Crisis de autoridad

NOEMÍ LUNA AYALA

En el presente sexenio en México vivimos una terrible crisis de autoridad, cuya principal causa podríamos ubicarla en el alto índice de corrupción, inseguridad e impunidad existentes.

Esa falta de autoridad la observamos clara y cotidianamente en la fallida estrategia de seguridad “Abrazos no balazos”, implementada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha derivado en el lamentable incremento de la delincuencia, ya que los actos ilícitos quedan sin castigo o con castigo insuficiente.

Esa carencia de sanciones para quienes infringen la ley provoca la ruptura del tejido -que no es otra cosa que la pérdida de la confianza moral en las autoridades y las instituciones-, a la vez que genera la indignación social, llevando a la población a rebasar los límites establecidos en el Estado de Derecho.

Me refiero a esta crisis de autoridad que se vive en el Estado Mexicano porque es mi intención señalar las consecuencias que pueden derivarse de la indignación social por la inacción de las autoridades, específicamente llevar a linchamientos, como el registrado en Taxco, Guerrero, por el feminicidio de la niña Camila, que fue a la casa de su mejor amiga para jugar en una alberca inflable y nunca regresó a su hogar.

El asesinato de la pequeña de 8 años, igual que todos los feminicidios, es verdaderamente lacerante. “Las niñas no se tocan” y “si toca a una, respondemos todas”. Bajo esta convicción he trabajado en la Cámara de Diputados e impulsado leyes en favor de las mujeres, niñas, niños y adolescentes.

Igual de preocupante para las autoridades y sociedad debe ser la toma de la justicia por propia mano de una multitud enardecida, que por la indignación actúa sin pensar y aplica la máxima de “ojo por ojo y diente por diente”, remitiéndonos a “Fuente Ovejuna”, libro del dramaturgo Félix López de Vega, en el que los habitantes de una aldea se revelaron unánimemente contra los abusos del Comendador, al que colectivamente asesinaron.

El Jueves Santo, la turba iracunda tomo la justicia en sus manos y a punta de golpes castigó a una mujer y sus dos hijos, presuntos responsables del secuestro y homicidio de Camila. La primera murió y los otros dos fueron hospitalizados.

Son alarmantes las cifras que da la organización civil Causa en Común. En los últimos cuatro años ha documentado 129 linchamientos y 694 intentos. Sólo en el 2023 ocurrieron 19 linchamientos y 129 intentos.

Esos homicidios colectivos, que por ningún motivo se justifican, aunque sean comprensibles, derivan de que en México existe prácticamente un 100 por ciento de impunidad.

Ante esta grave situación llamo al Gobierno Federal y de las entidades a atender la crisis de autoridad, que a la par deriva en una crisis de seguridad, a fin de garantizar a las y los mexicanos el respeto de sus derechos humanos, el cumplimiento de las leyes y la aplicación de la justicia para las víctimas del delito, de tal manera que la gente no se vea orillada a buscar venganza.