ANGÉLICA COLIN MERCADO
El cierre del ejercicio fiscal 2025 para la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) se sitúa en un punto crítico, marcado por tensiones financieras y gestiones intergubernamentales que condicionaron el cumplimiento de obligaciones laborales fundamentales, como el pago del aguinaldo y otras prestaciones de fin de año.
A lo largo del año, la administración universitaria encabezada por el rector Ángel Román Gutiérrez enfrentó un déficit estructural histórico que obligó a gestionar recursos extraordinarios cercanos a los 480 millones de pesos para cubrir quincenas, aguinaldos y prestaciones de más de seis mil trabajadores docentes y administrativos, recursos que no estaban plenamente garantizados a mediados de diciembre.
Este escenario generó inquietud entre los sindicatos y la comunidad universitaria, particularmente por la incertidumbre en los tiempos y montos de pago, a pesar de que los contratos colectivos establecen fechas claras para la dispersión del aguinaldo.
En respuesta, la Rectoría, en coordinación con el Gobierno del Estado de Zacatecas, intensificó las gestiones ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, apostando por la interlocución institucional como vía para asegurar un cierre financiero ordenado y responsable.
De manera positiva, la UAZ logró liberar el pago de los aguinaldos a partir del 20 de diciembre, cumpliendo con una prestación legalmente exigible para el personal docente y administrativo.
Este hecho no solo atendió un principio de justicia laboral, sino que contribuyó a preservar la estabilidad institucional y a evitar afectaciones mayores en la vida académica y administrativa.
No obstante, el inicio de 2026 plantea retos inmediatos y de fondo para la Universidad.
Entre ellos destacan la necesidad de asegurar la suficiencia presupuestal para el pago oportuno de salarios desde enero, la revisión del modelo financiero para atender el déficit estructural, el fortalecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas, así como la construcción de acuerdos sostenibles con los sindicatos.
A ello se suma el desafío de mantener la calidad educativa, la investigación y la cobertura, en un contexto de creciente matrícula y recursos limitados.
En este sentido, 2026 se perfila como un año clave para transitar de la gestión reactiva a una planeación financiera y académica de largo plazo que garantice la viabilidad de la UAZ.
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Educadora crítica, madre, directiva universitaria comprometida.
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