domingo, noviembre 9, 2025
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Operativo Zacatecas: rescate en balacera revela control criminal


Zacatecas, Zac.- El golpe táctico se ejecutó en la madrugada. Tras casi cinco meses de cautiverio, elementos de fuerzas federales y estatales rescataron a Joshua Jafet Zambrano Hernández, hijo del alcalde perredista de Ojocaliente, Juan Manuel Zambrano Jiménez, en una casa de seguridad ubicada en la zona rural de Villanueva.

La operación, resultado de una sostenida labor de inteligencia, degeneró en un enfrentamiento armado que neutralizó a uno de los secuestradores, confirmando que la privación de libertad no fue un crimen patrimonial simple, sino una estrategia de coacción contra la élite política local por parte del crimen organizado.

Joshua Zambrano, de 23 años, fue privado de su libertad el 9 de junio del presente año en Ojocaliente. El hallazgo ocurrió a 150 días de distancia en el municipio de Villanueva, entre las comunidades de El Jagüey y El Molino. Esta dislocación geográfica a un punto clave que actúa como un corredor estratégico hacia el estado de Jalisco descarta la hipótesis de una célula criminal menor. La capacidad logística y la red de casas de seguridad distribuida en zonas de alta conflictividad refuerzan la tesis de que una estructura criminal con movilidad interestatal utiliza el secuestro de alto perfil como parte de su estrategia de dominación regional.

La prolongada duración del cautiverio es atípica. Cinco meses sugieren varias posibilidades: un fracaso o rechazo a la negociación económica o el mantenimiento de la víctima como palanca de presión política a largo plazo, buscando concesiones no monetarias. El tiempo extendido transformó el caso de una carrera contra el reloj a una metódica operación de saturación de inteligencia, permitiendo a las agencias analizar patrones de comunicación y movimientos logísticos. Esta espera paciente indica la decisión estratégica del Estado de no ceder a la extorsión, priorizando el riesgo operacional para asegurar un rescate forzado basado en información sólida.

Táctica, Inteligencia y el Riesgo Letal

La ubicación final del objetivo es característica de las bases operacionales que explotan la dificultad de acceso rural. El operativo fue planificado por la Mesa Estatal de Construcción de Paz e involucró una estrecha coordinación entre la Policía Estatal Preventiva (PEP), la Policía de Investigación (PDI) especializada en Delitos de Alto Impacto, el Ejército Mexicano, y la Guardia Nacional (GN).

La incursión se inició a las 5:00 de la mañana, un protocolo táctico para maximizar el factor sorpresa. Las fuerzas de seguridad fueron “agredidas por las personas armadas” al entrar al lugar, lo que desencadenó el enfrentamiento. El criminal abatido portaba “equipo táctico, un arma larga y algunos cargadores”, confirmando la naturaleza de centro de operaciones del sitio. El joven rehén solicitó auxilio a los agentes durante la intervención. La planificación de un asalto táctico con una víctima de alto perfil presente indica una determinación institucional de evitar el pago de rescate y demostrar la capacidad del Estado para utilizar la fuerza letal cuando se agotan otras vías.

El secretario gneral de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, y el fiscal general de Justicia, Cristian Paul Camacho Osnaya, confirmaron que la localización se logró “gracias a las labores de inteligencia llevadas a cabo por autoridades”. El General Arturo Medina Mayoral, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), coordinó las fuerzas terrestres que ejecutaron el rescate.

Las Bajas y la Continuidad Criminal

A pesar del éxito en salvaguardar la vida de la víctima, el resto de la célula criminal logró escapar del lugar. Esta fuga representa una limitación táctica significativa. La evasión de los cómplices implica que la capacidad operativa del grupo delictivo responsable permanece funcional.

La Fiscalía carece de un hilo conductor crucial para desmantelar la estructura: la identidad del atacante abatido está pendiente de confirmación forense. Cristian Camacho confirmó la realización de los procesamientos periciales y protocolos forenses. De lograrse un vínculo forense o balístico, podría conectarse al perpetrador con otras carpetas de investigación o determinar la estructura criminal específica detrás del secuestro.

La víctima, reportada como estable pero con deshidratación, indicador de las condiciones deficientes de retención, fue reunida con sus familiares. El secretario Reyes Mugüerza solicitó esperar los resultados de la investigación de la Fiscalía sobre la autoría intelectual del crimen. La reticencia a nombrar al cártel responsable es una medida estratégica común para evitar una escalada inmediata de violencia o proteger la integridad de las investigaciones.

La subsistencia de la célula garantiza la continuidad del riesgo en la región. El rescate demostró la capacidad sostenida de inteligencia y la cohesión táctica del Estado, pero la fuga de los captores exhibe una debilidad estratégica: la limitación del impacto a largo plazo de la operación. Para capitalizar el éxito, es imperativo acelerar la identificación forense y mejorar los protocolos de interdicción en entornos rurales.

La vida del rehén se salvó por la fuerza, pero la estructura criminal que opera en la frontera con Jalisco sigue intacta.

LNY | Redacción

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