lunes, noviembre 10, 2025
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La Casa de los Perros | El candidato del silencio

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

La política no se anuncia: se insinúa. Un gesto, una frase calculada, un aplauso que dura dos segundos más de lo previsto. Así comenzó la aspiración de Carlos Puente Salas a la gubernatura de Zacatecas, no con un golpe en la mesa sino con un mensaje envuelto en terciopelo: unidad, construcción, consenso.

“No polarizo, no peleo, no destruyo”, dijo el legislador en su informe de septiembre de 2025. Y en esa frase pulida como piedra de río quedó claro que su proyecto no apela al pueblo, sino al espejo donde se mira el círculo rojo.

Porque el auditorio lo delató más que su voz.

Empresarios, operadores, consejeros de pasillo, viejos estrategas de sobremesa: ese tejido informal de élites que nunca aparece en las boletas, pero firma las decisiones que sí importan. Puente se presentó como el candidato de la reconciliación, pero el público que lo arropó habla de otra cosa: un intento por recomponer el tablero sin tocar la raíz del problema. Una apuesta por administrar el conflicto, no por enfrentarlo.

Zacatecas es una tierra que dejó de creer en las promesas de unidad cuando entendió que la unidad casi siempre sirve para ocultar quién gana y quién paga la cuenta.

Sin embargo, Puente ha movido sus piezas con destreza. Su defensa del Presupuesto de Egresos 2026 no es sólo una intervención legislativa: es el ensayo general de su campaña.

Presentó el gasto federal como responsable, sólido, alineado a la Cuarta Transformación. Dijo que no se redujo el presupuesto de seguridad, sino que se reorientó a la Guardia Nacional. Se enfrentó con la oposición y acusó de desinformación a quienes cuestionaron los números. Mostró los billones destinados a programas sociales, al sistema de salud, al combate a la desigualdad.

No mintió. Pero tampoco dijo todo.

Porque las cifras pueden ser correctas y, aun así, la realidad desmentirlas. Los homicidios dolosos bajaron, sí, como resultado de la estrategia coordinada con la federación. Pero la percepción de inseguridad continúa siendo la herida abierta que nadie quiere tocar. La violencia en Zacatecas no se mide sólo en cadáveres: se mide en silencio, en rutas abandonadas, en negocios que jamás regresarán, en comunidades obligadas a elegir entre obedecer o desaparecer. Allí la unidad no significa paz. Significa acuerdo tácito con el miedo.

El cálculo político de Puente es fino: impulsar su candidatura desde el presupuesto y desde el discurso de estabilidad. Pero la contienda no se juega solo en la Cámara. Se juega en la sombra más pesada de la política zacatecana: la familia Monreal.

El PVEM, partido del aspirante, no quiere ser satélite de Morena en 2027: quiere encabezar. Y eso lo coloca frente a Saúl Monreal Ávila, hermano del gobernador saliente y pieza de sucesión natural. La narrativa verde se resume en un eslogan no dicho: basta de dinastías. “Cerrar la puerta al nepotismo electoral”, dicen algunos operadores, con la prudencia de quien sabe que nombrar al enemigo en voz alta también es una declaración de guerra.

Pero la jugada más delicada está en el acuerdo con la senadora Verónica Díaz Robles. Caminar juntos, gane quien gane. Un pacto que huele a estrategia compartida o a traición incubada. En Zacatecas, la lealtad es una palabra que dura lo que una encuesta favorable.

Mientras tanto, el PVEM afina estructuras municipales, seduce liderazgos, promete renovación. Hablan de cercanía con la ciudadanía, pero su verdadero público sigue siendo otro: el mismo círculo rojo que aplaudió el destape anticipado. El mismo que conoce la fragilidad de todo intento por gobernar este estado sin pactar con la historia y con la sangre.

Porque aquí no gana quien promete unidad. Gana quien sobrevive a revelarla.

Puente se presenta como torre en movimiento, protegiendo el flanco de la 4T, avanzando al centro del tablero con paciencia. Su estrategia es clara: mostrarse como el candidato capaz de pacificar, administrar, conciliar. Pero Zacatecas ya aprendió que la paz no se decreta desde un discurso.

La paz se conquista nombrando la fractura.

Si Puente quiere ser gobernador, tendrá que demostrar que su proyecto no es únicamente la continuidad elegante del silencio. Que la unidad no es la excusa perfecta para dejar intacto lo que nos desangra.

De lo contrario, será solo otro nombre en la larga lista de quienes quisieron gobernar Zacatecas sin atreverse a mirarlo de frente.

Sobre la Firma

Periodista especializada en política y seguridad ciudadana.
claudia.valdesdiaz@gmail.com
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