Ciudad de México.- El diputado federal Ulises Mejía Haro justificó la reforma a la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación como una medida correctiva ante la entrada de productos subvaluados de países sin tratados comerciales con México. La iniciativa busca frenar el cierre de empresas y la pérdida de empleos mediante la actualización de aranceles en sectores estratégicos como el automotriz, textil y acero.
La reforma se fundamenta en un diagnóstico de dependencia de insumos extranjeros y prácticas de mercado que el legislador califica de desleales. El ajuste impositivo no persigue fines recaudatorios, sino que intenta equilibrar las condiciones de competencia para los productores locales. Según Mejía Haro, el objetivo central es aumentar el contenido nacional en las cadenas productivas y lograr que la fabricación en México resulte más atractiva que la importación.
El impacto de la medida alcanza productos de consumo diario. El calzado tendrá un arancel general del 35%, mientras que artículos de higiene personal como la pasta dental se gravarán con un 30% y el champú con un 25%. En el sector cosmético, labiales y polvos compactos oscilarán entre el 25% y el 36%. Estas cifras ilustran una política de protección directa al mercado interno frente a mercancías que llegan al país con subsidios de origen.
La industria del plástico y el sector agrícola también se ven afectados por la nueva normativa. Los materiales de plomería tendrán aranceles de entre el 5% y el 7%, mientras que los plásticos para empaques podrían alcanzar hasta el 35%. Para el campo, la tubería con goteros integrados se fija en un 25%. El legislador destacó que estos ejemplos son parte de una estrategia de soberanía económica para reducir la vulnerabilidad del sistema productivo frente al exterior.
La iniciativa se integra en el Plan México de la presidenta Claudia Sheinbaum, orientado a la reindustrialización y la atracción de inversiones. Además de los ajustes arancelarios, la reforma contempla la modernización de la vigilancia aduanera para combatir la subvaluación y armonizar la clasificación de mercancías con estándares internacionales. Mejía Haro concluyó que estas herramientas son esenciales para fortalecer el mercado interno y garantizar empleos con mejores remuneraciones.
LNY | Redacción