CARLOS PEÑA BADILLO
El cierre de actividades en los hospitales generales de Zacatecas, Fresnillo y el Hospital de la Mujer en Guadalupe, son por sí solos la más clara muestra del colapso de la salud pública en Zacatecas.
Aunque para las autoridades estatales todo está en orden y las quejas de enfermeras, doctores, personal administrativo, pacientes y familiares de los enfermos son simples cortinas de humo, la realidad, los números, el dolor de la gente y los señalamientos mediáticos hablan de una triste realidad.
Pero la miopía política está presente en todos los sectores y todos los días. Al finalizar mayo, el diputado Óscar Novella, representante de Morena, con todo cinismo afirmó en la más alta tribuna del Estado que la única persona que tiene la verdad es la presidenta de la República. Ella ha dicho que el abastecimiento de medicamentos ya es una realidad y este diputado simplemente lo justifica.
Pero fue más allá, afirmó que la mega farmacia lopezobradorista ha sido todo un éxito y está resolviendo los problemas de desabasto de medicamentos, y en Zacatecas el IMSS Bienestar ya tiene también un abastecimiento completo de insumos y medicamentos en todos los hospitales y clínicas públicas.
Que lamentable cinismo, que irresponsable afirmación que se hace sin conocimientos, pero sí con un enorme afán de agradar a su bancada, a su partido y, por supuesto, a su gobernador. Pero ante las palabras huecas de las autoridades y los discursos triunfalistas, están siempre los números fríos y la realidad cotidiana. El 14 de mayo el IMSS Bienestar aceptó que la falta de medicinas para el cáncer en el sector público ha puesto en riesgo la vida de los pacientes y, por ellos, esta dependencia decidió adjudicar de urgencia la compra de 21 medicamentos oncológicos a laboratorios Pisa, Pfizer, Zurich Pharma, Bayer y Accord Farma.
Esta compra fue pactada el 22 de abril con 17 empresas que se comprometieron a entregar el medicamento a más tardar el 15 de junio. Y se adjudicó de urgencia por 113 millones de pesos, ante la cancelación de la compra consolidada 2025-2026.
Un día antes, el secretario de Salud informó en la conferencia mañanera de la presidenta, que compró 85 millones de piezas de 175 medicamentos urgentes, incluidas las 21 claves oncológicas para todo el sector salud IMSS Bienestar y el ISSSTE.
Es decir, que mientras en el nivel federal se reconocen los errores y se compran medicamentos con carácter urgente para tratar de cumplir con las entregas tan retrasadas de medicamentos, aquí en Zacatecas todo está de maravilla, todo está resuelto, solo el gobierno tiene la razón, las dolencias, las esperas, los retrasos, el cierre de hospitales y el enojo de pacientes y familiares, son simples cortinas de humo, pero la gran verdad es que en el sector salud zacatecano vamos de mal en peor.
Hace dos meses, la secretaria general del Sindicato de Salud, Norma Castorena, nos hizo una gran lista de las principales carencias en los hospitales generales. Desde entonces no hay Sanitas, ni jabón para cumplir con la higiene de manos, ni tampoco para lavar ropa hospitalaria; no tienen catéteres para suministro de oxígeno ni micronebulizadores, o tiras reactivas para glucemia capilar. Tampoco hay soluciones para dializar, ni soluciones salinas para preparación de medicamentos y tratamientos médicos. No hay placas para electrocauterio, lápiz para electrocauterio, cal sodada para las máquinas de anestesia, batas desechables, suturas, ni siquiera hojas de máquina para imprimir recetas, hojas de enfermería o formatos de solicitudes internas de medicamento.
Entre otras cosas, también faltan circuitos para anestesia, para ventilación mecánica, circuitos cerrados para aspiración de secreciones, compresas, agua inyectable, mascarillas para administración de oxígeno, humidificadores o borboteadores, bolsas para muestras patológicas, bolsas de basura común para ropa contaminada, frascos para aspiración de secreciones, tubo corrugado para puritan, introductores para marcapaso temporal, electrodo para marcapaso temporal, bolsa para colostomía, ni termómetros.
Por esta razón, desde hace tres meses las quejas de enfermeras y médicos se volvieron una cotidianeidad, un grito de urgencia, una necesidad insoslayable. Este, un estado de urgencia agonizante es tan real e insufrible, como las excusas de los gobernantes, ya sean federales o estatales, o como la cínica defensa de diputados morenistas que tienen como doctrina no mentir y no traicionar, pero que todos los días le mienten al pueblo zacatecano y lo traicionan con su indiferencia.
Todos recordamos que, en enero, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó categórica ante las quejas de los pacientes que, a más tardar en la primera quincena de marzo, estarían todos los medicamentos en todos los hospitales. Ya en abril, ante la palabra incumplida, volvió a comprometer una solución. Afirmó que, para junio, todos los hospitales y todo el sector salud tendrían ya los medicamentos. Hoy, con la información oficial del IMSS Bienestar, sabemos que aún siguen los enredos para las compras de los medicamentos, pero más aún, para el envío a los estados y para que ya en Zacatecas, el IMSS Bienestar y el sector salud lo entreguen, por lo menos a los hospitales que hoy están en paros.
Nadie lo puede creer que esta crisis sea una realidad. Yo lo diría con una sola palabra: es el COLAPSO.