JUAN DEL REAL
Entre marcha de maestros y protestas de madres buscadoras se llevó el informe del gobernador, donde las cifras alegres y auto elogios son parte de su discurso, más allá de una valoración objetiva en el ejercicio del gobierno., los datos presentados contrastan la realidad que vivimos, con el morenilandia que nos presentan.
En el “tema de temas “ con todo y perro robot millonario, se presume una reducción del 96% en homicidios dolosos. Pero ¿dónde están los indicadores de percepción ciudadana? ¿Dónde están las acciones articuladas con los ejes del Plan Estatal de Desarrollo? Lo que se proyecta es una pacificación estadística maquillada, mientras la realidad cotidiana sigue marcada por el miedo, la desconfianza y la ausencia de presencia institucional efectiva.
Donde están los testimonios de quienes viven con miedo, de quienes han perdido a sus hijos, sus hermanos, ¿sus vecinos? ¿Dónde están los cuatro mil desaparecidos? La seguridad no se mide solo en cifras, sino en confianza, en libertad de tránsito, en paz cotidiana. Y esa, aún no llega.
El sistema de salud en Zacatecas atraviesa una crisis profunda, marcada por el desabasto sistemático de medicamentos, insumos básicos y equipo médico en hospitales generales, comunitarios y regionales. En múltiples casos, los pacientes deben adquirir por cuenta propia lo que el Estado debería garantizar como derecho: desde jeringas hasta antibióticos, pasando por estudios clínicos y material quirúrgico. La infraestructura hospitalaria refleja el abandono institucional. Como ejemplo el Hospital Comunitario de Sombrerete, donde el retiro del equipo de anestesia ha paralizado los quirófanos, dejando en suspenso intervenciones urgentes y evidenciando una negligencia administrativa que pone vidas en riesgo.
Su mayor logro, que suena a justificación, es la no contratación de nueva deuda. Pero ¿a qué costo? ¿Cuántos proyectos estratégicos han sido postergados? ¿Cuántos recursos han sido devueltos al Gobierno Federal por falta de ejecución? La austeridad, cuando se convierte en inmovilismo, deja a Zacatecas sin agua, sin caminos, sin escuelas dignas. La disciplina fiscal no puede ser excusa para la inacción.
Yo no se en qué calles caminan, en qué hospitales se atienden o qué carreteras transitan, lo que queda claro es que contrasta “bien mucho” su discurso con la realidad que vivimos los Zacatecanos. Los que creemos que Zacatecas y su gente pueden estar mejor.
Sobre la Firma
Jurista, académico y dirigente de Movimiento Ciudadano.
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