La Casa de los Perros: Inclusión Zacatecas confirma: amor con amor se paga

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

Mientras las corcholatas de Andrés Manuel López Obrador continúan su gira artística por el país, violentando cuanta ley electoral se encuentran a su paso, en Zacatecas, las ansias de seguir royendo hueso andan desbocadas.

Y en este loco andar por no dejar la cómoda vida que el servicio público otorga a unos cuantos, el pago de favores hace imponente presencia.

Al escritorio de la diputada Priscila Benítez Sánchez, presidenta de la Comisión de Hacienda y Fortalecimiento Municipal de la inefable LXIV Legislatura llegó desde la Sindicatura del Ayuntamiento de Zacatecas, un oficio fechado el 30 de enero de este 2023.

El documento, signado por el alcalde Jorge Miranda Castro, y la síndico Ruth “N”, y que forma parte del Expediente 43/2023, Archivero 8, Cajón 2, del Departamento de Regularización de Fraccionamientos y Lotes Baldíos tiene un solo asunto: solicitud de donación.

Resulta que hay una asociación que hace el bien sin mirar a quien, que anda detrás del inmueble ubicado en la calle Pino Azul del Fraccionamiento La Escondida, de la comunidad del mismo nombre, de esta maltratada capital de Zacatecas.

Sí, se trata de un predio de dos mil metros cuadrados con clave catastral 5603-03-028-001, con valor superior a los seis millones de pesos, a quien la asociación civil Inclusión Zacatecas, a través de Mariana Anaya Mota, que es la representante legal, ya le echó el ojo.

Si no ubican a Mariana, baste checar sus apellidos y darse perfecta cuenta que es la hermana de la senadora tricolor Claudia Anaya Mota quien, tras criticar severamente a su partido, el PRI, y al exgobernador, Alejandro Tello Cristerna, por haberla “dejado sola” en la elección que perdió ante el hoy inquilino de La Casa de los Perros, le bajó 50 mil rayitas a su humor y dedicó su tiempo libre a conseguirle trabajo a su parentela.

Así, Mariana Anaya, quien en sus ratos libres trabaja en Inclusión Zacatecas, el pasado 22 de abril, “ante un abarrotado salón Gobernadores”, reza el comunicado, rindió protesta como dirigente del PRI capitalino, al lado de César Antonio Sánchez Barajas, que es su comparsa como secretario general.

Obviamente fue Carlos Peña Badillo, el líder del Revolucionario Institucional en Zacatecas, quien le tomó protesta a la flamante política, eso sí, no sin antes afirmar vehemente que el otrora partidazo va a ganar Fresnillo, Jerez, Guadalupe, Zacatecas y el resto de los municipios. Como quien dice, todo. ¡Faltaba más!

Después, en esa emotiva reunión priista, tocó el turno a Mariana Anaya tomar la palabra y jurar por los clavos de Cristo que con su llegada a la dirigencia municipal “se inicia un nuevo capítulo en la historia política del municipio de Zacatecas” ¡ay, ay, ay!

Pero la senadora no se quedó quieta y ubicó también a Víctor Anaya Mota, como titular del Órgano Interno de Control del… ¡usted ya adivinó!, sí, del Ayuntamiento de Zacatecas, el mismo que autorizó la solicitud de donación del predio que la familia quiere.

Ya con toda la parentela con chamba, ahora Claudia Anaya buscará la reelección en el Senado. Seis años de buena vida ameritan trabajo duro para que se conviertan en 12 ¿o no?

Si el cometido no se cumple, por lo menos una entrada segura de recursos seguirá teniendo a través de Inclusión Zacatecas, asociación civil que a lo largo del tiempo ha sido muy apapachada. Y la nueva gobernanza y el gobierno verde de la capital no han sido la excepción.

Que amor con amor se paga… dicen.

Por lo pronto, Jorge Miranda ya grita a los cuatro vientos que ha recibido la bendición del gobernador David Monreal Ávila, y de la corcholata Ricardo, también de apellidos Monreal Ávila, para ir a la reelección en la capital.

Las asperezas con el diputado federal y dueño del Verde Ecologista en Zacatecas, Carlos Puente Salas, han sido limadas.

Y para ello, desde ahorita, Jorge Miranda busca allanar el camino con la priista para que no le haga mosca a la hora de la campaña. Ya le saben el modo.

Por parte de la LXIV Legislatura, para gracia de los Dioses, la aprobación de la donación del terreno cuyo valor catastral es de cuatro millones 357 mil 789 pesos, pero que tiene un valor “físico” de seis millones 110 mil 541 pesos, recae en la comisión que preside Priscila Benítez.

Para la familia Anaya Mota todo parece acomodarse, ya que la morenista, cuando se retrata con David Monreal, pero de Nueva Alianza, cuando se coloca en la curul, ya se ha sentado en la mesa del hoy Frente Amplio por México por una simple razón: quiere ser presidenta municipal de Guadalupe.

Y si para conseguir su cometido se tiene que vestir de azul, lo hará.

Ella, dicen, ya hizo sus mediciones y sabe que en Guadalupe tras la despavorida huida del consen exalcalde Julio “N”, hay un desbarajuste que será difícil recomponer.

Las pocas reuniones a las que el hoy alcalde, José Saldívar Alcalde, ha podido convocar han terminado a sombrerazos, y más cuando alguien les avisó que La Malvada ya tiene designado candidato y se llama Sergio Casas Valadez, hoy secretario de Desarrollo Social de la nueva gobernanza, y antes servidor de la Nación con el cargo de subdelegado, en la región Guadalupe, de la Delegación de Programas para el Desarrollo del Gobierno de México.

Priscila Benítez sabe que no transitará por Morena como candidata y para ello pone ya manos a la obra congraciándose con los de enfrente. Y qué mejor manera que tener contenta a la senadora.

Ya ven por qué hay que sonreír. Porque ¡Ya ganamos!

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