Zacatecas, Zac.- Elementos de la Policía Estatal Preventiva de Zacatecas fueron emboscados en la comunidad de Tierra Blanca, Loreto, tras atender un reporte ciudadano sobre la toma de un plantel escolar por civiles armados. El enfrentamiento derivó en una persecución carretera hacia Aguascalientes, evidenciando la fragilidad operativa en los límites estatales frente a grupos delictivos.
El despliegue institucional se originó a partir de una denuncia que alertaba sobre la intención de una célula criminal de convertir una escuela, vacía por el periodo vacacional, en un centro de operaciones. Al arribo de las unidades, los oficiales fueron recibidos con disparos de arma de fuego. Durante la retirada de los agresores y la consecuente persecución, dos efectivos policiales resultaron lesionados.
En este punto, la narrativa oficial de la Mesa Estatal de Construcción de Paz y Seguridad difiere de los reportes de campo y testimonios de agentes involucrados. Mientras la instancia gubernamental asegura que los elementos se encuentran estables y fuera de peligro, versiones policiales directas indican que el estado de salud de los uniformados es de gravedad, señalando que uno de ellos ingresó inconsciente al Hospital General de Zona número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social en la capital del estado.
La complejidad del traslado médico refuerza la versión de la gravedad de las heridas, pues fue necesaria la intervención de un helicóptero Black Hawk de la Secretaría de Seguridad Pública, acondicionado como ambulancia aérea, para extraer a los lesionados de la zona de conflicto. Simultáneamente, habitantes de zonas rurales reportaron una detonación de alta potencia cerca del panteón de Tierra Blanca. Fuentes policiales en el lugar de los hechos sugieren que el reporte sobre el centro escolar pudo ser un señuelo diseñado para conducir a las patrullas hacia un punto de emboscada, táctica que incluye el posible uso de artefactos explosivos terrestres.
Este episodio no es un hecho aislado, sino que se concatena con una secuencia de violencia en la región sur de Zacatecas y sus colindancias con Aguascalientes y Jalisco. Apenas el miércoles anterior, un enfrentamiento en Villa García culminó con siete civiles abatidos por la Fuerza de Reacción Inmediata Zacatecas. Dos días después, en Luis Moya, se registró un ataque con explosivos que la fiscalía estatal vincula como una represalia por los sucesos de Villa García. A esto se suma una agresión previa contra la Policía Estatal de Aguascalientes el pasado domingo, donde los perpetradores utilizaron las vías de comunicación hacia Zacatecas como ruta de escape.
A pesar de que el Ejecutivo estatal ha señalado una tendencia a la baja en las estadísticas de homicidios, la realidad operativa descrita por el propio gobernador David Monreal admite una sofisticación en el armamento del crimen organizado, destacando el uso de drones y explosivos. Hasta el cierre de este reporte, y pese al despliegue de fuerzas federales y estatales en las rutas de escape y puntos de revisión en comunidades aledañas, no se cuenta con registro de personas detenidas por su participación directa en la agresión de este martes. La zona permanece bajo vigilancia interinstitucional en un intento por contener el desplazamiento de las células delictivas entre jurisdicciones estatales.
LNy | Redacción