Jerez… Miel y veneno a la vez

RICARDO EVODIO CABRAL VERA

La cuna de García Salinas, para dar vergüenza

Ahora sí, la casa grande de la exhacienda de La Labor, donde naciera el ilustre Tatapachito y el acceso a la comunidad, se encuentran totalmente a la par, ambos están para dar vergüenza. El camino pavimentado hace unos 20 años, jamás ha recibido mantenimiento al grado que hoy no se aprecia un solo metro de asfalto en buen estado.

Llegar a La Labor que se localiza a 800 metros del entronque con la moderna autopista que algún día conducirá hasta Guadalajara,  puede hacer perder más de diez minutos, debido a que los vehículos tienen que transitar a vuelta de rueda y buscando no precisamente el terreno más parejo, sino los agujeros que puedan resultar menos dañinos a la carrocería.

Arreglo a Medias

Lo sorprendente es que al salir de esta pequeña ranchería, yendo hacia La Gavia, existe un letrero de esos que a los gobiernos les gusta que duren para toda la vida, en el cual se presume la rehabilitación del tramo La Labor-Los Ríos y la pregunta es entonces, ¿por qué la discriminación? Cuando la lógica indica que el arreglo comience donde nace la vía de comunicación, que además es el tramo más antiguo y más deteriorado, pero por una razón a la que no le encontraríamos explicación, se brincó la tierra natal del llamado gobernante modelo y modelo de gobernantes.

Y pasando el recientemente reparado tramo de Labor a Los Ríos, vuelve nuevamente el mal estado de la carretera, aunque no igual que en la primera parte; el caso es que se hizo un arreglo a medias y seguramente ya está considerado para incluirse como una gran obra en el ya próximo informe de gobierno.

Tierra de migrantes

La Labor es el paso obligado de quienes transitan rumbo a Los Ríos y La Gavia, esta última una de las 10 comunidades más importantes del municipio; una región dedicada a la producción agrícola y ganadería, como principales actividades económicas, además de contar con una gran cantidad de migrantes, muchos de los cuales ya preparan maletas para retornar s su tierra con motivo de las fiestas patronales y se encontrarán nuevamente con la realidad a su llegada.

Deshonran su memoria

En otros tiempos, los políticos gustaban de iniciar sus campañas proselitistas ante el hoy solitario monumento a Francisco García Salinas, que se encuentra frente a la ruinosa casona donde la historia relata que nació el 20 de noviembre de 1786.

En aquellas tiempos del unipartidismo, cuando se sabía de la presencia obligada de la clase política local y estatal para el acto partidista, al menos se determinaba emparejar la terracería para que el acceso fuera adecuado y algún día uno de ellos tuvo la ocurrencia de pavimentar aunque fuera ese pequeño tramo; el legado del prócer no merecía menos que eso, habría dicho.

Por otra parte, año con año autoridades municipales acuden a montar guardias de honor ante la efigie de García Salinas, en el aniversario de su natalicio y tras colocar la ofrenda floral, prometen emular su ejemplo, honran su memoria por un rato con el discurso, pero en los hechos se les olvida y lo ocurrido con el deteriorado acceso es una muestra más.

Lo ven pero no lo sienten

Es curioso que a la fecha nadie que tenga poder de decisión y cambio, se haya dado cuenta del pésimo estado que guarda el acceso, ni los funcionarios estatales que vinieron a hacer el levantamiento para arreglar un tramo más adelante y que obligadamente debieron pasar por ahí; ni los directivos de obras públicas, toda vez que el vivero municipal se encuentra justo a un costado del ramal dañado. Ni los políticos que recientemente anduvieron en campaña, que ahora no se acordaron ni siquiera de visitar la comunidad y quizá por lo mismo decidieron cambiar radicalmente el punto de arranque proselitista.

A través de diversos medios de comunicación, desde hace siete u ocho años se menciona el mal estado del camino, pero las autoridades estatales, que es a quién correspondería la rehabilitación, simplemente han hecho oídos sordos.

Nada para presumir

Si la casa del jerezano que da nombre a nuestra ciudad, fuera parte de los recorridos turísticos de nuestro pueblo mágico, los visitantes (que si los hay) se encontrarían con puras vergüenzas, con un camino intransitable, peor que la más agreste terracería en plena sierra y con una casa deteriorada que no motiva visitarla.

El caso de la vieja finca en la que según algunas placas, nació el ilustre gobernante, la cual se sostiene –literalmente—, con alfileres, es una situación diferente; se trata de una propiedad privada por lo que no es posible la intervención del estado para su rescate, pues sencillamente no se le podría dar el fin museográfico que motivara su restauración, a menos que se adquiriera, pero se sabe que cuando ello se ha intentado, el costo que fijan los propietarios es demasiado alto.

Urge dignificar la comunidad de La labor

Es muy común y aunque no sea lo más correcto, que cuando alguien llega al poder, de lo primero que se acuerde es de las necesidades de su calle, su colonia, de su comunidad, e incluso de su domicilio particular; si fuera este el tiempo de García Salinas, seguramente no dejaría en el abandono que se encuentra desde hace años la tierra que lo vio nacer.

Valdría la pena que quienes tienen la conducción del estado y municipio en sus manos, hagan algo por dignificar un poco a la Labor, simplemente por lo que representa para la historia de la entidad, la cuna del federalismo; sería la mejor forma de honrar no sólo la memoria de don Francisco García Salinas, sino a esa vocación federalista que le heredó al estado y al municipio, a costa incluso de su propia integridad.

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