SAÚL MONREAL ÁVILA
Con la conclusión del primer periodo ordinario del segundo año de la LXVI Legislatura, en el Senado de la República podemos afirmar, con plena responsabilidad política y legislativa, que cerramos una etapa de trabajo intenso, productivo y profundamente comprometido con la armonización del marco jurídico nacional en beneficio del pueblo de México. No se trata de discursos triunfalistas, sino de hechos concretos que acreditan una agenda legislativa orientada al interés general y no a los privilegios de unos cuantos, como lo hacían antes los conservadores, es decir, la derecha del PRIAN.
Durante este segundo periodo ordinario, en el Senado se han visto dos posturas: los que hacen de la labor legislativa un circo y u nicho de mentiras actuando con total irresponsabilidad, celebrando a la derecha internacional, a los conservadores, a la guerra genocida y al intervencionismo, todo esto con sus ridículas pancartas, con altavoces y con síntomas de necesidad psiquiátrica. Por otro lado, habemos quienes hemos demostrado que la productividad parlamentaria no está reñida con la deliberación responsable ni con la visión de Estado. Por el contrario, avanzamos en reformas sustantivas que fortalecen la certeza jurídica, protegen la salud pública, actualizan procedimientos administrativos y alinean nuestro ordenamiento legal con los principios constitucionales de justicia social, legalidad y derechos humanos.
Ejemplo de ello es la aprobación de reformas en materia de procedimiento contencioso administrativo, que modernizan los procesos, acotan la discrecionalidad y garantizan mayor acceso efectivo a la justicia. Asimismo, la decisión de avanzar en la regulación y prohibición de productos nocivos para la salud, como los vapeadores, responde a una visión preventiva del Estado, donde el derecho a la salud está por encima de intereses comerciales, estas decisiones no son improvisadas, forman parte de una política pública coherente, sustentada en evidencia y en el mandato popular.
Este cierre exitoso del periodo ordinario confirma que el camino de la Cuarta Transformación está más firme que nunca y que hoy estamos construyendo, con responsabilidad institucional, el segundo piso de la transformación, un proceso que implica consolidar reformas estructurales, fortalecer al Estado social y democrático de derecho, y garantizar que la ley sea un instrumento de justicia y no de exclusión.
Quienes en su momento descalificaron el Plan C propuesto por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, tachándolo de inviable, retórico o incluso ilusorio, hoy observan con asombro cómo la democracia mexicana avanza, cómo se amplían los derechos civiles y humanos, y cómo se recupera la función social del poder público, la realidad legislativa ha desmentido a quienes apostaban al inmovilismo o a la restauración del viejo régimen, los beneficios en la sociedad mas necesitada desmienten y dejan al borde de la extinción política a los loros que aprendieron a decir dictadura y les dieron una posición política conservadora.
Este gobierno humanista, que emana de Morena y de una amplia coalición popular, se distingue de manera diametral del periodo neoliberal, en el que muchas decisiones legislativas se tomaban al margen del pueblo y al servicio de grupos económicos creados, hoy legislamos con una lógica distinta: poniendo en el centro a quienes más lo necesitan, a las y los trabajadores, a las juventudes, a las mujeres, a las comunidades históricamente excluidas.
Nosotros ni nos bajamos, ni nos rajamos a enfrentar la narrativa mentirosa de la derecha, seguimos firmes porque para eso nos eligió la gente.
Sobre la Firma
Senador, académico, fundador de Morena, fresnillense.
saul.monreal@senado.gob.mx
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