GILDA MONTAÑO HUMPHREY
Bueno, yo de plano estoy aterrada. Todos los países del mundo deben estarlo. No estamos cerca de una tercera guerra mundial, pero ver a Siria y Gaza reducidos a escombros es presenciar una guerra sin escrúpulos. Es de una magnitud fuera de todo contexto y, en verdad, pensar en orar puede ser válido; quizá le hagan caso al Papa, pero también hay que actuar. Hay que ver cómo y de qué manera se puede detener esto. Es realmente terrible ver a tantos muertos, personas que no han hecho nada para merecerlo. Esto no es cuestión de moral, es cuestión de humanidad.
Lo mismo ocurre con Ucrania, desde el 24 de febrero de 2022. Esta fecha marcó una escalada en la guerra ruso-ucraniana, iniciada tras los eventos del Euromaidán en 2014. Se trata del mayor conflicto militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, con un saldo de más de 15 mil civiles y 200 mil soldados muertos en ambos bandos. Además, ha generado la mayor crisis de refugiados en el continente desde ese mismo conflicto.
Esto tuvo consecuencias desastrosas. La escalada de violencia entre Israel y Hamás generó repercusiones significativas en tres ámbitos clave: las relaciones entre israelíes y palestinos, la dinámica entre Israel y sus países vecinos, y la relación entre Occidente y el Sur Global.
El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 perseguía un triple objetivo: desmantelar el mito de la invulnerabilidad de Israel, reintroducir la cuestión palestina en la agenda política internacional y provocar una respuesta militar desproporcionada que provocara el rechazo de la comunidad mundial.
Pero allí todavía no aparecía Trump. Y con él al mando de Estados Unidos y el apoyo irrestricto a Israel, las cosas cambiaron radicalmente. Si no, hay que recordar que hace pocos días, el 23 de julio, Trump ordenó atacar varias instalaciones nucleares en Irán, durante un fin de semana. Allí, fue cuestionado, tanto por legisladores demócratas como de su propio partido, su autoridad para hacerlo.
En fin, que esto crece y crece y no se encuentra a alguien con la inteligencia y la sensatez inmediata para pararlo. Bueno, si ni siquiera cuando los alemanes mataron a cinco millones de judíos, ni el santo Papa dijo “pío”, ¿cómo pensamos que alguien en sus cinco sentidos, podía meterse en medio de este conflicto?
Además de estos jurguneos que no han sido ni una pisca de matemáticos, ni científicos, ni mínimamente inteligentes; todos los países del mundo, enfrentan los retos de la globalización y del cambio tecnológico. Y dentro de estos, cuatro son las grandes metas hacia 2030.
Se imagina usted remotamente, dónde se están yendo todos estos hombres, mujeres, niños, bebés… que se están muriendo, además de todo, de hambre. Los están masacrando. Sus familias están siendo disueltas. Veo por televisión, que no dejan entrar los israelitas ni siquiera a la famosísima Cruz Roja a esos lugares, que les están mandando comida.
Después vemos que lo más importante que se está planteando a nivel mundial, es la familia. Son los preceptos más importantes que definen la social democracia, y el capitalismo. Es por lo que están optando los diferentes países por ahora de Europa. Trece ya.
Existe un fenómeno que tiene que ver con el desempleo y la falta de solidaridad y con la familia: la migración, que por el momento ocupa grandes espacios en la agenda pública. Espacios realmente importantes. ¿A dónde se está yendo toda esa gente?
México ha sido un lugar en donde se han dado cita muchos pueblos del mundo. A lo largo de su historia ha fomentado el flujo de corrientes extranjeras, ha dado asilo a refugiados de distintos regímenes, y también ha acogido a quienes han huido de la violencia de sus países.
Habrá que adecuar mecanismos de toma de decisiones. A nuestro país están llegando miles de refugiados que se están quedando aquí. Que vienen corriendo de centro y sud américa y del Caribe. Que les están quitando un lugar a personas que merecen su propio territorio, porque han estado aquí antes que nosotros mismos. Ahora están apareciendo miles de lugares estratégicos en donde se está permitiendo a los migrantes quedarse. Pero esta no es su tierra ni su nación. Que apoyen a los indígenas que está matando la delincuencia.
¿Se imagina usted esta cantidad de seres humanos resguardándose de las bombas, de la maldad, de la podredumbre, de la insensatez, del hambre, del miedo, de un holocausto que, sin quererlo, los ha sumergido en su horror? Terrible.
Acabo de ver una película que se llama Putin. Y pensar que, entre estos dos, él y Trump, se encuentra el destino de este gran planeta, hermoso, lleno de todo lo bueno que encontramos a diario, que se llama Tierra…
Yo sí fui un día a Hiroshima y Nagasaki. Y la soledad y miseria que me encontré, de verdad no se la deseo a ningún lugar del mundo, por mucho que se crea que se lo merece. El Universo tiene la palabra, y este par no son Dioses.
Sobre la Firma
Comunicadora, editora y analista política
gildamh@hotmail.com
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