jueves, octubre 16, 2025
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Preparando la sucesión, olvidando la transición

PABLO PEDROZA

“Nosotros no tenemos derecho
a fallarle a la gente…
Odio a los corruptos…”

Ernesto González Romo

Como insulto, aunque sin llegar al nivel de una mentada veracruzana, deben haber sonado las expresiones de Ernesto González Romo, titular de la función pública dentro de la nueva gobernanza.

Estas fueron soltadas como preámbulo a la conclusión de las comparecencias de los funcionarios —¿de David? Digamos que, al fin y al cabo, él les paga. Dieciséis secretarios que, ante el pleno o en comisiones, fueron a refrendar e intentar defender los logros o el resumen de los últimos cuatro años de vivir en el sótano de la calificación de los zacatecanos.

En un formato que no sirve a los defensores de oficio, a la nueva gobernanza, a los diputados de oposición —o que lo parecen— y mucho menos a los ciudadanos, los funcionarios desfilaron para hablar de un informe que, de ser un acto para invitados, pasó a ser lo más intrascendente del día.

El evento fue opacado por el protocolo aplicado por los miembros de las Fuerzas de Reacción Inmediata (FRIZ) y la Policía Vial a las madres buscadoras, quienes intentaban colocar una rafia —símbolo de sus desaparecidos— y fueron agredidas durante su manifestación pacífica.

Dado que el General Arturo Medina Mayoral ha asumido abiertamente ser el responsable de todas las fuerzas del orden —y del desorden—, a él podría amonestarlo David, si se atreve, pues sus protocolos convirtieron el día del gobernador en un día más para reforzar su fama de represor.

Salvo contadas excepciones, los funcionarios aportaron algo: información, confusión, desinformación u opacidad, a la ya gris narrativa del resumen administrativo de sus labores y de la conducción de esta nave llamada Zacatecas.

De no ser por la declaración del general Arturo Medina Mayoral, asumiendo la responsabilidad sobre todas las corporaciones del estado de Zacatecas, y por la grotesca presencia del funcionario de la función pública —al que sugirieron acudir con un psiquiatra—, las comparecencias habrían resultado mayormente aburridas.

Un excelente repositorio de ese ejercicio intrascendente, vacío para la opinión pública, se encuentra en el perfil de Facebook de Heraclio Castillo de LaLaLaNews.com. Como nadie más, Heraclio expuso en tiempo real la “calidad” de las comparecencias y sus participantes. Me recuerda a Flavio Vidales, un clásico de los medios zacatecanos. El “Oso” Vidales, capaz de abstraer y ordenar información de diversas fuentes en tiempo real, para presentarla de manera clara ante todos.

Concluido el show, los actores se enfrentan nuevamente a la cruda realidad —si es que David los invita a lo obscurito—.

La cuenta regresiva de la nueva gobernanza política y administrativa bien valdría que hicieran algo que ni les interesa ni se les da: estar en lo que deben estar.

Por ejemplo, revisar la Ley de Entrega Recepción del Estado de Zacatecas, iniciativa del gobernador Alejandro Tello Cristerna, para regular los cambios de gobierno, publicada el 16 de junio de 2018 en el Periódico Oficial (Decreto #412) y reformada el 7 de julio de 2021 (Decreto #673).

Con esta nueva ley se abrogó la propuesta enviada al Congreso por el gobernador Miguel Alonso Reyes, que mediante decreto #607 fue publicada el 1 de agosto de 2013 en el Periódico Oficial.

En su artículo primero, la ley vigente establece: “La presente Ley es de interés público y observancia general en el estado de Zacatecas. Tiene por objeto establecer las disposiciones generales conforme a las cuales los servidores públicos de los Entes Públicos, ya sea persona física o moral, pública o privada, que les corresponda recibir, resguardar, administrar o ejecutar, por cualquier título, recursos públicos, deberán entregar a quienes los sustituyan en el empleo, cargo o comisión, los recursos humanos, financieros y materiales, así como la información, documentación y asuntos de su competencia que hayan manejado en el desempeño de sus funciones”.

De igual forma, en su artículo 10 establece:
“La Comisión de Entrega será el órgano responsable de planear, programar, organizar, coordinar, implementar, ejecutar y supervisar la entrega de los recursos humanos, financieros y materiales, así como la documentación, información y asuntos de su competencia que le hayan sido otorgados para el desempeño de sus funciones. Corresponde a la Comisión de Entrega integrar, conciliar, consolidar y verificar los documentos financieros, administrativos, patrimoniales, técnicos y jurídicos para conformar el expediente respectivo.”

Por su parte, el Artículo 11 determina los plazos para integrar la Comisión de Entrega:
I. Al menos seis meses antes de la conclusión del ejercicio constitucional de los Poderes del Estado y los ayuntamientos;
II. Hasta seis meses previos al término del plazo o del periodo legal de los Entes Públicos distintos al inciso anterior, y
III. En el momento en que se declare la disolución, extinción, desaparición, suspensión o liquidación de los Entes Públicos.

Así, la nueva gobernanza, el Congreso, los entes públicos y los ayuntamientos entran a la recta final de sus administraciones con el reto de cumplir con sus responsabilidades y, paralelamente, cuidar que la basura no quede bajo la alfombra.

Parece lejano, pero se trata de un trabajo previo que deberá ser pulcro, veraz, robusto y consistente, con fecha máxima en junio del 2027, cuando haya un gobernador o gobernadora electa. A partir de ese momento, comenzará a reducirse la capacidad de maniobra de quien concluye su mandato, a quien no le alcanzó ni el tiempo ni el talento para ser el mejor gobernador en la historia de Zacatecas.

¿Para qué se estará preparando David: para la sucesión o para la transición? En cualquiera de estos escenarios, es de esperar que esté listo y preparado para no convertirse en la herencia maldita de nadie, ni en el corrupto al que Ernesto González Romo odie o la diputada federal Soledad Luévano demande.

En todo caso, hoy pisa terrenos pantanosos donde las cuentas y los cuentos no le cuadran.

Pero eso es lo técnico, y lo de hoy en la cancha de David Monreal es la pasión… la pasión política y el desenfreno sucesorio. Porque si bien poner orden sería prudente y necesario, David nos regala un nuevo capítulo de libro Vaquero, o de Lágrimas y Risas, con el episodio titulado “Sí, es Verónica”, como expresión de sus más profundos encargos y anhelos.

David se asemeja a aquel Fernando Soler del cine de oro mexicano, pretendiendo sacar adelante sus maduros compromisos a toda costa, sin importar que arda Troya.

Parafraseando el “no le afloje” de la canción de Jorge Negrete, David bien podría cantar “la he de hacer candidata aunque me cueste a mi hermano”.

David visualza un horizonte tan lejano —dejar el poder con todo en aparente orden— que ahora dedica sus esfuerzos a convocar, casualmente a puras mujeres (bueno, también a Ernesto González, de quien dicen que chismosea muy sabroso), excluyendo deliberadamente a una, para solicitar su apoyo incondicional hacia su candidata: La Vero, su favorita por encima de Saúl.

¿Qué poderosa razón puede justificar comprometer la legalidad, la institucionalidad y la función pública en favor de alguien, incluso por encima de los lazos familiares? Confieso que no lo entiendo; ojalá usted sí.

David se arriesga, y mucho, al entregar a la oposición argumentos contra su gobierno con su proceder nada discreto. Tener afinidades y preferencias en política no es novedad, pero ¿desnudarse así de plano ante sus subordinadas y subordinados?

¿Con qué respeto —que no sea el impuesto por la nómina— lo verán ahora quienes presencian cómo, de aspirante a ser el mejor gobernador de la historia, pasa a convertirse en un burdo manipulador electorero?

Observemos cuántos integrantes de la nueva gobernanza caen en la tentación de inclinarse hacia ese apoyo. Ojalá no se les ocurra utilizar lo que es de todos para promover a una sola persona, poniéndose en un riesgo innecesario, pues ni con ella ni con él encontrarán un futuro político.

Observemos también el destino de los recursos públicos del finiquito del Fideicomiso del Segundo Piso.

Es evidente que Verónica no tiene ni tendrá el talento de un Joaquín Rodríguez Costillares, pero como bien dicen, con vaquillas y novillos se empieza.

Para mal de todos, y particularmente de quien, entretenido con Verónica, olvida lo que González Romo le señaló: “Nosotros no tenemos derecho a fallarle a la gente”…

Cada quien tiene sus prioridades. Que espere el poner en orden la casa.

Porque ¿qué importa fallarle a la gente si no se le falla a Verónica?

De Salida

UNO. Eso de poner en orden la casa aplica también para los ayuntamientos, especialmente aquellos que no han logrado organizar su propia administración y ya pretenden ir a desordenar otra que les es ajena. Es lamentable que la oposición manifieste aspiraciones en el precario nivel demostrado por David, pues al aspirar a ello, se disminuyen todos ante el ciudadano. No hay grandeza en vencer enanos.

DOS. ¿Le alcanzarán a David estos veintiún meses para lograr ser el mejor gobernador de la historia y demostrar si aquello de la “nueva gobernanza” significaba algo realmente sustancial?

TRES. ¿A usted le cae bien Verónica? ¿La considera apta para la candidatura? ¿O el simple hecho de ser la ficha favorita de David, es decir, la encarnación de su continuidad, le genera rechazo? La lepra política puede manifestarse de diversas formas, y tiene la capacidad de aniquilar a quien la porta.

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Columnista con experiencia pública y mirada crítica.
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