Pinos, Zac.- El pasado 8 de junio quedará grabado en la memoria colectiva de Espíritu Santo, tras su oficialización como Pueblo Típico, un título que reconoce su invaluable patrimonio cultural, arquitectónico y sus tradiciones arraigadas. La distinción, otorgada en un acto cargado de emotividad, refleja décadas de preservación comunitaria y orgullo identitario.
La ceremonia congregó a figuras clave del ámbito político y turístico, incluyendo a la Subsecretaria de Turismo del Estado de Zacatecas, autoridades regionales y locales, así como a residentes cuyo fervor cultural fue el verdadero protagonista. El alcalde Armando Contreras Mata enfatizó que este logro no es un punto final, sino el inicio de un camino hacia el desarrollo sostenible, donde el turismo responsable y la reivindicación de las raíces sean pilares fundamentales.
El programa del evento fue un fiel reflejo de la esencia del pueblo: exhibiciones de danzas tradicionales, degustaciones gastronómicas que rescatan recetas ancestrales y recorridos guiados por los enclaves más emblemáticos, desde templos coloniales hasta plazas que han sido testigos de generaciones. Cada actividad subrayó el compromiso de la comunidad con la salvaguarda de su legado.
Este nombramiento, sin embargo, trasciende lo simbólico. Espíritu Santo se convierte ahora en un modelo dentro del proyecto estratégico 2024-2027 del Departamento de Turismo de Pinos, Zacatecas, el cual no solo busca catalogar a pueblos con singularidad cultural, sino también implementar planes de seguimiento para garantizar su promoción turística integral. La meta es clara: evitar que la designación sea un mero título y convertirla en un motor de progreso económico sin sacrificar autenticidad.
Para los habitantes, el reconocimiento es un tributo a sus antepasados y una apuesta por el futuro. En palabras de un vecino durante la celebración: “Aquí no museificamos nuestra cultura; la vivimos”. Con esta consigna, Espíritu Santo se erige como faro de cómo las comunidades pueden equilibrar modernidad y tradición, mientras escriben su nombre en el mapa cultural de México.
LNY/Redacción
