TANIA LIBERTAD SÁNCHEZ ROMERO
Ley General de Educación Media Superior representa un avance importante hacia un Bachillerato Nacional más inclusivo, equitativo y pertinente. No obstante, también plantea retos significativos que debemos enfrentar con responsabilidad.
El primero es el de la infraestructura y los recursos materiales. La reforma busca garantizar que todos los jóvenes tengan acceso a formación académica y técnica, pero muchos planteles carecen de laboratorios, conectividad o espacios adecuados. Para cumplir con los objetivos de la ley será indispensable invertir en instalaciones y tecnología educativa.
Un segundo reto es la formación y estabilidad docente. Los profesores requieren capacitación constante para adaptarse a los nuevos planes de estudio, al uso de herramientas digitales y a metodologías centradas en competencias. Asimismo, es fundamental reconocer su labor y garantizar condiciones laborales dignas que fortalezcan su compromiso educativo.
La cobertura y la equidad son otro desafío. El principio de que ningún joven sea rechazado implica crear mecanismos de inclusión que atiendan a estudiantes de comunidades rurales, indígenas, con discapacidad o en contextos de vulnerabilidad. Abrir espacios no es suficiente: debemos trabajar también en la permanencia y el acompañamiento académico.
Finalmente, el financiamiento atraviesa todos estos retos. La transformación del bachillerato requiere recursos claros y sostenidos para infraestructura, capacitación y programas de apoyo. Sin ellos, las buenas intenciones corren el riesgo de quedarse en el discurso.
Sobre la Firma
Médica y académica, actualmente dirige la Unidad Académica Preparatoria de la UAZ
BIO COMPLETA