viernes, junio 6, 2025
spot_img
HomeOpiniónLucía Lagunes HuertaZona de Reflexión | Elección judicial, el cristal con que se mira

Zona de Reflexión | Elección judicial, el cristal con que se mira

LUCÍA LAGUNES HUERTA

En aras del optimismo se suele decir que todo depende del cristal con qué se mira, que puedes ver el vaso medio lleno o medio vacío, dependiendo de lo que eliges tendrás resultados. Esta es la receta que aplica la narrativa desde el poder: 13% del voto es un triunfo ante el 87% de abstención.

Ya lo probó el anterior presidente, quien impone la narrativa gana, esa receta la siguen aplicando desde Palacio Nacional, manejando como triunfo 13 millones de personas votantes frente a 87 millones que no fueron a votar.

A diferencia de otros regímenes, tienen todo para poder imponer su visión del vaso medio lleno.

Silenciosamente hicieron de los canales públicos el sistema para imponer la narrativa. Todos ellos construyen su línea editorial a partir de lo dicho por la reina de Palacio, a ellos se sumaron los voceros oficiales llamados influencers y bots y todas las herramientas digitales con las que se cuentan.

El espejismo es hacer creer que son muchas voces las que están hablando del vaso medio lleno.

Con ello nos quieren hacer creer que 13 millones es un triunfo de la democracia, que la elección de las candidaturas al poder judicial es democracia, que las personas electas del poder judicial nos darán justicia, porque son buenas, sin importar que las fiscalías no hagan su trabajo.

Lo que se opaca y minimiza son 87 millones de votantes que decidieron no ir a votar, las razones pueden ser diversas, desde que no le vieron sentido ejercer el voto porque de todos modos iban a ganar los que quiere la presidenta o porque, no es cierto que el pueblo está altamente politizado.

El hecho es que 9 de cada 10 personas mexicanas con derecho a votar y con credencial de elector decidieron no ir. Esto tendría que poner en perspectiva el posible desgaste del electorado al sentir que su voto no hace diferencia o piensan que siempre ganan los mismos o de plano, ya no creen en el proceso electoral.

Con los datos que tenemos sabemos que 9 de cada 10 electores se negaron a participar, también podemos decir que sólo uno de cada diez electores fue a las urnas, quizá porque el corazón de la 4T no sintió la necesidad de salir a defender nada, porque nada corría peligro, era un resultado cantado.

Como sea, quienes llegan están legalmente reconocidos, legítimamente cuestionados por la falta de respaldo ciudadano.

No dejar entrar la posibilidad de alguna duda es fundamental.

No permitir el mínimo asomo de derrota es trascendente para imponer la visión de que quienes llegan a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a las salas regionales al Tribunal de Disciplina Judicial, a los órganos de circuito y de Distrito, están elegidos por el pueblo y eso es bueno. Aunque el pueblo sea sólo 13%.

Qué pasará cuando la justicia no llegue pronta y expedita, cuando la corrupción atrape a uno de estos votados, ¿Quién cargará con la responsabilidad?, ¿la presidenta?, ¿los anteriores?, ¿el pueblo que los voto sin conocerlos realmente, sino porque el acordeón que les llegó a sus manos y se les dijo que era así?

Lo que es seguro es que ni la presidenta ni su partido aceptarán haberse equivocado de nada, encontrarán a quién tirarle la pelota, y nuevamente disputarán la narrativa para imponer su versión de las cosas.

Mientras en el mundo real, en el de la vida cotidiana las víctimas de violencia feminicida, de violencia vicaria, de discriminación, desigualdad, de acusaciones infundadas, de venganzas corporativas, de atentados a la libertad de expresión, de persecuciones a quienes defienden sus tierras y territorios; se enfrentarán a la injusticia y a las complicidades patriarcales, a las corrupciones de millones que suelen doblar a más de uno.

Ahí la narrativa no se impone, ella pierde ante la realidad de la impunidad.

Artículos Relacionados
- Advertisment -spot_imgspot_img

Populares