ALDO PELÁEZ
La reforma estatutaria aprobada este domingo en la Asamblea Nacional del PAN no solo representa un cambio interno relevante para el partido a nivel nacional; también tiene implicaciones profundas para entidades como la nuestra, Zacatecas, donde la distancia entre ciudadanía y clase política ha crecido de manera preocupante durante los últimos años.
El anuncio realizado por nuestro dirigente nacional, Jorge Romero, abre la puerta para que cualquier ciudadano, sin necesidad de militancia, pueda competir por una candidatura panista a través de cuatro métodos: primarias abiertas, encuestas públicas, votación interna entre militantes o un modelo mixto.
El mensaje es evidente: en el PAN buscamos romper las barreras internas que históricamente limitaban el acceso a perfiles externos y con ello recuperar la confianza de sectores sociales que se alejaron de los Institutos Políticos.
En Zacatecas, esta decisión adquiere una relevancia particular. El estado vive un momento marcado por el desencanto con los resultados gubernamentales, la inseguridad persistente, la falta de crecimiento económico y una profunda desilusión con los liderazgos tradicionales. En muchos municipios, especialmente en los más poblados, la ciudadanía observa a los partidos con escepticismo, al considerar que sus puertas están cerradas y sus decisiones se toman entre pocos.
La apertura aprobada por el PAN podría convertirse en un punto de inflexión para reactivar la participación política local. Zacatecas tiene una amplia reserva de liderazgos comunitarios, empresariales, académicos y ciudadanos que han evitado involucrarse en política precisamente por no encontrar espacios reales de competencia o por no querer someterse a estructuras cerradas y desgastadas.
Esta reforma les envía una señal distinta: la posibilidad de competir en igualdad de condiciones y mediante mecanismos más transparentes y accesibles.
Pero también hay retos. Que los estatutos cambien no garantiza que las prácticas locales lo hagan. El desafío en Zacatecas será asegurar que estos nuevos métodos no se conviertan en una simulación, sino en herramientas auténticas para que perfiles frescos y con trabajo social puedan contender sin obstáculos impuestos por grupos internos o intereses preexistentes. La legitimidad del proceso dependerá de ello.
Las metas que el partido se ha trazado —recuperar espacios en el Congreso en 2027 y competir con fuerza por la Presidencia en 2030— requieren comenzar desde lo local. Para Zacatecas, esto significa reconstruir la relación con la ciudadanía municipio por municipio, escuchar de manera genuina, abrir candidaturas con piso parejo y demostrar que los nuevos métodos no son una formalidad administrativa, sino un mecanismo real para fortalecer la pluralidad interna.
El reto es grande, pero también lo es la oportunidad. En un estado donde la desconfianza hacia las instituciones crece, cualquier partido que apueste por abrirse a la sociedad podría convertirse en un punto de referencia para quienes buscan nuevas rutas de participación. La reforma nacional puede ser un primer paso; el desafío ahora es convertirla en realidad en Zacatecas.
Sobre la Firma
Dirigente estatal del PAN en Zacatecas, abogado y maestro en Derecho
aldopm1988@gmail.com
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