La Casa de los Perros: En el Congreso de Zacatecas falsifican firmas y los diputados callan

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

A los escritorios del diputado presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), Enrique Laviada Cirerol, y de Amuraby Gutiérrez Torres, titular del Órgano de Control de la LXIV Legislatura, llegó el 5 de julio a las 13:45 horas, un oficio signado por Ana Luis del Muro García, diputada del Partido del Trabajo, en donde, una vez más y para no variar, se ventilaban actos delictivos como: falsificación de documentos, fraude, robo, administración fraudulenta, ejercicio indebido de la función pública, peculado, enriquecimiento ilícito, entre otros.

La legisladora, quien es presidenta del Órgano de Administración y Finanzas (OAF), es decir, la encargada de administrar los recursos millonarios que llegan a los diputados, jura en el oficio que ella camina por la vida con honradez, honestidad, integridad, transparencia y que, además, siempre rinde cuentas. Como quien dice, un estuche de monerías.

La cuestión es que, un día que fue a trabajar al Congreso, detectó que alguien que obviamente no sigue al pie de la letra esos valores que ella diario enarbola, se dedicó a falsificar su firma y, por consiguiente, a hacer mal uso de ella.

¡Sí! Resulta que alguien utilizó documentos signados por María Luisa del Muro, o al menos eso hicieron creer a todo el mundo mundial, para generar perjuicio en contra de su dignísima persona.

Ahora ella, en calidad de víctima, manifiesta su completo rechazo y condena esas prácticas que, resulta por comentarios que pasaron de uno a otro en los lúgubres pasillos del edificio de Fernando Villalpando, son cosa de todos los días desde hace años.

Como la diputada no confía para nada en los manejos que al interior de la LXIV Legislatura se llevan a cabo, prefirió contratar a un grupo de seis abogados del Despacho Jurídico PR&A, para que sean ellos quienes la representen en este vergonzoso caso.

Y se fue a la aletargada y selectiva Fiscalía General de Justicia del Estado, y también a la Auditoría Superior del Estado, al mando de Raúl Brito Berumen, para presentar formal denuncia en contra de Luis Octavio «N», quien funge como director de Administración y Finanzas de la LXIV Legislatura, de Martha Elva «N», y quien más resulte responsable del cochinero.

Las dudas sobre las irregulares situaciones al interior de la honorable Legislatura le surgieron a la diputada cuando, por ahí del 23 y 25 de mayo, su auxiliar Christian Lira Gómez le dijo que se había percatado que alguien dedicaba su tiempo y esfuerzo a «practicar» su firma en un documento en el que se leía: Orden de Pago, elaborado por la subdirección de Recursos Materiales y Servicios, a cargo de Lourdes Manuela «N».

Además, el comunicativo auxiliar de presidencia también aseguró ver cómo Martha Elva «N» se acercaba llevando en sus manos una hoja en la que ya se habían realizado varios ensayos para que la firma saliera a punto de turrón.

Como en un capítulo de la gustada serie CSI, Christian Lira logró hacerse del documento, el 9 de junio, luego de que Martha Elva «N» se negara «rotundamente» a entregarlo.

A partir de entonces, Luis Octavio «N», que iba diario y a toda hora a solicitar la firma de documentos, léase cheques, órdenes de pago y compra y movimientos internos de las cuentas, dejó de ir. Comenzó a sentir pasos en la azotea.

Siguiendo con la personal investigación, la diputada se comunicó con Abraham Fraire Ramírez, ejecutivo de cuenta de Banorte, para pedirle una copia de todos los cheques emitidos a su nombre durante mayo. Como en oficina de la nueva gobernanza, le dijeron que se tardarían entre siete y 15 días.

En otro capítulo de la serie, la diputada del PT logró recuperar los cheques y observó que había uno a nombre de Raúl «N», que funge como personal del área de Almacén, en el que la firma no era la suya. El turrón no les quedó tan al punto.

Ya con las pruebas en la mano, María Luisa del Muro se reunió con el afligido y acongojado Luis Octavio «N» y el diputado Jehú Salas Dávila. Ahí escuchó que como se trataba de un «endoso no es importante que lo firmaras, por cuestiones de obviar tiempo en el proceso administrativo».

Pero viene lo mejor, el susodicho reconoció que esas acciones las efectuaba de manera regular, siendo del conocimiento del propio priista Jehú Salas, y de otros más.

Entonces, Luis Octavio «N» pidió que, por caridad de Dios, no se abriera el tema, que no se denunciara y que menos se hiciera “un relajo” de algo que todos los días y a toda hora sucedía al interior de la casa de los honorables diputados de Zacatecas.

Acorralado, Luis Octavio «N» aceptó totalmente su responsabilidad y confesó su negligencia e indebido actuar mencionando que sí, que había abusado de sus funciones y autoridad.

Suplicó que, para no exponer a su persona y a su familia, pedía encarecidamente que no se denunciara.

María Luisa del Muro, dispuesta a aclarar la situación, hizo del conocimiento de los integrantes de la Jucopo, las irregularidades. A esa reunión llegó también el diputado Jehú Salas quien dijo que no minimizaba la falsificación de firma, pero que al final, el objetivo, que era darle cauce al trámite administrativo se había cumplido. Y tan tan.

Al priista, aunque usted no lo crea, lo respaldaron algunos diputados que estaban en la reunión.

Lo más feo del caso es que los legisladores presentes, léase Susana Barragán, Priscila Benítez y Martha Rodríguez, de Nueva Alianza; Ernesto González Romo y Gabriela Pinedo, de Morena; Fernanda Miranda, del Verde Ecologista; Guadalupe Correa y Karla Valdés, del PAN; Refugio Dávalos, José Juan Estada y el mismo Jehú Salas, del PRI, se negaron a levantar el acta correspondiente.

Ya con la denuncia presentada ante las instancias correspondientes, la diputada María Luisa del Muro pide a la aletargada Fiscalía que haga su trabajo, solicite la declaración de todos los involucrados, y se busque la condena y el pago de la respectiva reparación del daño.

Hay que señalar que, hasta hoy, además del silencio de los diputados, Luis Octavio “N” y sus cómplices se mantienen en sus cargos como si nada pasara.

La cuestión es que, en estos momentos, nos encontramos inmersos en la 4T, y eso de que la ley es la ley no es válido. De ahí que, si la petista no insiste en el tema, pasará lo mismo que con la denuncia sobre la Estafa Legislativa en la que, para variar, algunos de los legisladores que no quieren hacer un relajo del tema, también están involucrados.

Pero que estos deshonrosos actos de nuestros flamantes y honorables representantes populares no nos quiten la sonrisa del rostro porque, ¿alguien lo duda?, vamos super recontra bien.

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