de partida verificable. Hoy, Morena lidera con margen; el PRI compite por el segundo lugar sin ventaja decisiva; y su discurso público no refleja con precisión lo que muestran los datos de opinión.

Leída con rigor, la encuesta no desmiente la aspiración política del priismo, pero sí la acota. Entre lo que se dice desde la dirigencia y lo que muestran los números hay una brecha clara. Y en política, esa brecha suele ser el primer dato que conviene atender.

Sobre la Firma

Periodista especializada en política y seguridad ciudadana.
claudia.valdesdiaz@gmail.com
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