SAÚL MONREAL ÁVILA
Amigas y amigos que nos siguen a través de Las Noticias Ya, reciban un cordial saludo de su amigo Saúl Monreal, senador por Zacatecas, Resulta denigrante, lastimoso y francamente bajo que hoy la oposición en México —esa que proclama su intención de “salvar al país”— aplauda con casi devoción a un abogado extranjero de ética dudosa, conocido por defender narcotraficantes. Todo ello, únicamente porque, con absoluta bajeza y osadía, profirió improperios contra la Presidenta de México, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo.
¿En qué momento cayó tan bajo el discurso opositor que ahora celebran a quienes históricamente han estado vinculados con los intereses más oscuros como su pasado comprobado en el crimen organizado? (véase García Luna) ¿Qué calidad moral puede tener una oposición que convierte en “héroe” a un personaje que ni siquiera vela por el bien común, sino por intereses delictivos?
Esta actitud no solo es profundamente ofensiva para la investidura presidencial, sino también reveladora de una oposición que, en lugar de construir propuestas, insiste en destruir desde el resentimiento.
Y es que, no han aprendido nada, no han entendido que, si México no se mantiene unido frente a los embates externos, políticos o económicos, puede irle mal, muy mal. Ya vimos en el pasado a una derecha entreguista, sin visión nacionalista, que puso de rodillas al país frente a intereses extranjeros.
Hoy, en cambio, tenemos a una presidenta que ha respondido con dignidad, con firmeza, con temple. La respuesta de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo frente a las recientes amenazas comerciales y migratorias no solo ha sido una lección de política exterior, sino un ejemplo de lo que significa ejercer el poder con principios.
Mientras algunos se arrastran ante figuras cuestionables para ganar titulares, nuestra presidenta defiende con entereza la soberanía nacional. Su mensaje ha sido claro: México no es ni será patio trasero de nadie. Su visión social y su sentido histórico están hoy respaldados por más del 70% de los mexicanos, una cifra que incomoda a quienes jamás tuvieron ni conservaron esa legitimidad popular.
Hoy más que nunca, quienes creemos en la transformación debemos cerrar filas. No con discursos vacíos ni con ataques, sino con convicción y firmeza. Si quieren, se los ponemos de esta forma: Si así lo quieren ver, defendamos a México, aunque para ustedes eso implique defender a la Dra. Sheinbaum, hagan de lado ese prejuicio. Pero deben recordar que hoy atacar a la presidenta y apoyar a los criminales o a los extranjeros no es un acto de lealtad partidista y menos con la gente, es traición a este país que se dicen amar.
La historia no absuelve a quienes se arrastran ante los poderosos de fuera, del dinero, de las armas, la historia premia a quienes, con valentía, se mantienen firmes, aunque el ruido sea ensordecedor. Hoy más que nunca las letras inscritas en el salón del pleno del senado retumban entre quienes queremos a nuestra tierra: LA PATRIA ES PRIMERO, ojalá lo entendieran los conservadores.
Muchas gracias, nos leemos en la siguiente colaboración.