JUAN DEL REAL
En las últimas semanas se ha puesto el foco de atención en los municipios del Estado, por las carencias y crisis que sufren al interior y les imposibilita prestar servicios públicos, ya no digamos eficientes, ni siquiera recurrentes a la población.
La crisis de la basura y aumento del agua en Guadalupe y Zacatecas, el problema de movilidad y transito que pretende municipalizar Fresnillo, una alta nómina de trabajadores y poco gasto operativo para las distintas áreas esenciales en todos los ayuntamientos, laudos perdidos por conflictos laborales, adeudos al instituto de seguridad social y en algunos casos municipios a punto de córtales la luz en sus oficinas. Los municipios enfrentan una problemática estructural que afecta directamente la calidad de vida de millones de ciudadanos.
Uno de los problemas más graves es la falta de autonomía financiera. La mayoría de los municipios en México no genera ingresos propios suficientes; dependen en gran medida de las participaciones y aportaciones federales. Muchos tienen poca capacidad para recaudar impuestos locales, como el predial, debido a estructuras catastrales obsoletas, evasión, baja cultura fiscal y resistencia política a implementar cobros más eficientes.
Muchos gobiernos municipales carecen de una visión de desarrollo integral. Las políticas públicas son reactivas y de corto plazo, orientadas más a la supervivencia política que a transformar las condiciones estructurales. La falta de coordinación con estados y federación también genera duplicidades, omisiones y uso ineficiente de los recursos.
La superación de esta crisis requiere una reforma profunda que incluya una redistribución más justa del ingreso, el fortalecimiento de la recaudación local, la profesionalización del servicio público municipal, y la promoción de una participación ciudadana efectiva. Ahí la propuesta realziada por la bancada naranja para una nueva ley organica municipal que les de mas facultades y campo de acción. La crisis de los municipios en México no solo es un problema local, sino una amenaza la democracia y al bienestar de la ciudadanía.