AURELIO GAITÁN
En Francisco R. Murguía —o Nieves, como lo conoce su gente— la corrupción no se esconde: se pavonea. La Fiscalía General de Justicia del Estado obtuvo la vinculación a proceso a dos exalcaldes y a al menos cinco exfuncionarios municipales por delitos que van desde el abuso de autoridad hasta el robo calificado de papelería oficial. Todo esto en un municipio con menos de 20 mil habitantes, pero con una podredumbre institucional digna de una capital.
Javier “N”, presidente municipal de Morena en el trienio 2021-2024, fue acusado no solo de incumplir con la entrega de la cuenta pública de 2023, sino también de apropiarse de documentos oficiales. Una negligencia que va más allá del desaseo administrativo: es un acto deliberado de opacidad. A su lado, la síndica, la tesorera y otros miembros del gabinete siguen el mismo camino legal. El patrón se repite. La omisión, aquí, es crimen.
Pero el desfalco más burdo ocurrió durante la gestión de Blas Ávalos Mireles (2018-2020), quien ordenó pagar más de 10 millones de pesos por un puente en San Lucas que, según la Fiscalía, nunca se construyó. El dinero se fue, la obra no. Y lo más grotesco es que Blas “N” lo reconoce: sí pagó por adelantado el total a la empresa Cosemin, porque “confiaba” en el contratista. ¿Confianza o complicidad?
Blas “N” intenta escurrir el bulto. Dice que cometió un “error administrativo” y que fue “víctima” de un empresario desleal. Culpa a su sucesor por no exigir el cumplimiento del contrato. Reparte culpas como si fueran volantes. Pero olvida que la ley no distingue entre ingenuidad y dolo cuando se trata de dinero público.
Hasta hoy día sigue en la etapa de investigación y vinculado a proceso con goce de libertad provisional. Y tiene de dos sopas: si al término de la larguísima investigación no paga o hace el puente entonces, quizás, algún dia, sí llegue a pisar la cárcel.
Lo que está en juego en Nieves no es sólo la honorabilidad de un par de exalcaldes. Es la credibilidad de las instituciones locales, la eficacia del sistema anticorrupción, la inteligencia de un pueblo que —una vez más— ve cómo su patrimonio desaparece entre pretextos, papeles robados y obras que solo existen en los planos.
Mientras tanto, la justicia se arrastra. La Auditoría Superior de Justicia, liderada por Raúl Brito Berumen hizo su trabajo. La Fiscalía también, pero los procesos avanzan a paso de tortuga. Nadie ha sido encarcelado. Y todos, como dicta el protocolo, siguen siendo presuntamente inocentes.
La verdad es más simple que todo ese laberinto jurídico: en Nieves no faltó dinero. Faltó vergüenza.
Audífonos que transforman vidas
La Casa de la Cultura fue sede de la entrega de auxiliares auditivos, resultado de la colaboración entre el Ayuntamiento de Valparaíso, liderado por Guadalupe Ortiz Robles, y el Club Empresarial Zacatecano.
Gracias a esta gestión, se adquirieron 50 dispositivos que mejorarán la calidad de vida de personas con discapacidad auditiva. El apoyo de migrantes zacatecanos fue fundamental, demostrando que la solidaridad trasciende fronteras.
Este esfuerzo refleja un gobierno municipal que prioriza la inclusión, pero también expone una realidad cruda: la dependencia de la migración para cubrir necesidades básicas. ¿Hasta cuándo los gobiernos actuarán con autonomía? La ayuda es invaluable, pero no debe ser un paliativo ante la falta de políticas públicas sostenibles.
Obras que no alcanzan
El Ayuntamiento de Villa González Ortega, encabezado por la alcaldesa María Magdalena Alvarado García, anuncia obras en drenaje y agua potable en Cerrito del Agua. Beneficios directos, sí, pero ¿con qué alcance real? Proyectos aislados suelen quedarse en promesas.
En la colonia Magisterial, rehabilitan redes en calles Altamirano, Fortín y Guerrero. ¿Es solución o solo mantenimiento tardío? Sin un plan integral, el impacto será limitado.
La jornada de reforestación en la Unidad Deportiva parece gesto ambiental, pero ¿habrá recursos para mantenerlos? Plantar árboles no basta si no hay compromiso a largo plazo.
Se muestra actividad, pero falta estrategia. Las obras son necesarias, pero sin transparencia y resultados claros, la duda persiste. Villa González Ortega merece más que acciones a medias.
Inmutra: talleres sin impacto
El Instituto Municipal de la Mujer de Trancoso (Inmutra) presume talleres de productos de limpieza en tres comunidades. ¿Empoderamiento o acciones cosméticas?
Los cursos en San José del Carmen, San Salvador y El Porvenir prometen autonomía económica. Pero ¿cuántas mujeres lograron emprender tras estas capacitaciones? El Inmutra no ofrece datos concretos.
Falta transparencia. Sin cifras de participación, inversión o resultados, estos talleres son gestos vacíos. El empoderamiento requiere seguimiento, no solo eventos aislados.
El municipio necesita políticas duraderas, no actividades esporádicas. Si el Inmutra quiere impacto real, debe medirlo. Hasta entonces, serán buenas intenciones, no resultados.