ALDO PELÁEZ
Después de seis años de “transformación”, lo único que Morena transformó fue la corrupción en un espectáculo público. Del discurso moralista pasaron al cártel del cinismo, donde todo se vale si es “por el bien del pueblo”.
Y mientras se pasean con el pecho inflado hablando de honestidad, la realidad los exhibe: despilfarros, viajes de lujo, bailes en el Congreso, huachicol fiscal y pactos familiares.
El país entero los ve: diputados que deberían legislar, pero se ponen a bailar en el pleno; senadores que predican austeridad, pero viajan a Emiratos Árabes abusando de invitaciones que ya no les corresponden, por haber dejado de presidir el Senado de la República. Funcionarios que prometieron barrer con la corrupción y hoy barren billetes hacia sus bolsillos. Y, por si fuera poco, Zacatecas es el ejemplo vivo de que la cuarta transformación ha terminado con peores modales y mayor cinismo.
Frente a ese desastre, muchos se preguntan: ¿Dónde está la alternativa? ¿Dónde está la voz que le recuerde al país que México no nació con Morena, ni se acaba con Morena? La respuesta es clara: el PAN está de regreso.
Un PAN que entiende que no basta con indignarse, sino que hay que reconstruir la confianza, recuperar el rumbo moral del país y volver a gobernar con principios. Porque mientras ellos hacen de la política un negocio familiar, nosotros creemos en la política como servicio público.
Mientras ellos usan el poder para enriquecerse, nosotros lo usamos para mejorar vidas. Mientras ellos se esconden tras el pretexto del “pueblo bueno”, nosotros trabajamos con el ciudadano real, el que madruga, el que paga impuestos, el que no vive del gobierno.
El relanzamiento del PAN no es un acto nostálgico, es una exigencia de la realidad. México necesita una fuerza que defienda la libertad, el estado de derecho y el respeto a las instituciones.
Una fuerza que enfrente al cártel del poder con verdad, con valor y con visión.Y esa fuerza —por historia, por congruencia y por convicción— es Acción Nacional.
Porque mientras el gobierno de Morena se hunde entre sus propios escándalos, el PAN se levanta como la opción seria, congruente y capaz.
Porque somos el partido que no se vende, que no negocia principios y que no se esconde tras frases huecas. Y porque este país no necesita más discursos populistas ni más politicos con guayabera; necesita decencia, rumbo y resultados.
Hoy el reto es claro: limpiar lo que ellos ensuciaron, reconstruir lo que destruyeron y rescatar lo que intentaron pervertir: la esperanza. El PAN vuelve, no para ser oposición cómoda, sino para ser la alternativa ética frente al cártel del cinismo.
Y que no quepa duda: la verdadera transformación no es la que promete el poder… es la que encabeza la honestidad.
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Sobre la Firma
Dirigente estatal del PAN en Zacatecas, abogado y maestro en Derecho
aldopm1988@gmail.com
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