PABLO PEDROZA
Que la gira por la salud en los 24 estados integrados al esquema de IMSS-Bienestar sirvió a la presidenta Claudia Sheinbaum para reafirmar la narrativa de la política de salud de su gobierno —en la que, por cierto, no se mencionó a Dinamarca— es un hecho.
Que la conclusión de su gira fuera supervisar la ampliación de los servicios de la Unidad de Oncología, que —si todo marcha bien— tendrá un efecto real entre los enfermos de cáncer hasta septiembre, habla también de la escasa ambición y la miopía de la nueva gobernanza para mejorar las condiciones de salud pública de los zacatecanos.
Con ello se reafirma que, en educación, con Gabriela Pinedo Morales, y en salud —ante la pobreza de aportaciones, estrategias o acciones del gris Oswaldo Pinedo Barrios—, si no fuera por lo que llovizna (gestionado o no) desde la Federación, nuestra desgracia sería mayor.
Que ambos compartan el apellido Pinedo es una coincidencia; la ineficiencia en sus tareas, parece que no.
Esta tónica no es gratuita en la agenda y narrativa de la presidenta Claudia; responde más bien a una urgencia ante el fracaso de la Cuarta Transformación por generar un modelo de salud como el de Dinamarca. Esto obligó a la administración de Andrés Manuel López Obrador a reconocer que el Insabi, una ocurrencia, había nacido muerta y que había que enterrarla, dando paso al ya existente IMSS-Bienestar —un modelo que fungió como salvavidas del fallido Insabi.
Así, en lo que parece un respiro frente a los ataques de Donald Trump, su equipo y del abogado defensor de Ovidio Guzmán —que van desde aranceles hasta el calificativo de “narcogobierno” y “narcorrelacionista”—, el gobierno busca reorientar su estrategia.
En ese contexto, Claudia Sheinbaum inició en el Estado de México una gira nacional de salud que concluyó en Zacatecas. El eje de esta gira fue el IMSS-Bienestar y el programa Salud casa por casa, que desde febrero ha realizado censos y visitas domiciliarias.
La visita presidencial también nos permitió conocer el estado actual del IMSS-Bienestar. La presidenta informó: “Tras un diagnóstico, faltan dos mil 900 trabajadores de salud y tres mil 300 equipos de especialidad, por lo que se destinarán 21 mil millones de pesos de manera urgente”.
Sin embargo, no todo urge. Para evitar otro fracaso como el del Insabi, la presidenta Claudia Sheinbaum aclaró con su característica cadencia discursiva: “A partir del próximo año se integrarán ‘poco a poco’ los tres sistemas de salud –IMSS-Bienestar, IMSS e ISSSTE– para que los mexicanos reciban atención médica independientemente de su condición de derechohabiencia.”
Así, desapareció del discurso oficial la promesa original de la Cuarta Transformación: crear un sistema de salud como el de Dinamarca. Lo que hoy se plantea como nuevo modelo nacional requiere paciencia, según el “poco a poco” presidencial – fórmula que sin duda complació al ineficiente secretario de Salud de Zacatecas, cuyo historial de lentitud ha consolidado su particular reputación.
El enfoque ahora es “pasito a pasito”, estrategia que al menos busca evitar un nuevo desastre como el Insabi o el fracasado Birmex (Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México).
Para concluir, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó un inventario de carencias y rezagos en el sistema de salud, responsabilidad —hay que decirlo— de la desatención acumulada por sus antecesores, desde Andrés Manuel López Obrador hacia atrás en la historia reciente.
Cito: “Ese diagnóstico lo acabamos de cerrar el día de hoy, y lo que hemos analizado, y lo que vamos a hacer, es que en todo el país se requieren tresmil 300 equipos diversos, esos los vamos a empezar a comprar desde este año. (…) al mismo tiempo, nuevos hospitales, sustituciones y también personal médico, mil médicos especialistas y mil 900 enfermeros. Esto significa cerca de 21 mil millones de pesos que los vamos a destinar a lo urgente”. Eso para lo urgente ¿y para lo cotidiano?
Los recursos se ejercerán -o incluso podrían estarse ejerciendo ya- durante 2025, con una proyección que se extiende hasta 2027. La mandataria federal precisó que los 21 mil millones de pesos se destinarán parcialmente este año y el resto en 2027.
Estos fondos se invertirán en equipamiento médico de alta especialidad: monitores, camas hospitalarias y aceleradores lineales, todo enfocado en la atención oncológica. Precisamente en este rubro, la ciudadanía había reclamado durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador la grave carencia de medicamentos, insumos básicos y espacios adecuados para tratamiento.
Otra parte significativa de la inversión se destinará a lo que Alejandro Svarch, director general del IMSS-Bienestar, calificó como “la próxima contratación histórica de personal de salud”, que incluirá más de mil 500 especialistas y mil 900 enfermeras.
Para cerrar con anuncios relevantes, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó una inversión de 621 millones de pesos en equipamiento médico y mil 100 millones para la construcción de nuevos hospitales, cifras que buscan mejorar la infraestructura del sistema de salud.
El anuncio genera expectativa, pero contrasta con la evidente incapacidad de Oswaldo Pinedo y Carlos Magallanes Hernández -secretario de Salud y responsable de IMSS-Bienestar en Zacatecas respectivamente- quienes parecen competir por el dudoso honor de demostrar el menor liderazgo y conocimiento de sus responsabilidades.
Sería deseable que sus superiores les exigieran rendición de cuentas; de lo contrario, podríamos dar por anticipado como malogrados los recursos anunciados por la presidenta Claudia Sheinbaum.
No sería extraño que estos funcionarios -auténticas joyas de la ineficacia- repitieran el caso de Peña, cuyo legado fue el fracaso sistemático de proyectos tanto estatales como federales.
De Salida
UNOS. Lo divertido en la gira de la presidenta fue el espectáculo de los encorralados persiguiendo su foto con la presidenta, como gato tras sus Wiskas.
DOS. Cosas de la vida, la otrora reina y ama del picaporte de las vallas, Verónica Díaz, acabó siendo una encorralada más que tuvo su rato de fama en un improvisado video escoltada por dos forzadas enfermeras.
TRES. Mostrando que quien la busca es que no la tiene y por eso el comportamiento de adolescentes hormonales persiguiendo su foto con la reina del pueblo, Alfonso Ramírez Cuéllar –La Polla para sus cercanos- aparecía junto a Claudia Sheinbaum en la discreción del despacho presidencial. Allí, lejos de reflectores y calenturas mediáticas. Allí donde realmente se toman las decisiones.
Unos la corretean, otros la alcanzan. Reglas de un tiempo que no termina de irse.
Sobre la Firma
Columnista con experiencia pública y mirada crítica.
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