lunes, julio 7, 2025
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Presa Milpillas: ¿Otro Fracaso? ¿Adiós a 8,500 millones?

PABLO PEDROZA

“Si la gente (los ejidatarios) no quiere el beneficio del agua), si no lo considera importante el proyecto, pues no se va a hacer”

David Monreal

¿Y el resto de los zacatecanos qué?

Con el proyecto de construcción de la Presa Milpillas, la administración gubernamental tiene otra oportunidad de demostrar qué significa eso de la “nueva gobernanza” o su idea de progreso. El reto es evitar que la obra beneficie a unos a costa del deterioro de otros.

Tampoco debe permitirse que se convierta en un escenario de lucro político o económico, sino en un modelo integral que genere un impacto positivo en la zona de la presa y en los municipios por donde pasará el acueducto.

Desde luego, no debe tratarse como un simple proceso de transacción comercial. El diálogo permanente, abierto y maduro, acompañado de propuestas que garanticen la permanencia y el respeto al arraigo de las comunidades, se presenta como un elemento irrenunciable en este proceso.

El bien superior no admite sectarismos, ya sea por parte del gobernante o de quienes se ostentan oficiosamente como representantes de David Monreal o cualquier otro personaje con intereses individuales.

La tarea no es menor. Se sabe con claridad que la presa se construirá en el municipio de Jiménez del Teúl, en terrenos de las comunidades Atotonilco, El Potrero y El Llano, abarcando un área de 300 hectáreas, con una capacidad total de 70 millones de metros cúbicos.

En la administración pasada se propuso un trazo de 167 kilómetros para el acueducto. De estos, 158 no deberían representar mayor problema, ya que su recorrido se planificó sobre derechos de vía en caminos estatales y carreteras federales. Ojalá que, a menos que sea estrictamente necesario, no se modifique este trazo, por más grandes que sean las tentaciones o intereses en juego.

Quedan 6 kilómetros que atraviesan terrenos ejidales y particulares. ¿Existe ya una revisión de este tramo con las autoridades municipales y ejidales, o se repetirán las actitudes problemáticas que surgieron con el Segundo Piso?

La gestión de la obra tuvo una pausa en 2014 y se retomó en 2016. Hoy, ocho años después, el proyecto forma parte del Plan Hídrico Nacional.

Actualmente, se cuenta con el título de asignación “08ZAC155522/12HBGC16”, que autoriza explotar, usar o aprovechar aguas nacionales superficiales por un volumen de 47,300,000 metros cúbicos anuales, conforme a lo establecido en el documento. Cabe destacar que esta concesión quedó inscrita desde el 31 de agosto de 2016.

Pronto se cumplirán nueve años con una concesión subutilizada, lo que representa una oportunidad perdida.

Por otro lado, sería valioso incorporar a los actores políticos y sociales que conocen el territorio y su gente, como parte fundamental para construir una visión integral del futuro de los habitantes de la zona donde, esperamos, pronto esté funcionando la presa.

Es momento de dejar atrás a líderes mañosos, oportunistas y aquellos que como sanguijuelas los acompañan como simples intermediarios. El beneficio debe llegar directamente a los afectados, no a figuras innecesarias que solo buscan aprovecharse.

La Presa Milpillas quizá no sea la solución definitiva para abastecer de agua potable a más de medio millón de habitantes de Zacatecas, ni para satisfacer las futuras demandas de este derecho humano. Sin embargo, representa una obra importante para avanzar en ese objetivo. Que forme parte del Plan Nacional Hídrico, con una inversión estimada de más de 8,500 millones de pesos y esté identificada como el proyecto 0988 “Presa Milpillas” en el subsector de Abastecimiento de Agua, indica que ya ha sido valorada como una iniciativa prioritaria.

Al igual que ocurrió con administraciones pasadas, hoy existen resistencias y críticas al proyecto. No obstante, se presenta la oportunidad de evitar un segundo fracaso: si no por el bien de los zacatecanos, al menos para no perder los recursos federales asignados a esta presa, cuya información puede consultarse en la plataforma “Proyectos México” de Banobras.

Entre los críticos destaca el investigador universitario Darcy Víctor Tetreault, quien señala que “no es la solución para superar la crisis multidimensional en torno al agua en la región centro del estado de Zacatecas”. En sus análisis, Tetreault afirma: “Su propósito es aumentar la oferta de agua para los centros urbanos y las industrias”.

En cuanto al abastecimiento a centros urbanos, creo que todos coincidiremos en su necesidad. Basta con consultar a los habitantes, comercios, hoteles y restaurantes para comprobarlo.

Respecto al sector industrial, diversos estudios nacionales e internacionales revelan que tres de cada cuatro empleos -es decir, el 75% de los trabajos a nivel global- están directa o indirectamente vinculados con el acceso y gestión del agua.

Darcy Tetreault también señala aspectos cruciales que deben considerarse: no descuidar al sector agrícola, prevenir el aumento de desigualdades y garantizar que los recursos para la obra no beneficien únicamente a grupos, familias o facciones particulares. Todos estos aspectos deben formar parte indispensable de la agenda de trabajo de la actual administración estatal.

En la plataforma  Proyectos México, que no es de carácter estatal, es posible dar seguimiento al desarrollo del proyecto. Basta con registrar un correo electrónico para acceder a esta información.

Existen ya la mayoría de los elementos necesarios para que la Presa Milpillas se concrete. Sin embargo, la declaración de David Monreal -“si la gente (los ejidatarios) no quiere el beneficio del agua, si no lo considera importante el proyecto, pues no se va a hacer”- no debe interpretarse como una renuncia a la responsabilidad política y administrativa de trabajar por un futuro mejor para la región.

Tres de salida

UNO. Peleándose en infiernitos y no en asuntos de gran calado es como pierden los burócratas, que no políticos (Manlio Fabio dixit) el tiempo del progreso de los zacatecanos.

DOS. La visión de largo plazo es algo más que usar lentes o hablar pausado.

TRES. ¿De verás se ocupan tantos recaderos para pleitos de chiquero?

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