jueves, julio 17, 2025
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El Callejón de los 58 | En Zacatecas, volver no es para todos

AURELIO GAITÁN

El sol de julio en Zacatecas sigue implacable. Pero entre tanto calor y tanta sombra, una noticia se abre paso: Raymundo Montañez Nájera ha sido localizado. Su familia lo confirmó y las redes, por fin, circularon un mensaje distinto al habitual llamado de angustia: uno de agradecimiento.

Raymundo, de apenas 17 años, había desaparecido el 15 de julio en Fresnillo. Ese mismo día, en el mismo municipio, se reportó la privación de la libertad de Juan Carlos Gaytán Requenes, de 24 años. Mientras una familia respira aliviada, otra sigue a la espera.

Juan Carlos no es un ciudadano anónimo. Se desempeñó como director del Instituto de la Juventud Fresnillense entre enero de 2023 y septiembre de 2024. Fue interceptado por sujetos armados al salir del Ayuntamiento, a plena luz del día, frente a oficinas públicas. Desde entonces, nadie ha sabido nada de él.

Su nombre ya es parte de la lista incómoda de los no localizados. La Fiscalía General del Estado emitió su ficha de búsqueda: mide 1.80 metros, tiene tez morena, complexión media, ojos pequeños color café oscuro. Lleva tatuado el nombre “Jessica” en la ingle y las iniciales JCGR en la pierna izquierda. También tiene una cicatriz en la espinilla derecha. El día de su desaparición vestía una playera guinda con negro, sudadera roja, pantalón de mezclilla azul marino y tenis negros.

Los números de contacto de la Fiscalía siguen activos: (492) 922 05 07, 922 89 59 y 345 29 96 ext. 37708. Pero las líneas no devuelven a las personas. No bastan. No alcanzan.

La jornada violenta que envolvió la desaparición de Juan Carlos dejó, en total, al menos 10 reportes de privación ilegal de la libertad en lo que va de este julio. Zacatecas se acostumbra a las cifras, pero cada una es un mundo que se apaga.

Hoy Raymundo está de vuelta. Su rostro ya no forma parte de la galería del horror que recorre nuestras redes. Es una buena noticia, y hay que decirlo: en Zacatecas también se puede volver. Pero la historia de Juan Carlos permanece rota. Incompleta.

Fresnillo aún lo busca. Su familia lo espera. Y el silencio —como el sol de julio— quema. Porque cuando uno regresa y otro no, la esperanza no se festeja: se exige.

Desaparecer en julio

En lo que va de julio, la Fiscalía de Zacatecas reporta diez personas no localizadas: tres mujeres —una menor— y siete hombres. Seis ya fueron hallados con vida. Airam y María José, de cinco y 14 años, no fueron víctimas de delito. Diego Emiliano, Raúl y Diego también están a salvo. Fueron hallados con vida.

Pero con Juan Carlos siguen faltando cuatro. Alfonso, visto en Loreto. Leonardo, en la capital. Deyanira, en Villa de Cos. Mientras no vuelvan, julio no se acaba. Alguien tiene que buscarlos.

Encima de ruinas, no se levanta ciudad

Por las bóvedas de Zacatecas, esas arterias subterráneas que sostienen siglos de historia hoy corren más incertidumbre que agua. Miguel Varela Pinedo, alcalde capitalino, no pide limosna: exige corresponsabilidad. Al gobernador David Monreal Ávila le lanza un reto claro—y público—para que, entre federación, estado y municipio, se cree una bolsa “peso a peso” destinada a rehabilitar el corazón que late bajo el Centro Histórico.

La urgencia es concreta: las lluvias de las últimas semanas han provocado colapsos de fincas y expuesto estructuras vulnerables. La Coordinación Municipal de Protección Civil ha atendido emergencias, pero lo estructural no se resuelve con parches.

“De los tres mil 600 millones de pesos que se tenían previstos para un segundo piso, bien podrían destinarse 200 millones para este problema”, sugirió Varela. Lo dijo sin rodeos. No hay tiempo para rodeos cuando hay casas cayéndose.

El deterioro de las bóvedas no es nuevo. Tampoco la omisión. Pero el alcalde, al anunciar que buscará que el proyecto se incluya en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2026, señala una ruta institucional. “A ver si lo logramos; hagamos changuitos”, ironizó. No es fe lo que se necesita, sino voluntad política.

A la par, se convocará a los dueños de fincas del primer cuadro de la ciudad para que asuman su parte. Pero seamos francos: ningún esfuerzo privado resolverá lo que lleva años resquebrajándose bajo la responsabilidad del Estado.

Zacatecas, capital Patrimonio Mundial, no puede seguir con bóvedas invisibles hasta que colapsen. Esas galerías que antes fueron solución hidráulica hoy se vuelven amenaza estructural. “Más daño tendremos si no se soluciona a tiempo”, advierte el alcalde. No es una advertencia menor: es un parte de guerra contra el abandono.

Invertir en el subsuelo no luce en inauguraciones ni se presume en campañas. Pero es ahí, en lo que no se ve, donde se define si esta ciudad va a resistir o a hundirse.

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