jueves, octubre 30, 2025
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La Casa de los Perros | 26 vs 14: la derrota charra de Zacatecas

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

La derrota, como la verdad, casi siempre llega en cifras frías.

Y aquí están las nuestras, destiladas en la asamblea celebrada en Aguascalientes: 26 votos contra 14.

Cuéntelos bien. Es el epitafio de una promesa incumplida, el marcador implacable que dictaminó que el Congreso y Campeonato Nacional Charro 2026 no aterrizará en Zacatecas, sino en San Luis Potosí, donde se celebrará del 17 de octubre al 9 de noviembre de 2026.

Será la tercera vez que el estado potosino albergue la “máxima fiesta de la charrería nacional”.

Y, al mismo tiempo, la segunda ocasión en menos de cinco años que Zacatecas queda fuera del ruedo pese a su larga tradición charra.

El hilo roto de la promesa

En abril de 2025, el secretario de Turismo de Zacatecas, Le Roy Barragán Ocampo, proclamó sin titubeos que la sede estaba confirmada. Dijo que era fruto de un “acuerdo directo” entre el hoy todavía inquilino de La Casa de los Perros y el presidente de la Federación Mexicana de Charrería (FMCH), Salvador Barajas del Toro.

“Este año viene Zacatecas de nuevo”, declaró. Y lo dijo como quien ya descorchó la botella antes de ganar la carrera.

Pero la memoria no se negocia.

Cinco meses después, en septiembre de 2025, el mismo gobierno tuvo que entregar una carta de intención para “solicitar” —no confirmar— la sede del LXXXII Congreso y Campeonato Nacional Charro 2026, durante la Junta Mensual Ordinaria de la FMCH.

La pregunta, inevitable, duele: ¿qué clase de acuerdo es ese que termina en súplica?

¿Una promesa inflada o un error de cálculo político?

La humillación no está en perder, sino en haber declarado la victoria antes de pelearla.

El frío cálculo de San Luis Potosí

Mientras Zacatecas confiaba en su pasado, San Luis Potosí apostó al porvenir.

Su propuesta fue todo lo que la política suele evitar: técnica, medible, pragmática.

El eje de su candidatura fue la Arena Potosí, un recinto con capacidad para más de 20 mil personas, tecnología de punta, accesos amplios y diseño multifuncional. La FMCH la describió como el espacio más moderno y versátil del estado, y eso inclinó la balanza.

La asamblea votó por la infraestructura moderna, por la capacidad logística y, sobre todo, por el respaldo institucional del gobierno del verde ecologista Ricardo Gallardo Cardona.

El discurso de la paz y la tranquilidad en territorio potosino también pesó. Fue, de hecho, uno de los argumentos más repetidos por asociaciones charras de Zacatecas y Chihuahua.

En un país donde la violencia define rutas turísticas, esa frase fue dinamita retórica contra la candidatura zacatecana.

Zacatecas ofreció “tradición, hospitalidad y experiencia organizativa”; SLP ofreció acero, paz y logística.

Y el voto, inevitablemente, siguió el camino del concreto.

El precio de la derrota

El resultado de 26 votos a favor de San Luis Potosí y 14 para Zacatecas no sólo refleja preferencias deportivas: retrata una gestión que confunde discurso con resultado.

El gobierno zacatecano presumió “coordinación” y “acuerdos”, pero terminó desmentido por la propia Federación.

La fallida nueva gobernanza habló de “lealtad, disciplina y amor por la tradición charra” como virtudes para pacificar el estado, pero olvidó aplicarlas en su propia administración.

El presidente de la Unión de Asociaciones de Charros de Zacatecas presumió la exención de cuotas para niños durante tres años consecutivos —una medida aplaudible—, pero la modernidad no se gana con gestos simbólicos.

Pidió que, si no se lograba la sede de 2026, al menos se concediera el Campeonato Nacional Infantil y Juvenil 2027.

Ni eso quedó claro.

Mientras tanto, San Luis Potosí ya trabaja con su Unión de Asociaciones de Charros y el gobierno estatal para garantizar que el evento deje una derrama económica y turística significativa. Entre octubre y noviembre de 2026, miles de visitantes llegarán al estado, ocupando hoteles, llenando restaurantes y dando oxígeno a los comercios locales.

El mensaje es evidente: SLP gana una vitrina nacional; Zacatecas, en cambio, pierde presencia, inversión y prestigio.

Tradición contra acero

La elección potosina no fue casual ni aislada. La FMCH recibió también otras solicitudes para futuras sedes: Saltillo (Coahuila) para 2028, Puebla para el Campeonato Nacional Infantil y Juvenil 2026, y Tlaxcala para el Nacional Charro Mayor del mismo año.

Cada propuesta llegó con lo que Zacatecas no tuvo: planeación, infraestructura y certeza institucional.

En la fría votación de Aguascalientes, la tradición charra de Zacatecas valió 14 votos.

El acero potosino, 26.

La diferencia parece menor, pero marca una frontera: la que separa a los gobiernos que gestionan de los que sólo anuncian.

El eco final

Entre discursos de identidad y promesas rotas, Zacatecas perdió más que un evento: perdió credibilidad.

Porque en política, como en la charrería, el honor se demuestra en el ruedo, no en la palabra.

La nueva gobernanza creyó que la historia bastaba. San Luis Potosí, en cambio, escribió la suya con planos, cifras y votos.

Uno vendió pasado. El otro, futuro.

Y al final, como siempre, ganó el que supo jugar con las reglas del presente.

San Luis Potosí ganó la sede.

Zacatecas perdió la palabra.

Y en esta tierra, eso sigue pesando más que cualquier medalla de oro.

Sobre la Firma

Periodista especializada en política y seguridad ciudadana.
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