La Casa de los Perros: Los pesos y los centavos

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

 

Siguiendo con la retórica favorita de la 4T, de perseguir al ladrón de cuello blanco, aunque para el organizado sólo haya abrazos y jamás balazos, el próximo inquilino de La Casa de los Perros continúa con la “escrupulosa y exhaustiva” revisión a los quehaceres de quien durante cinco años gozó con pasear por los pasillos de nuestra histórica finca.

 

Los que llegarán quieren dar justo en el blanco y mellar el único activo de la administración de Alejandro Tello Cristerna: la honestidad.

 

Y aunque el gobernador no se haya llevado a su departamento en Polanco ninguna de las obras de artes que tanto reclaman quienes asumirán el poder el 12 de septiembre, era obligación intrínseca de los que se van, revisar un día sí, y el otro también, y sobre todo en este Año de Hidalgo, que los bienes de los zacatecanos estuvieran en donde deberían estar.

 

David Monreal, obviamente, no va sólo por los cuadros donados por diferentes artistas zacatecanos que, se supone, adornaban las oficinas gubernamentales. Lo que más le interesa es saber en dónde están los recursos con los que, por ejemplo, se organizarían dos ferias nacionales que, por pandemia, fueron suspendidas.

 

El gobernador electo sabe que la situación económica de Zacatecas es harto complicada para cumplir compromisos como el de que la entidad tenga, en cien días, las mejores carreteras del mundo mundial. Pero para eso se necesitará dinero.

 

Todos saben que, desde el 6 de junio, día en el que se cumplió la máxima favorita: la tercera es la vencida, David Monreal cerró la llave a Tello Cristerna. De junio para acá, la exigencia fue no sólo no entregar concesiones de despedida a transportistas, ni continuar con licitaciones, sino guardar los lápices y las llantas que, en realidad no son tales.

 

Aquí hablamos de un presupuesto no ejercido que debe estar bien guardado para que, en septiembre, el caos que hoy se vive en Zacatecas se transforme como por arte de magia en pura felicidad.

 

Para lograr este cometido es de suma importancia tener un referente “histórico” del patrimonio estatal. Que todos sepan qué se entrega y qué se recibe porque si no se pueden rehabilitar las carreteras el culpable no será David Monreal. ¡Claro que no!

 

Revisar “cuántos vehículos se dieron de baja, cuántos se licitaron, cuántos están en comodato” son minucias. Aquí lo importante es en dónde están los recursos no ejercidos durante tres meses y medio.

 

Y, para desgracia de quienes hicieron mal uso de los dineros de los zacatecanos y no repartieron esas ganancias entre todos, pero para alegría de la nueva gobernanza, siempre habrá un quedabién que, con tal de no perder su trabajo y convertirse en consentido de la 4T, ha estado más que dispuesto a videograbar a sus exjefes y jugar el papel del sapo de la película.

 

La duda es, si David Monreal, a diferencia de Andrés Manuel López Obrador, irá por todos los corruptos o sólo por aquellos que no le han brindado de rodillas lealtad ciega a costa de su dignidad.

 

Por lo pronto, mientras a los zacatecanos se les entretiene con el cuento de que andan buscando computadoras, tabletas y mobiliario que supuestamente han sido ubicados en domicilios particulares, la nueva gobernanza hoy anda, como lo marca la regla: detrás del dinero.

 

Llamado a la cordura

 

Aunque tarde, pues organizar un concierto masivo con algo así como 20 mil personas no fue la mejor carta de presentación, hoy David Monreal, a 19 días de recibir las llaves de La Casa de los Perros, llama a la cordura a quienes asumirán nuevas responsabilidades en los 58 ayuntamientos y les pide encarecidamente que hagan uso de las tecnologías de la información para que transmitan las ceremonias de rendición de protesta.

 

Conmina pues a los presidentes municipales electos a organizar eventos semipresenciales y que en las sedes determinadas por el Cabildo sólo asistan los que deban estar. Lambiscones ya tendrán tiempo para rendir pleitesías. Hoy lo que importa es acatar los protocolos de salud y punto.

 

Esto quiere decir que, predicando con el ejemplo, David Monreal, el 12 de septiembre, será el primero en transmitir su toma del encargo vía benditas redes sociales, y que al Congreso del Estado sólo irán los que serán sus nuevos colaboradores, guardando en la gradería la sana distancia que el momento amerita, porque eso de sentarse uno al lado de otro no es lo propio. ¿O sí?

 

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