JUAN DEL REAL
Prometer no empobrece, y menos para el partido político más caro del mundo, Morena. Esos que pregonan austeridad son los que más dinero público gastan. En tan solo 10 años, Morena ha recibido 30 mil millones de pesos de financiamiento público.
Aunque desde su inicio fue una de sus principales promesas, desde que se fundó nunca ha regresado un solo peso. Incluso en el terremoto de la Ciudad de México se aprovecharon y mintieron al decir que sus prerrogativas irían a un fideicomiso para apoyar a las víctimas, pero mejor se lo robaron.
Hay consenso en un país con tantas carencias y pobreza que el millonario presupuesto destinado a los partidos políticos vaya encaminado a programas de gobierno que atiendan las múltiples necesidades , empezando por carencias sociales como la vivienda, movilidad, educación o la salud. Pero cuando el partido en el gobierno miente y es incongruente, sus fines perversos son otros, querer perpetuarse en el poder.
La reducción del financiamiento público a los partidos políticos es un tema complejo que debe abordarse con responsabilidad. Si bien existen argumentos válidos en favor de la austeridad y la transparencia, también es cierto que una medida mal diseñada puede afectar la equidad, la pluralidad y la integridad del sistema democrático mexicano. Más que una disminución arbitraria, se requiere una reforma integral que fortalezca la rendición de cuentas, diversifique las fuentes de financiamiento y garantice condiciones equitativas para todos los actores políticos.
Sobre la Firma
Jurista, académico y dirigente de Movimiento Ciudadano.
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