OMAR CARRERA
La guerra que asoló la Franja de Gaza desde octubre de 2023 hasta octubre de 2025 ha llegado a su anhelado fin. Dos años de conflicto dejaron una huella devastadora: se calcula que más de 67 mil palestinos perdieron la vida, entre ellos miles de niños, mientras que Israel lloró la pérdida de alrededor de mil 200 de sus ciudadanos en los primeros ataques y en el transcurso de la guerra.
El 7 de octubre de 2023, el grupo islamista Hamás lanzó un ataque sin precedentes contra territorio israelí, asesinando a más de mil civiles y tomando como rehenes a más de 250 personas. Fue el ataque más sangriento en la historia reciente de Israel. En respuesta, el gobierno israelí inició una ofensiva militar a gran escala contra la Franja de Gaza, con el objetivo de desmantelar la infraestructura de Hamás, recuperar a los rehenes y neutralizar futuras amenazas.
Lo que comenzó como una respuesta militar se transformó rápidamente en una guerra prolongada, con bombardeos diarios, invasiones terrestres, y una crisis humanitaria creciente.
Este conflicto no solo fue uno de los más largos y sangrientos en la región en la última década, sino que también llevó a una catástrofe humanitaria sin precedentes. Más de 67 mil muertos en Gaza, cientos de miles de personas desplazadas y ciudades completamente destruidas. Israel también vivió momentos de angustia y pérdida, con su población civil bajo constante amenaza.
El acuerdo de alto al fuego, mediado en parte por Estados Unidos, Qatar y Egipto, finalmente trae un respiro tras 24 meses de sufrimiento.
Hoy, con el anuncio del fin de la guerra, no solo se cierra un capítulo de horror, sino que se abre una ventana de esperanza para la reconstrucción y la ayuda humanitaria que tanto necesita la población de Gaza. Esta es una oportunidad para reflexionar sobre el costo humano de la guerra: más de 67 mil vidas perdidas en Gaza, incontables familias desplazadas, y una región que ahora busca desesperadamente reconstruir la paz.
Y no podemos olvidar una verdad fundamental: no hay causa ni motivo en la época moderna que justifique el valor de una vida perdida. Miles fallecieron y, aunque hoy se celebre el alto al fuego, sabemos que una guerra nunca alegra a nadie. Por eso, más allá de cualquier diferencia, este es un momento para recordar que la paz es el mayor triunfo que podemos alcanzar y que la vida humana debe ser siempre lo más sagrado.
Sobre la Firma
Ingeniero, funcionario estatal y columnista morenista.
omar.carrera@zacatecas.gob.mx
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