viernes, octubre 10, 2025
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Las llamadas del extranjero, el nuevo rostro del fraude

JULIETA DEL RÍO

¿Quién no ha recibido en los últimos días una llamada de un número desconocido con lada extranjera? Puede parecer algo sin importancia, pero detrás de ese timbre existe un intento de fraude o de robo de datos personales.

Este tipo de estafa, conocida como Wangiri (palabra japonesa que significa “una llamada y colgar”), ha cobrado fuerza en México y en el mundo. El engaño consiste en realizar llamadas perdidas desde números internacionales, con la intención de despertar la curiosidad de la persona y lograr que devuelva la llamada. En ese momento, los delincuentes pueden generar cargos indebidos o acceder a información sensible.

Lo preocupante no es solo el método, sino la facilidad con la que los delincuentes obtienen los números telefónicos. Nadie marca al azar con tanta precisión. Este fenómeno nos recuerda algo que he señalado en distintas ocasiones, los datos personales son lo más valioso que tenemos, y una vez que se filtran o se entregan sin cuidado, no hay vuelta atrás. Cada base de datos vulnerada, cada formulario en línea sin seguridad puede terminar en manos equivocadas y alimentar redes de fraude o extorsión.

Las llamadas internacionales fraudulentas se han disparado en los últimos meses, según reportes de autoridades y empresas de telecomunicaciones. En algunos casos, los delincuentes incluso utilizan grabaciones que simulan ser de instituciones bancarias o dependencias públicas. El objetivo es siempre el mismo, que la víctima proporcione información personal, datos bancarios o códigos de verificación.

Por eso, ante cada llamada de un número desconocido, debemos pensar dos veces antes de contestar. Y si se trata de una lada extranjera, lo más recomendable es no contestar y de hacerlo, colgar de inmediato. Cada vez que respondemos a un número que no conocemos, damos una pequeña oportunidad a quienes buscan aprovecharse de la confianza o la curiosidad.

La educación digital juega un papel clave frente a este tipo de amenazas. Informar, compartir experiencias y advertir a nuestros familiares (en especial a las personas mayores) puede marcar la diferencia. Muchos fraudes telefónicos inician con un simple “¿me escuchas?”, seguido de tácticas de manipulación que buscan obtener algún tipo de respuesta. No devolvamos llamadas, no compartamos datos, y sobre todo, no descarguemos aplicaciones o demos clic en enlaces enviados por desconocidos.

También es importante bloquear estos números, las llamadas fraudulentas no distinguen fronteras, pero sí distinguen entre ciudadanos informados y vulnerables. Que no nos sorprenda el timbre de un número internacional, por el contrario, es importante que nos encuentre alertas y conscientes del valor de nuestros datos.

Sobre la Firma

Escritora y defensora institucional de la transparencia y los datos
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