Zacatecas, Zac.- El obispo Sigifredo Noriega Barceló condenó el asesinato como “la mayor injusticia” durante su homilía en la Catedral Basílica de Zacatecas este 2 de noviembre. En la misa por Día de Muertos, el prelado enfatizó la sacralidad de la vida humana y llamó a los fieles a honrar a los difuntos celebrando la existencia con esperanza cristiana.
Noriega Barceló fundamentó su postura en la dignidad humana como “don sagrado”, señalando el deseo universal de vivir y morir con dignidad. Subrayó que matar a otra persona constituye la máxima violación ética, en un contexto donde la violencia afecta persistentemente a la entidad zacatecana.
Sobre la mortalidad, el obispo describió la muerte como realidad inevitable utilizando la metáfora de “estar en la fila” para ilustrar la fragilidad humana. Aclaró que este destino universal no representa fracaso alguno sino “paso hacia la casa del Padre”, donde la existencia terrenal prepara para el encuentro divino.
La esperanza escatológica emergió como respuesta al misterio de la muerte. El prelado afirmó que sin fe en la vida eterna “la existencia carecería de sentido”, citando las palabras de Jesús sobre el “pan de vida eterna más allá del sepulcro”. Esta perspectiva transforma el duelo en esperanza activa mediante la oración y el recuerdo agradecido.
El mensaje concluyó con un llamado práctico: orar por los difuntos para su paz y purificación, mientras se celebra la vida con plenitud. La homilía integró así condena ética a la violencia, consuelo teológico ante la muerte y orientación pastoral para enfrentar el duelo colectivo en tiempos convulsos.
LNY | Redacción

