PABLO PEDROZA
Nos encaminamos al final del año con muchos productores frijoleros viendo perdido o malogrado el producto de su trabajo. Si bien semanas atrás se anunció con bombo y platillo la compra de hasta ochenta mil toneladas del grano a pequeños productores, a un precio de 27 mil pesos por tonelada —lo que representaría una derrama económica superior a los dos mil 160 millones de pesos en la entidad—, y además se informó que, como resultado de las gestiones realizadas por el gobernador David Monreal Ávila, el Gobierno de México se comprometió a que entren en operación la totalidad de los centros de acopio de frijol en el estado.
Todo indica que el agresivo can que ocupa el cargo de secretario del Campo en Zacatecas, Gerardo Luis Cervantes Viramontes, no hizo la tarea de estar atento y actuar sobre la base de lo anunciado por la federación y la nueva gobernanza. Es decir, desde la comodidad del escritorio eligió dedicarse a ser un pasivo burócrata que espera que las cosas sucedan sin mayor esfuerzo que seguir cobrando en la nómina.
Esta información fue publicada en su edición del 19 de octubre del año que termina por La Jornada Zacatecas, en una nota que detallaba que el anuncio se realizó durante una conferencia de prensa encabezada por el gobernador David Monreal Ávila y la titular de Alimentación para el Bienestar, María Luisa Albores González, quienes estuvieron acompañados por el subsecretario de la Sader, Leonel Cota Montaño, así como por representantes del sector agropecuario y autoridades locales.
Ahí David no tiene un frente débil, sino vacío o casi vegetativo. Allá él si quiere seguir cargando ese peso muerto hasta el final del camino, pero el campo zacatecano no lo merece.
Desde el anuncio hecho a mediados de octubre hasta este 22 de diciembre, los frijoleros no han tenido tanta suerte como Gerardo Luis Cervantes. Ellos han tenido que sufrir la desgracia de que los centros de acopio no fueron abiertos ni han tenido la capacidad para recibir sus cosechas. A eso súmele el coyotaje que les compra el frijol a cinco o 10 pesos el kilo. Peor aún, súmele el destacado papel que, en este ciclo agrícola, ha venido teniendo la delincuencia organizada, sometiéndolos a una dinámica que dicta a quién y a qué precio deben vender su frijol, sin que exista un anuncio formal por parte de los integrantes de la mesa de paz sobre alguna acción concreta para protegerlos. Ni siquiera para hacerlos sentir acompañados.
Debido a esta falta de acción, los frijoleros ya tomaron calles, vías de comunicación y hasta el Palacio de Gobierno, confrontando a David Monreal en busca de apoyo y solución. Sin embargo, las cosas no cambiaron. Los centros de acopio y sus condiciones, a pesar de lo ofrecido, siguieron igual.
Dos meses después se informa, vía boletín, que “como resultado de la gestión del gobernador David Monreal Ávila, el Gobierno de México, a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y Alimentación para el Bienestar, hicieron el compromiso de que este viernes estará abierta la totalidad de los centros de acopio de frijol en el estado, con lo que el 50 por ciento nacional se concentrará en Zacatecas”. Se estableció la meta de abrir los 54 centros de acopio, en los que se concentrarían hasta 80 mil toneladas de frijol a un precio de 27 mil pesos la tonelada, de tal forma que la derrama económica sería de más de dos mil 160 millones de pesos.
Sin embargo, dos meses y 10 días después, los frijoleros están donde iniciaron, esperando que se cumpla el anuncio de los 54 centros de acopio abiertos y recibiendo el frijol a veintisiete pesos el kilo, hasta completar las ochenta mil toneladas. Ojalá ahora sí. Ojalá, a la par del anuncio de que David retomó la gestión y ahora va en serio, el secretario del Campo se muestre proactivo y se preocupe por acompañar a su gobernador en el desarrollo de este proceso, sin andar en la salida fácil de “a mí no me corresponde”. El campo, junto con sus productores, es su tema los 365 días del año, y no nada más los días de cobrar la quincena.
Aunque igual, por lo que ha demostrado Gerardo Luis Cervantes Viramontes, podría recetarnos aquello de que, a la pregunta sobre sus logros, responda simplemente: “ya es quincena”.
Como dice Jaime López en La Primera calle de la Soledad: “Otra vez, va de nuez”. Pues otra vez va el anuncio, ahora con motivo de la gestión informada por el área de Prensa de David Monreal. Difícilmente se cumplirá todo lo prometido antes de llegar a enero; es tiempo de vacaciones, de alegría para unos y de tristeza para otros. Sobre todo para aquellos que, en los dos meses anteriores, por necesidad perdieron o malbarataron su cosecha ante la corrupción en los centros de acopio, los coyotes y la delincuencia organizada.
Tristeza, sobre todo, por secretarios y delegados del ramo que, debiendo acompañar y dar seguimiento, prefieren la seguridad de su puesto antes que dar la cara por aquellos que son su responsabilidad. Burócratas de la cuarta transformación, al fin.
Felices fiestas a todos. Nos encontramos en el 2026.
De Salida
UNO. Los temas de la semana.
La reforma a la Ley del Notariado causó ruido e inconformidad, incluso a nivel nacional. Todo sea por cambiar el status quo, dicen. Los notarios se han amparado ante los cambios. Entre las modificaciones, se contempla la posibilidad de asignar cuatro nuevas notarías: dos para mujeres y dos para varones.
DOS. Aunque aún no es 28 de diciembre, el pueblo bueno y sabio ya chacotea con el tema.
Ante la desastrosa pre-precampaña de Verónica Díaz, igual la consuelan con hacerla notaria. Para los varones, el agraciado sería el “Zúñi” en agradecimiento a su talento para diezmar los dineros públicos.
Ninguno de los dos es abogado, pero, ¿al elector qué le importa?
TRES. La Federación ganó tiempo y vacaciones tranquilas para los funcionarios al plantear nuevamente el esquema de pignoración a los productores. Aquí, José Narro repitió ayer lo mismo. Como la ministra Yasmín Esquivel, parece que ahora todo es copiar y pegar, o escuchar y repetir.
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Columnista con experiencia pública y mirada crítica.
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