GABRIELA ÁLVAREZ MÁYNEZ
Muchos zacatecanos tenemos el honor de conocer a la Universidad Autónoma de Zacatecas desde pequeños, ya sea que nuestros padres trabajaron en este lugar, o porque estudiaron aquí. La historia que cada uno fue tejiendo en es personal, y a la vez, nos lleva a coincidir con otros que han estado cerca.
Recuerdo mi niñez jugando en los jardines de la escuela de ingeniería con otros niños UAZ, recuerdo que nos gustaba Mazinger Z, recuerdo a mis amigos de primaria, con los que seguí coincidiendo y a los compañeros de Preparatoria, de Licenciatura. También es valioso saber que los Maestros están en nuestra memoria, por diversas razones, muchos por buenos recuerdos, anécdotas que se han quedado en el corazón, y otros tantos no nos dejaron historias bellas, en lo personal, son más las cosas gratas que sigo guardando.
Con el tiempo, algunos tuvimos la fortuna de entrar a trabajar en este espacio, cargando ese cariño que le tenemos a la institución en donde nos tocó crecer y formarnos. Esto lo menciono, porque soy de la idea que este elemento profundiza el amor que dejamos en nuestro quehacer cotidiano por la escuela y por lo más valioso que tiene, los estudiantes.
Hace algunos años nos fuimos dando cuenta de que las cosas no marchaban bien, de que esa universidad que nos tocó conocer ha evolucionado en muchos aspectos grandes, ha crecido, cuenta con nuevas Unidades Académicas, la matrícula crecía y esta parte seguía fortaleciéndose. Por otro lado, se veía cada vez más fuerte el interés por algunos de quedar al mando, de hacer todo por estar del lado administrativo, y no siempre con la idea de fortalecer a la institución, sino por ocupar espacios que generaban poder y una mejor solvencia económica.
Esto lo describo porque comenzamos a ver una crecimiento desmedido e irregular en la contratación de trabajadores y docentes, dejaron de seguirse los métodos de contratación en coordinación con el SPAUAZ y el STUAZ. La infraestructura comenzó a quedar en el olvido, pues espacios con antigüedad dejaron de ser atendidos y los que se construían, mostraban un gasto que sobrepasaba los costos, y en la mayoría de los casos, no se pensaba en que fueran acogedores, cómodos, útiles para los alumnos. Un ejemplo, aulas con ventanas muy altas, sin la posibilidad de ventilar adecuadamente el espacio, unidades nuevas, entregadas a la mitad, baños sin atender, con fallas de agua, falta de papel y jabón. Y si a esto le sumamos que estábamos saliendo de una pandemia que arrastraba muchas consecuencias justo por la insalubridad y los cuidados de higiene, que generó una paralización y un movimiento de recursos excesivo para la Universidad.
En esta institución se vive un abuso de autoridad, contra los docentes que no son de un grupo político, o que alzan la voz, y no se diga contra los estudiantes, quienes aportan su inscripción, pago de cuotas a laboratorios, pago de justificantes por faltas, certificados, y todo trámite que se ejerza, algo nunca visto. Los estudiantes se adaptaron a vivir situaciones que eran incorrectas, trabajar al lado de maestros que violentaron sus derechos, y que nadie les hiciera nada, entrar a baños sucios, sin agua, trabajar en laboratorios que no mejoran con los años, sentarse en bancas duras e incómodas y lo peor, han vivido momentos largos sin clases porque no se solucionan los problemas laborales, académicos y de demandas que han ido in crescendo.
Una de las peores historias ha llegado a la querida Universidad, después de años en tener casos de acoso que no se solucionaban, de alumnas o alumnos que alzaban la voz denunciando y no eran escuchados, la autoridad máxima de la institución confirmó un delito terrible, la violación a una menor de edad. Es un hecho que trasciende fronteras porque nunca se había suscitado un caso así en ninguna universidad de nuestro país, y de la manera más oscura, ha dañado a quienes creemos en los jóvenes, en la niñez, en la educación como un acto de respeto y belleza, como algo que haga crecer a nuestro país de la mejor manera.
Los estudiantes tomaron las banderas rojinegras para alzar la voz, para no levantar este paro, para realizar acciones de enojo y coraje contra esta aberración que ensucia nuestra institución. A pesar de críticas, a pesar de opacidad, a pesar de que muchos solo observan, otros esperan, ellos, salen a las 6:00 am, cuelgan banderas y siguen reclamando justicia en un Estado que quiere cegarse ante esta atrocidad.
Hoy nuevamente, en las asambleas estudiantiles, los jóvenes alzaron la voz y no se han dejado engañar por quienes les dicen que ya se va a rescindir a ese señor de nuestra amada institución, pero que no lo demuestran, no llevan un solo documento que lo ampare y creen que su palabra es todo. No, así no se resuelven las cosas, así no se levantarán, queremos honestidad, que se cumpla, y que esta casa de todos los zacatecanos, nuestra querida UAZ, se vaya limpiando de tanta suciedad, que esta casa, vuelva a ser el espacio en donde los jóvenes estudian, ríen, y nos llevan a tener una explosión de emociones con todo lo que ellos pueden lograr.
Ustedes, los estudiantes, se merecen nuestro respeto nuestro acompañamiento, no están solos. Seguiremos juntos dando amor a la UAZ, para que más niños tengan esas bellas historias que contar de cuando eran pequeñitos en esta querida Universidad Autónoma de Zacatecas.
Docente de la UAPUAZ
Unidad Académica Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas