JUAN JOSÉ MONTIEL RICO
El presente análisis forma parte de una serie de notas personales sobre la sucesión en Zacatecas: Aquí puedes consultar la primera parte.
El pasado lunes, una discreta pero relevante reunión de la Comisión de Elecciones de Morena agitó el tablero político nacional. En dicho encuentro, se presentó un primer bosquejo de la distribución de géneros para las 17 gubernaturas que se disputarán en 2026. A pesar de no haberse hecho oficial, la lista circuló con fuerza en diversos espacios del partido y permitió vislumbrar cómo se va configurando el mapa electoral, no solo por la obligación moral de la paridad, sino también por la competitividad de mujeres y hombres en cada entidad.
Morena llega a este proceso como la principal fuerza política del país. De los 17 estados que renovarán ejecutivo, actualmente gobierna en 12 de ellos; mientras que el PAN encabeza 3, MC 1 y el PVEM 1. Es decir, la coalición oficialista parte con ventaja en la mayoría de las entidades. Sin embargo, hay estados donde la competencia será cerrada, donde el desgaste local o la fragmentación interna podrían poner en riesgo la continuidad local de la 4T.
De acuerdo con la información que trascendió de la reunión de la Comisión de Elecciones, la lista preliminar de género por estado sería la siguiente: Aguascalientes (mujer), Baja California (mujer), Baja California Sur (mujer), Campeche (hombre), Chihuahua (mujer), Colima (hombre), Guerrero (mujer), Michoacán (hombre), Nayarit (mujer), Nuevo León (mujer), Querétaro (hombre), Quintana Roo (hombre), San Luis Potosí (mujer), Sinaloa (mujer), Sonora (pendiente), Tlaxcala (mujer) y Zacatecas (hombre).
Este reparto preliminar refleja un balance que busca respetar la paridad de género, con diez mujeres, seis hombres y un estado pendiente. En ese sentido, es poco probable que Zacatecas cambie de siglado, pues en aras del equilibrio, sería más factible que alguno de los estados inicialmente considerados para que contienda una mujer pasen a “hombre”, y no al revés.
Lo cierto es que, en muchos casos, la definición del género ha sido producto de una evaluación del posicionamiento de los perfiles que encabezan las preferencias. En estados como Guerrero, Baja California o Tlaxcala, son muy claros los perfiles mujeres que lideran las mediciones internas, mientras que en Campeche, Colima o Michoacán, son los varones quienes puntean.
El escenario general para Morena proyecta una posibilidad real de ganar entre 13 y 15 de las 17 gubernaturas. En una charla con autoridades del partido, me dejaron ver la valoración general. Los estados donde corre mayor riesgo de perder la elección son aquellos donde actualmente no gobierna: Querétaro, Aguascalientes y Nuevo León. En cambio, tiene una oportunidad de oro para hacerse con un bastión histórico del PAN: Chihuahua. Por el contrario, hay alertas en entidades guindas, como Zacatecas, Michoacán, Campeche y Baja California Sur. El resto, por composición electoral, base morenista y el posicionamiento de aspirantes, son estados prácticamente en la bolsa: Guerrero, Sinaloa, Sonora, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tlaxcala, Colima, Nayarit y Baja California.
Zacatecas aparece como una de las entidades donde la definición por un candidato hombre se perfila con mayor claridad. No solo por la logística del equilibrio nacional, sino porque en los hechos los perfiles masculinos son los mejor posicionados. La senadora Verónica Díaz, quien ha sido promovida abiertamente por el gobernador, no ha logrado despegar en los sondeos, y su nivel de conocimiento y opinión positiva parece estancado. Incluso, trascendió que su desempeño en encuestas cayó a pesar del respaldo del aparato estatal.
El diputado federal Ulises Mejía, exalcalde de la capital y con experiencia electoral, figura entre los favoritos en las mediciones internas. Su trayectoria y visibilidad lo colocan como uno de los aspirantes más competitivos. Por su parte, el senador Saúl Monreal es otro actor de peso. Aunque el llamado “candado antinepotismo” limita sus aspiraciones, su influencia y capacidad de movilización serán determinantes. La definición de su apoyo podría inclinar la balanza en favor de quien logre sumar su respaldo.
En este contexto, ha llamado la atención el ascenso de un perfil joven y hasta hace poco inédito en la vida electoral del estado: el secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza. Su nombre ha comenzado a aparecer con fuerza en las mediciones internas, alcanzando niveles similares a los de la senadora Díaz en conocimiento y preferencia, a pesar de llevar apenas un par de años en la política local. Su desempeño ha sido interpretado por muchos como el del “caballo negro” de la contienda interna, y para otros, representa la vía del tercero excluido, que podría capitalizar las divisiones entre los grupos tradicionales del estado. A su favor cuenta su juventud, su perfil técnico y su habilidad para dialogar con distintos sectores del partido y de la sociedad.
La dirigencia nacional de Morena ha dejado en claro que el género no se definirá por cuotas impuestas, sino con base en las encuestas. Sin embargo, la lista filtrada no es menor, pues responde a una evaluación preliminar del escenario real en cada entidad. En ese sentido, en Zacatecas parece que la combinación entre desgaste del gobierno, riesgo electoral alto y mejor posición de los hombres aspirantes motivó al partido a inclinar la balanza por una candidatura masculina. El objetivo es evitar fracturas, sumar a todos los grupos y garantizar que Zacatecas siga formando parte del mapa guinda en 2026.
La contienda en Zacatecas será una de las más reñidas del país. Morena tiene ventaja como marca, pero la decisión sobre quién encabece la candidatura será crucial. Por eso, hoy más que nunca, la lógica de la encuesta y la unidad interna no son solo un mecanismo de selección, son condiciones necesarias para mantener la continuidad del proyecto en una de las plazas más complejas del ciclo electoral que se avecina.
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Estratega político entre gobiernos, campañas y narrativas.
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