JUAN DEL REAL
En Zacatecas, una de las entidades con mayores carencias sociales y económicas del país, los subejercicios del gasto público representan una contradicción inaceptable. Mientras miles de familias enfrentan carencias en servicios básicos, seguridad, salud y empleo, millones de pesos aprobados en los presupuestos estatales quedan sin utilizar o se aplican de manera tardía e ineficiente.
El subejercicio ocurre cuando las dependencias gubernamentales no logran gastar el dinero asignado en tiempo y forma. En teoría, estos recursos deberían destinarse a obras, programas sociales o infraestructura que impulse el desarrollo local. Sin embargo, la falta de capacidad técnica, los retrasos administrativos y la burocracia excesiva generan que los fondos se queden inmovilizados o regresen a la Federación.
Las consecuencias son graves: obras inconclusas, programas suspendidos, pérdida de empleos temporales y desconfianza ciudadana. Además, el subejercicio perpetúa la desigualdad, ya que impide que los recursos lleguen a las comunidades que más los necesitan,
Cada peso no ejercido es una oportunidad perdida para mejorar la calidad de vida de la población. Un gasto público eficiente, transparente y oportuno podría cambiar este panorama.
En Zacatecas no sobran los recursos; lo que falta es voluntad, eficiencia y visión de largo plazo. Corregir los subejercicios no sólo es una cuestión técnica, sino también ética: que cada peso público cumpla su propósito y contribuya realmente al desarrollo de los zacatecanos.
Sobre la Firma
Jurista, académico y dirigente de Movimiento Ciudadano.
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