JUAN DEL REAL
En tiempos donde las acciones gubernamentales deberían de contar con la búsqueda de mayor consenso social, primero para una implementación exitosa y después con legitimidad que permita avanzar en su desarrollo y beneficio para la ciudadanía, lo que tenemos son caprichos con repercusiones al dinero público, el dinero de nuestros impuestos utilizado para hacer negocios personales y promoción política vacía, pero sin ver por el interés mayor, beneficios públicos para la ciudad, para el Estado.
En la capital zacatecana, primero una obra de un segundo piso que fue innecesario, que por no escuchar a la ciudadanía, costo millones para los zacatecanos, ahora, una escultura innecesaria con un costo de 2.3 millones de pesos a los habitantes de la ciudad, que solo ven como sus gobernantes gastan el dinero público en caprichos y no en necesidades como los servicios, pero no se trata de un partido especifico sino de dos gobiernos con siglas diferentes pero la misma necedad de no escuchar a sus habitantes.
Ante la falta de diagnóstico y soluciones reales para los zacatecanos, está la improvisación que atiende a ser apaga fuegos, pero no a transformar ni cambiar de mejor manera los servicios de ciudades abandonadas a su suerte como la capital, que tiene tantas necesidades como generar empleos, mejora de trasporte público, una nueva red hidráulica, mejor drenaje, y la recuperación de un centro histórico abandonado.
Zacatecas tiene quien la defienda, ya sea en el congreso con los diputados de Movimiento Ciudadano o con los distintos regidores naranjas, no se trata solo de oponerse, sino de proponer ideas y proyectos para evitar los caprichos e improvisaciones gubernamentales, así como defendimos la ciudad y detuvimos el segundo piso, también votamos en contra de que se gaste en una escultura que no se necesita, mientras las que se tienen están olvidadas sin mantenimiento. Menos caprichos y más causas a favor de Zacatecas