RAÚL MANDUJANO SERRANO
El amanuense sorbe lentamente de su café mexicano sin azúcar. Esa antigua cafetería del centro histórico es su sitio ideal para leer y enterarse de que no es un periodista apreciado; es, incluso, hasta incómodo. Su redacción les parece a algunos hasta ofensiva y su sarcasmo “le cae gordo” a la mayoría. Opinar sobre lo que diario lastima al país, Estado y a Toluca desagrada a esos actores que le mandan mensajes reprobatorios, lo excluyen de eventos y refutan lo que escribe y habla… Pero en la función del periodista está “no caer bien”.
No se miente cuando decimos que la estrategia no funciona. Mire, entre 2024 y 2025 se han denunciado de 131 mil desapariciones. Cifras no oficiales refieren más de 200 mil; en tanto, el número de ejecuciones del crimen organizado en México, de acuerdo con el secretariado de seguridad pública, anualmente, desde 2015 al 2024, es en promedio de 30 mil muertos. Hoy el gobierno dice que bajaron los homicidios dolosos. Pasamos de 100 diarios a 73, nada halagador mientras sigan ocurriendo. Por otro lado, el programa Justice in Mexico, de la Universidad de San Diego, compila datos de más de 100 ejecuciones diarias desde el 2018. No advierten disminución.
Durante el proceso electoral de 2024, fueron asesinados 35 aspirantes a distintos cargos de elección, además de enfrentamientos entre grupos de crimen organizado por el control de plazas en Nuevo León, Colima, Guanajuato, Michoacán, Tamaulipas y Chiapas. La seguridad pública fue testigo solamente, no tuvieron reacción.
Y en Sinaloa, ya son oficialmente 220 muertos en la batalla entre la “chapiza” y la “mayiza”, el hallazgo de 29 fosas clandestinas, 35 desaparecidos, y enfrentamientos como el del lunes, que dejó 13 criminales muertos. Vivir con miedo ya es algo común en este país que debate en su tribuna legislativa quiénes son más “carroñeros”, los viajes de “lloroña” o que la culpa es de Calderón, pero nadie acepta el miedo de los mexicanos.
Colofón. – Incansables periodistas
El escribano toma una fruta de la ofrenda de día de muertos mientras refiere otros datos del secretariado ejecutivo: entre 2024 y 2025 han sido ejecutados 10 alcaldes, Alejandro Arcos, decapitado en Chilpancingo; Román Bohórquez, de Loxicha, Oaxaca; Jesús Franco, de Tancanhuitz, SLP; Mario Hernández, de Amoltepec, Oaxaca; Isaías Rojas, de Metlatónoc, Guerrero; Yolanda Sánchez, de Cotija, Michoacán; Salvador Bastida, de Tacámbaro; Acasio Flores, de Malinaltepec; Miguel Bahena, de Pisaflores, Hidalgo; y el de Carlos Manzo Rodríguez, en Uruapan, pura tierra caliente. Son localidades en la sierra, donde no se paran las fuerzas de seguridad de una nación que presume militarización para salvaguardar la seguridad de México. Y aquí no señalamos a líderes campesinos, como Leonardo Bravo, limonero de Michoacán, o la maestra Irma Hernández, taxista de Veracruz, exhibida hincada por un supuesto Cártel.
Y luego están los periodistas. Datos de Artículo 19, señalan que en 2025 fueron asesinados Calletano de Jesús, en el Edomex; Alejandro Gallegos, en Tabasco; Uriel Martínez y Raúl Villarreal, en Guanajuato; Carlos González, en Acapulco; Salomón Ordóñez, en Puebla; Ángel Sevilla, en Ciudad Obregón, y Ángel Beltrán, en Durango. Ellos denunciaban corrupción de los gobiernos y sus vínculos con el crimen organizado.
Callar a los medios, como sea, parece ser la fórmula de los malvados. Ya sea limitando sus denuncias, acusándolos, promoviendo leyes de censura, mientras al país lo están asesinando y sus gobernadores y legisladores aplauden lo ineficaz y empoderan a los criminales con lo mismo de siempre: “no habrá impunidad”, “se abrieron carpetas de investigación” … Y aún cansados, los medios debemos seguir informando… Hasta otro Sótano.
Sobre la Firma
Crítico tenaz, maestro por convicción.
raul.mandujano.rm@gmail.com
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