El retorno de la Primera Dama de Zacatecas

RAÚL SILVA TORRES

Con el triunfo electoral de Alejandro Tello, la Casa del Gobernador tendrá una figura política que desde hace 12 años no albergaba: la Primera Dama.

Tuvieron que pasar dos sexenios sin que los zacatecanos escucháramos y viéramos noticias sobre este título nobiliario, políticamente hablando, el de Amalia García y Miguel Alonso.

En septiembre próximo, Cristina Rodríguez acompañará a su esposo Alejandro Tello en la toma de posesión como gobernador de Zacatecas. Y por ende, ella arribará a la presidencia honorífica del Sistema Estatal DIF.

Desde el inicio de la campaña, la señora de Tello utilizó su imagen “detrás de cada hombre exitoso, hay una gran mujer” para reunirse con las féminas zacatecanas y conseguir su voto para el abanderado del tricolor.

Los rumos desataron un vendaval de suspicacias, pues al parecer ella quería tener la misma fama y reconocimiento que su marido. Lo que desató un aparente duelo de egos entre la pareja.

Pediatra de profesión, y ahora política por convicción, o ardid colateral, Cristina Rodríguez está dispuesta a seguir los cánones establecidos para la presidencia honorifica del DIF y la Primera Dama de Zacatecas.

Desde ahora y a hasta el 2021, los ojos de la prensa y la ciudadanía estarán sobre ella, su familia y sus hijos; por lo que debe cuidar su compostura para no estropear el desempeño de su esposo al frente del gobierno de la entidad.

En breve, la próxima Primera Dama incrementará su popularidad cuando su rostro ilustre sinnúmero de revistas del corazón, donde exponga su vida marital, familiar y profesional. Sus historias robarán titulares y su ego sumará puntos.

Sería bueno que los asesores políticos de Alejandro Tello le lean la carta desde ya, para evitar que se convierta en una piedra en el zapato durante esta nueva administración estatal.

Lo que menos deseamos es una Primera Dama zacatecana que retome el vuelo de la gaviota, pues Angélica Rivera ha provocado escándalos que han dañado al presidente de México, Enrique Peña Nieto.

Muchas primeras damas estatales ven a la Gaviota como un ejemplo a seguir, ahí tienen a la cantante Anahí, que siguió sus pasos y manchó la imagen de su esposo, el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco.

En este escenario, hay dos opciones para Cristina Rodríguez, dedicarse en cuerpo y alma a la filantropía o a envolverse en el escándalo, lujos y altanería.

Las obligaciones tradicionales de la Primera Dama consisten en reuniones, ceremonias, actos oficiales y sociales, viajes nacionales e internacionales, con o sin el gobernador. No es la gastar en banalidades como ropa, joyas, viajes, autos, etcétera.

La Primera Dama no devenga salario porque oficialmente no existe, aunque tiene tal peso que ni la misma Gaviota ha podido lidiar con él, lo que ha resultado que se le desprecie por su extravagante estilo de vida.

Cristina Rodríguez robó cámara a Tello, intencional o no. La pericia debe estar de su lado para evitar que su familia sea repudiada, así como demostrar interés por la vida social, económica y política de los zacatecanos.

Sobre aviso no hay engaño…

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