sábado, julio 26, 2025
spot_img
HomeOpiniónJorge Rada LuévanoEntre la Guayabera y la Mancuerna

Entre la Guayabera y la Mancuerna

JORGE RADA LUÉVANO

Crónica de cómo la política mexicana se volvió puro cardio de vanidad

Dicen que el cuerpo es el templo del alma, al parecer, el espejo es el altar del ego… y el celular, su profeta.

Vas al gimnasio y lo que menos encuentras es sudor sincero. En su lugar, hay una pasarela de vanidad con luces de neón:

El político local va al gimnasio no a sudar, sino a posar: panza de influyentismo o brazo de Photoshop, pero la cabeza… vacía.

– El “mamado” que sube stories con frases motivacionales vacías como su bote de creatina y proteína.

– Y cómo olvidar a la influencer: más enfocada en la curvatura de su glúteo izquierdo que en cualquier curva de aprendizaje.

Pero aquí no venimos a hablar del gym. Venimos a hablar del politico común y corriente, del gobierno, que en este siglo XXI ha adoptado la rutina fitness… pero sólo en lo superficial.

Los paralelismos entre el gym y la clase política son perturbadoramente precisos:

Ambos sudan… pero no por trabajar, sino por lucir bien.

Ambos entrenan… no para rendir, sino para verse bien en la foto.

Ambos tienen asesores… uno en nutrición, el otro en Photoshop.

La política mexicana ya no se trata de resultados, sino de likes.

El político promedio no gobierna, posiciona su marca personal.

Sube más fotos en Instagram y Facebook que iniciativas al Congreso, y resultados en Gobierno.

Sale en más entrevistas que en sesiones.

Y no necesita leer… porque con que lo vean levantando la mano, ya parece que hace mancuerna jajaja

Vivimos en la era del “marketing y performance público”

Así como hay quienes creen que por subir una selfie en el gym ya son atletas de alto rendimiento, hay quienes piensan que por usar una guayabera blanca ya son próceres de la patria, vaya ridículos.

Pero ni el músculo hace al hombre, ni la selfie hace al servidor público.

Políticos con cuadritos en el abdomen, pero huecos en el cerebro.

Son expertos en abdominales y slogans.

Tienen piernas firmes, pero convicciones gelatinosas.

Corren en banda, pero no dan un paso en favor de la justicia y la democracia.

Y, sobre todo: tienen hambre… pero de aprobación digital.

Likes, retuits, me encanta, y aplausos vacíos.

Suben una foto cargando un bebé en campaña, y creen que ya parieron una política pública.

Se esfuerzan en cargar mucho peso, para cargar el gran botin. Ladronzuelos.

El verdadero músculo que este país necesita fortalecer es el cerebro, los valores y principios.

Queremos gobernantes con ideas, no con bíceps.

Queremos políticas con contenido, no coreografías de TikTok.

Queremos un político y un Estado que rinda cuentas, no que levante pesas en campaña.

Hoy la moda son las payasadas, el performance de gimnasio, los videos cantando, bailando…
Para eso les sirve la tremenda choya y los dientes de burro.

“La gira del ego”

Comenzaran con la gira política que es como una rutina de abdominales: mucho show, poco fondo. Un día suben foto cargando a un niño de la comunidad, al otro ya no recuerdan ni cómo se llama el lugar.

Los municipios y comunidades son para ellos lo que el abdomen es para el principiante del gym: algo que sólo muestran en fotos y nunca trabajan de verdad.

Porque al final, lo que vale no es cuánto peso levantas, sino cuánto peso tienes cuando hablas.

Y ahí, muchos se desploman.

¿Y usted, mi querido lector, qué opina?

Sobre la Firma

Jurista incómodo, pluma de resistencia civil
jorgeradaluevano@live.com.mx
BIO completa

Últimas Noticias